El Ej¨¦rcito planea una gran transformaci¨®n para adaptarse a la escasez de efectivos

Aunque las declaraciones del general Jos¨¦ Mena hayan provocado r¨ªos de tinta, el debate sobre el Estatuto no constituye ni mucho menos la principal preocupaci¨®n de los mandos militares. Su quebradero de cabeza es la puesta en marcha del plan de transformaci¨®n de las Fuerzas Armadas, que debe adaptar una estructura concebida para 110.500 soldados y marineros, en parte una c¨¢scara hueca, a otra pensada para los 86.000 que tendr¨¢ como m¨¢ximo a medio plazo. Entre otros cambios, el Ej¨¦rcito de Tierra planea suprimir sus actuales divisiones, incluida la Brunete.

Desde la supresi¨®n de la mili, en el a?o 2001, las Fuerzas Armadas espa?olas han vivido una ficci¨®n. Seg¨²n las plantillas, ten¨ªan 110.500 soldados y marineros. En la realidad, nunca pasaron de 70.000. Esta entelequia serv¨ªa para mantener unidades que s¨®lo exist¨ªan sobre el papel y para demorar la ineludible reforma de una estructura claramente sobredimensionada.

Los tres ej¨¦rcitos han acordado ya el reparto de los 86.000 efectivos de tropa y mariner¨ªa que tendr¨¢n como m¨¢ximo las Fuerzas Armadas en los pr¨®ximos a?os; 16.000 menos de los previstos como m¨ªnimo en la ley de 1999 y 24.500 menos de los que se distribuyeron entonces.

El reparto no ha sido f¨¢cil: el Ej¨¦rcito de Tierra se ha quedado con una cifra inferior a la que inicialmente consideraba m¨ªnima; la Armada se plantea como un reto completar su cupo; y el Ej¨¦rcito del Aire ha renunciado a tener m¨¢s soldados a cambio de sumar suboficiales.

Pero, tras una dur¨ªsima negociaci¨®n, se ha acordado el reparto y ¨¦ste constituye el primer paso de un ambicioso plan a 15 a?os vista que supondr¨¢ cambios profundos tanto en la organizaci¨®n de las Fuerzas Armadas como en los sistemas de armas y en la doctrina militar.

Adi¨®s a las divisiones

El Ej¨¦rcito de Tierra, el m¨¢s afectado por la reducci¨®n de efectivos y el consiguiente cierre de establecimientos, se propone renunciar a la divisi¨®n como entidad b¨¢sica de organizaci¨®n de la fuerza y sustituirla por la brigada. Ello supondr¨¢ la disoluci¨®n de las actuales Divisi¨®n Mecanizada Brunete, Fuerza de Acci¨®n R¨¢pida (FAR) y Fuerza de Maniobra (FMA).

Los cuarteles generales de las divisiones en Burgos, Madrid o Valencia seguir¨¢n existiendo, pero muy aligerados de efectivos y reconvertidos en centros de preparaci¨®n de la fuerza. Todos ellas depender¨¢n del Mando de la Fuerza Terrestre, en Sevilla, al frente del cual estaba hasta ahora el general Mena.

La capacidad de generar un cuartel general de divisi¨®n, en caso de necesidad, la mantendr¨¢ el Ej¨¦rcito espa?ol a trav¨¦s del Cuartel General de Alta Disponibilidad de B¨¦tera (Valencia), concebido para dirigir hasta un Cuerpo de Ej¨¦rcito.

En principio, s¨®lo est¨¢ previsto disolver dos brigadas: la Brigada de Infanter¨ªa Movilizable Urgel y la de Cazadores de Monta?a Arag¨®n. La disoluci¨®n de estas brigadas no supondr¨¢ que las comunidades aut¨®nomas donde est¨¢n desplegadas (Catalu?a, Arag¨®n y Navarra) se queden sin guarnici¨®n.

En Catalu?a, los efectivos reales ser¨¢n iguales o superiores a los actuales, ya que una brigada infradotada ser¨¢ sustituida por dos batallones de monta?a al completo: uno en el cuartel del Bruc (Barcelona) y otro en Sant Climent Sescebes (Girona). Pamplona y Arag¨®n contar¨¢n tambi¨¦n, previsiblemente, con otros dos batallones de Monta?a, aunque desaparecer¨¢ el cuartel general de la brigada.

A pesar de la reducci¨®n generalizada, ¨¦sta no afectar¨¢ a los efectivos de la Brigada de Infanter¨ªa Movilizable San Marcial, desplegada en las tres provincias vascas, ni a las guarniciones de Ceuta y Melilla.

Las Fuerzas Aerom¨®viles del Ej¨¦rcito de Tierra (FAMET), que agrupan los batallones de helic¨®pteros de transporte y ataque, tendr¨¢n que renunciar en cambio a alguna de sus bases.

Si importantes ser¨¢n los efectos de esta reorganizaci¨®n sobre la fuerza, mayores ser¨¢n a¨²n sobre la estructura de apoyo. Est¨¢ previsto proceder a su concentraci¨®n en un gran dep¨®sito central de repuestos y en un gran taller de mantenimiento, mientras se profundiza en la subcontrataci¨®n con firmas privadas.

En menor medida, tambi¨¦n el Ej¨¦rcito del Aire y la Armada deber¨¢n reorganizar su red de maestranzas y talleres, avanzando hacia el mantenimiento conjunto de sistemas de uso com¨²n, como veh¨ªculos de rueda.

En cuanto a las bases, se da por seguro que, como m¨ªnimo, el Ej¨¦rcito del Aire tendr¨¢ que prescindir de una de las tres que tiene en Madrid: con toda probabilidad, ser¨¢ la de Cuatro Vientos (Getafe).