Albaladejo recrea la rehabilitaci¨®n del ni?o delincuente El Pera

Los restos de un tatuaje en el brazo con su nombre de pandillero, El Pera, una sonrisa de pillo y la pasi¨®n por conducir es lo ¨²nico que le queda a Juan Carlos Delgado del delincuente infantil que fue. A los ocho a?os conduc¨ªa coches y los usaba para robar y para huir de la polic¨ªa; a los 11 hab¨ªa sido detenido en 150 ocasiones. Ahora es un treinta?ero completamente rehabilitado gracias a la labor de la Ciudad de los Muchachos. Su trabajo, parad¨®jicamente, consiste en ense?ar conducci¨®n temeraria a la polic¨ªa. Miguel Albaladejo ha llevado esta vida al cine.

Volando voy, como la canci¨®n de Kiko Veneno que es su banda sonora, es el t¨ªtulo de la pel¨ªcula. Volando iba Delgado a los 10 a?os, cuando era el cabecilla de una banda de delincuentes gracias a su arrojo y su asombrosa manera de conducir. Con el paso de los a?os y su rehabilitaci¨®n gracias a la labor de la Ciudad de los Muchachos, donde sigue viviendo y colaborando, afirma con total seguridad: "Yo nunca he sido un delincuente. Era un ni?o. Y un ni?o nunca es un delincuente".

Esta vida tan extraordinaria ha sido llevada a la gran pantalla de la mano del padre cinematogr¨¢fico de Manolito Gafotas, Miguel Albaladejo. "Me veo totalmente reflejado en la pel¨ªcula", afirma Delgado, que ha colaborado con Albaladejo en el gui¨®n. Para el director, Volando voy, que se estrena hoy, ha sido su rodaje "m¨¢s dif¨ªcil" debido a la ambientaci¨®n a finales de los setenta y la presencia de ni?os en las escenas de acci¨®n. Por ello, la pel¨ªcula cuenta con efectos especiales "invisibles", sobre todo en las persecuciones de coches, que se han rodado en plat¨® para evitar riesgos. Para el papel protagonista realiz¨® un casting entre 6.000 escolares de Madrid y de ah¨ª surgi¨® Borja Navas, Delgado en la pantalla.

El director se fij¨® en un periodo de la vida de El Pera, pero opina que se podr¨ªa hacer incluso una serie con su historia. Para Delgado, es un homenaje a sus padres, "a quienes yo les quedaba grande", y al T¨ªo Alberto (creador de la Ciudad de los Muchachos). "La pel¨ªcula transmite un mensaje claro a la sociedad, a chavales que puedan estar equivocados y que crean que esto acaba bien. Porque no es as¨ª, se acaba mal. Mis amigos de entonces est¨¢n todos muertos. Yo soy un afortunado", reconoce. Albaladejo prefiere no hablar de mensajes. "Para m¨ª era importante mostrar a un chico que no le ten¨ªa miedo a nada, tampoco a cambiar. Eso me parece heroico".