Una exposici¨®n y un documental destapan al enigm¨¢tico fot¨®grafo Araki

La leyenda y la pol¨¦mica persiguen a Nobuyoshi Araki (Kioto, 1940). Su inmensa obra fotogr¨¢fica (ha publicado m¨¢s de 350 libros) est¨¢ marcada por una obsesi¨®n compulsiva por el sexo y la muerte. Una fascinaci¨®n que, seg¨²n ¨¦l, nace de la vida misma. Tachado de sexista por sus detractores y de genio absoluto por sus defensores, Araki es, seg¨²n asegura una fiel admiradora, la cantante Bj?rk, un hombre profundo y rom¨¢ntico. Una exposici¨®n con 44 im¨¢genes recientes y la proyecci¨®n de un documental sobre su vida y obra intentan descubrir el enigma del artista japon¨¦s.

Las 44 fotograf¨ªas en blanco y negro que se exponen hasta el 4 de marzo en la galer¨ªa La F¨¢brica de Madrid (Alameda, 9) est¨¢n divididas en dos series. Por un lado, la titulada Kaori, realizada en 2002, que est¨¢ dedicada a una de las amantes del fot¨®grafo, y por otro, Diario, una serie que re¨²ne fotograf¨ªas que resumen la tem¨¢tica habitual de Araki: la fantas¨ªa sexual, la tradici¨®n y el sometimiento de la mujer, la vida callejera... Hoy, a las 20.00, en el cine del C¨ªrculo de Bellas Artes de Madrid se proyecta el documental de 2004 Arakimentari que, dirigido por Travis Klose, indaga en la personalidad y la obra del fot¨®grafo.

Araki es un fot¨®grafo-estrella que vive rodeado de un s¨¦quito de ayudantes y modelos. La leyenda cuenta que se acuesta con todas las mujeres que fotograf¨ªa, pero la realidad parece m¨¢s prosaica. Una modelo sonr¨ªe ante la pregunta: "No, yo no me acost¨¦ con Araki, pero ¨¦l me dijo que dijera que s¨ª".

Araki considera que su obra maestra es el libro que hizo sobre su luna de miel, titulado Un viaje sentimental, y que se edit¨® en 1971. En una fotograf¨ªa se ve a su mujer dormida en un barco. "Est¨¢ acurrucada como un feto", dice ¨¦l. "Es el barco de la muerte. Est¨¢ cansada de tanto sexo". Yoko, su mujer, fue su modelo hasta que muri¨®. La fotografi¨® cada d¨ªa: en el jard¨ªn, en la cama, en la ba?era, en el hospital, en el ata¨²d... "De peque?o mi parque era el cementerio. All¨ª aprend¨ª que nadie puede separar la vida de la muerte", asegura el fot¨®grafo en el documental.

Siempre vestido con camisetas sin mangas y customizadas por ¨¦l, Araki juega a la provocaci¨®n. Act¨²a ante la c¨¢mara tanto o m¨¢s que sus modelos. "Seamos guarros", dice mientras suelta una carcajada. "Quiero fotografiar la temperatura de la piel... El origen del arte visual yace en la vagina", afirma. "La mujer es superior al hombre, f¨ªsica y mentalmente. No podemos ganarlas. ?Podemos?".

Araki cree en la fotograf¨ªa como una farsa, una farsa impregnada de su propia biograf¨ªa. "Como fot¨®grafo, mi punto de partida fue el amor... y la idea de un yo novelado...". Desde ese yo, el fot¨®grafo cuenta: "No recuerdo bien mi infancia. Pero recuerdo a mi madre llorando hist¨¦rica. Vi sus l¨¢grimas. Es la imagen infantil m¨¢s impactante que poseo. No era el tipo de mujer que dejaba ver sus sentimientos. Ese recuerdo lo tengo grabado y he dedicado mi vida a intentar consolarlo. Cuando mi madre muri¨® le hice una foto. Quer¨ªa que la gente viera lo que es la suprema elegancia. Fue f¨¢cil, encontr¨¦ el ¨¢ngulo y dispar¨¦".