Sevillanas

Dos falangistas van a ser acusados en Granada por un presunto delito de ultraje a Espa?a. La Fiscal¨ªa de Granada entiende que, la colocaci¨®n de la bandera de Espa?a con el escudo preconstitucional, ofende gravemente a Espa?a por lo que supone de desprecio a la ense?a nacional, a los valores constitucionales y a la ciudadan¨ªa que representa. No est¨¢ mal este gesto de la fiscal¨ªa para llevar a los ciudadanos la tranquilidad de que las instituciones no van a permitir palabras, escritos o hechos que muestren hostilidad contra el sistema constitucional y democr¨¢tico.

Claro que, a veces, no sabe uno que diferencia existe entre qui¨¦nes colocan esta bandera de antes con el ¨¢nimo -presume el Ministerio Fiscal- de injuriar y aqu¨¦llos otros que, con sus manifestaciones, menosprecian a una comunidad aut¨®noma, o dos. Despu¨¦s de todo, el C¨®digo Penal actual, como no pod¨ªa ser menos con la Constituci¨®n como referente, protege a Espa?a y a sus comunidades aut¨®nomas.

Pues bien, desde esta protecci¨®n no cabe, como ha hecho el presidente el Consejo General del Poder Judicial, identificar a Andaluc¨ªa con bailar sevillanas. Eso s¨ª, le salva su intento de comparar, por v¨ªa del absurdo, la obligatoriedad del catal¨¢n por encima del espa?ol. Una bufonada que puede excluir el ¨¢nimo de injuriar. No obstante lo cierto es que ah¨ª queda y, cuando el representante de una instituci¨®n se va de vareta, lo razonable es que corrija su diarrea mental.

Pero, en fin, con falangistas acusados o con presidentes de este calado, la verdad es que estamos viviendo un tiempo irreal. Por un lado tenemos una sociedad que avanza, que desea cambios. Una sociedad, adem¨¢s, que vive social y econ¨®micamente mejor que hace 30 a?os. Por otro aparecen nostalgias, justificadores de menas y desprecios a lenguas del Estado y a las CC AA. Son comportamientos a los que hay que empezar a faltarles el respeto. No vale encogerse. La Fiscal¨ªa de Granada puede ser un comienzo. Faltan m¨¢s. Uno, tal vez, pod¨ªa ser invitar a este presidente del Supremo a la Feria de Sevilla y explicarle que para trabajar en Grecia no hace falta ser atleta ol¨ªmpico, ni para estar en Andaluc¨ªa bailar sevillanas. A lo mejor lo entiende. Despu¨¦s de todo, es juez.