Escoltados a la farmacia

Aparentemente, a partir de las diez de la noche, en Ripollet, un municipio de 36.000 habitantes de la comarca del Vall¨¨s Occidental, no hay farmacias de guardia. Ni cruces verdes que parpadean, ni se?al lum¨ªnica alguna que indique que en alguna de ellas hay alguien trabajando.

Pero si uno se acerca, podr¨¢ leer un cartel en el que se alerta de que si se quiere saber qu¨¦ farmacias est¨¢n de guardia hay que llamar a la polic¨ªa, sea local o nacional. Ayuntamiento y farmac¨¦uticos han decidido que sean los agentes quienes informen sobre los establecimientos a los que les toca abrir cada noche. Y no s¨®lo eso: la puerta s¨®lo puede franquearse si el cliente se va acompa?ado de un agente de la polic¨ªa.

El vicepresidente del Colegio de Farmac¨¦uticos de Barcelona, Jordi de Dalmases, explica que se lleg¨® a este acuerdo a ra¨ªz de unos atracos especialmente violentos que se produjeron en poblaciones del Vall¨¨s y el Baix Llobregat durante el pasado mes de diciembre. J¨®venes que reventaban la puerta de la farmacia, amenazaban al farmac¨¦utico y desaparec¨ªan en menos de cinco minutos. Actuaban siempre de noche y en farmacias de guardia. El servicio especial de vigilancia se aplic¨® a una veintena de poblaciones. "En algunos de los municipios ya no se realiza porque detuvieron a los miembros de la banda", se?ala Dalmases.

No es el caso de Ripollet. N¨²ria Raja, madre de dos gemelos peque?os, sab¨ªa qu¨¦ farmacia de guardia estaba abierta porque ella misma se encarga de publicarlo en una revista local. Acudi¨® al lugar pasadas las diez de la noche, con la receta que le hab¨ªa extendido el pediatra. Al principio no entend¨ªa nada, porque las persianas estaban bajadas y el establecimiento a oscuras. Entonces vio el cartel: "Dec¨ªa que ten¨ªa que llamar a la polic¨ªa para saber qu¨¦ farmacias estaban de guardia, me dijeron que no me preocupara, que enviaban una patrulla, tardaron unos 10 minutos, llamaron a la puerta, el farmac¨¦utico abri¨®, me dio el medicamento, y la polic¨ªa se fue", relata Raja.

El portavoz de los farmac¨¦uticos del municipio, Josep Maria Selva, espera que el servicio no desaparezca; ahora "los farmac¨¦uticos podemos atender m¨¢s tranquilamente". Algunos clientes, apunta Selva, "se quejaron al principio, pero cuando les explicamos por qu¨¦ lo hacemos, lo entienden enseguida".

Sobre si ello implica o no un sobreesfuerzo policial, el concejal de Gobernaci¨®n, Xavier Pe?arando, asegura que s¨ª "porque se trata de un servicio a la carta que no se puede planificar, las patrullas se tienen que desplazar seg¨²n las demandas telef¨®nicas". Por otro lado, se?ala el concejal, si sucede alg¨²n tipo de emergencia, la escolta policial a la farmacia "pasar¨¢ a segundo t¨¦rmino". Aun as¨ª, el servicio "no tiene fecha de caducidad, pero s¨ª de revisi¨®n". En febrero farmac¨¦uticos y Ayuntamiento se volver¨¢n a reunir para decidir en qu¨¦ condiciones sigue tan estrecha vigilancia policial.

Pese a que la mayor¨ªa de vecinos entiende la inquietud de los farmac¨¦uticos, alguno se muestra indignado. "Ni que Ripollet fuera el Bronx", se exclama un joven. Otro afirma: "Eso de llamar a la polic¨ªa un viernes por la noche para ir a comprar seg¨²n qu¨¦ la verdad es que da un poco de corte".