Subida absolutista

Como regalo de A?o Nuevo, el alcalde de Madrid ha subido el importe de las multas en una media del 50%, cantidades que suponen la mitad del sueldo mensual de muchos trabajadores. Todo un arte de la diplomacia del hecho consumado.

Esta "brillante" decisi¨®n se ha hecho desde un puesto p¨²blico electo pero sin que desde ning¨²n contrapoder se pueda hacer algo por recurrirla que yo sepa, y un cargo p¨²blico debe estar para servir al ciudadano al que representa y no para despojarle. Es un medida exorbitante en su cuant¨ªa ante la cual el ciudadano queda indefenso en su implantaci¨®n, aplicaci¨®n e importe.

El alcalde de Madrid fue elegido bas¨¢ndose en un programa electoral. ?Lo hubiera sido de haber anunciado que las multas pasar¨ªan a multiplicarse por 1,5? La alcald¨ªa deber¨ªa ser la representaci¨®n de la voluntad del pueblo.

?Es voluntad del pueblo que se impongan multas que llegan a la mitad del salario mensual de muchos?

?Es voluntad de los ciudadanos mantener zonas de aparcamiento regulado que discriminan a los que no se las pueden permitir?

Existen soluciones: que un pol¨ªtico electo, y por lo tanto representativo, cumpla con su programa electoral o pueda ser destituido ante ciertos descarrilamientos, o crear un organismo ciudadano que sirva para moderar decisiones dictatoriales.

De c¨®mo respondan los ciudadanos de Madrid a las navide?as medidas de su alcalde, depender¨¢ de c¨®mo se le recuerde en el futuro, con su nombre en una calle o glorieta, o con rostro deslumbrante, mirada segura y manto de armi?o parafraseando a Luis XIV, dici¨¦ndonos: "La mairie c'est moi" (la alcald¨ªa soy yo).