Un estudio relata la evoluci¨®n de la imprenta en Ja¨¦n del XVI al XIX

La vida de los libros y la historia de sus impresores en Ja¨¦n desde la segunda mitad del siglo XVI al primer tercio del XIX es el objeto de estudio de la obra La imprenta en Ja¨¦n. 1550-1831, un exhaustivo recorrido realizado por Mar¨ªa Dolores S¨¢nchez Cobo, archivera de la Universidad de Ja¨¦n (UJA), quien considera esta parcela de la cultura jiennense "tan importante como desconocida". Atr¨¢s quedan 13 a?os de investigaciones buceando no s¨®lo en bibliotecas y archivos de la provincia, sino tambi¨¦n recorriendo los del resto de Espa?a.

Incluso algunos de los libros que fueron impresos en Ja¨¦n los ha encontrado en pa¨ªses como Polonia, Francia o EE UU. "Esto es s¨®lo una peque?a muestra de lo que podr¨ªa haber sido la producci¨®n real de aquellos a?os. Por desgracia muchas obras han desaparecido y puede ser que otras est¨¦n todav¨ªa por descubrir en cualquier biblioteca del mundo", advierte la autora.

Tratados cient¨ªficos y obras de car¨¢cter literario y religioso sobresalen en este nuevo cat¨¢logo que recoge 657 ediciones jiennenses, la mayor¨ªa desconocidas hasta el momento. Entre ¨¦stas destacan un tratado de pediatr¨ªa del m¨¦dico jiennense Juan Guti¨¦rrez Godoy, impreso por Pedro de la Cuesta en 1629 cuando todav¨ªa no exist¨ªa esta especialidad de la medicina moderna, o un tratado sobre el "carbunco maligno", conocido hoy d¨ªa como ¨¢ntrax, de otro m¨¦dico jiennense, Juan Bautista Manzaneda, impreso en los talleres de Tom¨¢s Copado en 1701.

"Alto nivel cient¨ªfico"

Tambi¨¦n en Baeza se imprimi¨® la edici¨®n pr¨ªncipe de Examen de ingenios para las ciencias, una obra que en la actualidad se encuadrar¨ªa en el ¨¢rea de la psicolog¨ªa, escrita por Juan Huarte de San Juan e impresa por Juan Bautista de Montoya en 1575. "La existencia de estas obras nos indica el alto nivel cient¨ªfico y cultural que exist¨ªa en Ja¨¦n, con una actividad impresora consolidada y que por aquel entonces no ten¨ªa nada que envidiar a ninguna otra provincia espa?ola", subraya Cobo, si bien resalta el car¨¢cter familiar de los talleres impresores jiennenses, a diferencia de las grandes imprentas de Alcal¨¢ de Henares o Salamanca.

A lo largo de algo m¨¢s de 600 p¨¢ginas, el estudio, publicado por la UJA, rescata libros y descubre a autores que hasta ahora hab¨ªan pasado desapercibidos a trav¨¦s de la vida y obra de sus impresores. Entre los impresores destacan dos mujeres que dirig¨ªan sus propios talleres, dejando constancia de su profesi¨®n firmando con sus nombres y apellido sus trabajos. La primera fue Mariana de Montoya, quien a principios del siglo XVII desarroll¨® la mayor parte de su obra en Baeza, y la segunda, Mar¨ªa Marina, viuda del impresor Francisco Jos¨¦ Copado, que en el siglo XVIII y a partir de la muerte de su marido tom¨® las riendas del negocio familiar.