Pap¨¢, no fumes
"?Ak¨ª se fuma de t¨®!", dice la vi?eta del malague?o Kalvellido, dibujante habitual del sitio web www.insurgente.org. La imagen muestra una se?al del c¨®digo de circulaci¨®n similar a las que se ven en carretera -una circunferencia de color rojo-, salvo que el habitual ciervo que salta o los ni?os que corren camino de la escuela, iconos destinados a exigirnos prudencia al volante, han sido sustituidos por un porro de marihuana. Kalvellido, el artista natural m¨¢s extraordinario que he conocido en los ¨²ltimos tiempos, con un estilo pictoricodigital fuera de lo com¨²n (se lo recomiendo vivamente a los lectores), muestra as¨ª de forma ir¨®nica lo que piensa de la nueva ley contra el tabaco que el gobierno central acaba de sacarse de la manga.
El tabaco, claro est¨¢, es una plaga social que lleva cinco siglos matando gente en todo el mundo y no ser¨¦ yo quien rompa una lanza a su favor. Hace tiempo que la profesi¨®n m¨¦dica conoce al dedillo los estragos que causa (c¨¢nceres de pulm¨®n, enfisemas y enfermedades cardiovasculares), as¨ª como el coste econ¨®mico que acarrea en horas de trabajo perdidas por enfermedad, pero lo que me molesta de esa ley que nuestros socialdem¨®cratas alternantes pretenden hacer pasar por progresista no es la bondad real de sus objetivos, sino m¨¢s bien que sirva de cortina de humo para ocultar la no injerencia en desastres sociales m¨¢s sangrantes y, sobre todo, mucho m¨¢s pol¨ªticamente peligrosos de atajar, como son, por ejemplo, el desempleo provocado por la globalizaci¨®n neoliberal, la desindustrializaci¨®n rampante, el racismo cada vez m¨¢s audaz de algunos n¨²cleos de la sociedad espa?ola o la nunca puesta en entredicho permanencia de nuestros militares en Afganist¨¢n, pa¨ªs que desde luego no sufre en la actualidad un desgaste tan horrendo como Irak, pero s¨ª una ocupaci¨®n igual de il¨ªcita por parte de los usamericanos, que se metieron all¨ª con la excusa de Bin Laden y no tienen visos de partir. Me pregunto qu¨¦ hacen all¨ª nuestros soldados jug¨¢ndose la vida, si el problema lo cre¨® Bush. ?Por qu¨¦ causa mueren los que mueren?
Para m¨ª est¨¢ claro que ¨¦sos son asuntos cuya resoluci¨®n parece m¨¢s urgente que el tabaquismo, pero en las sociedades burguesas, como la nuestra, a la hora de las encuestas es m¨¢s rentable casar homosexuales, promover la ausencia de humo o marear la perdiz con estatutos auton¨®micos que nadie ha le¨ªdo ni leer¨¢ -yo estoy de acuerdo con las dos primeras medidas, no se enga?e el lector, la tercera me trae sin cuidado- que enfangarse de verdad en lo que est¨¢ destruyendo el estambre ¨¦tico de un pa¨ªs anta?o solidario y ahora anestesiado por un discurso monocorde que da por normal lo anormal y se preocupa por lo superfluo.
Recuerdo que hace tiempo hubo aqu¨ª una campa?a publicitaria contra la velocidad en la que un ni?o le dec¨ªa a su padre, "pap¨¢, no corras". Parece que no tuvo mucho ¨¦xito, porque el tr¨¢fico sigue siendo uno de los mayores asesinos de espa?oles. En el esfuerzo actual contra el tabaco preveo un resultado econ¨®mico sin ganador, pues lo que el gobierno se ahorre en muertos y en cuidados m¨¦dicos lo perder¨¢ en beneficios derivados de la venta de cigarrillos. Pero la publicidad surte efecto ret¨®rico, eso s¨ª: mi hija peque?a me dijo el otro d¨ªa, "pap¨¢, no fumes". Y eso que yo nunca he fumado.
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