'Grises' luminosos

No se ha amortiguado todav¨ªa el eco de la reciente magna retrospectiva de Juan Gris en el MNCARS, de Madrid, una de las m¨¢s completas que jam¨¢s se han realizado, y nos encontramos con la sorpresa de una muestra de 31 obras del genial pintor madrile?o, nacido en 1887 y fallecido en tierra francesa en 1927, a la temprana edad de 40 a?os. Es sorprendente esta exposici¨®n por estar organizada por una galer¨ªa privada y, sobre todo, por la extraordinaria calidad de la mayor¨ªa de las piezas que se exhiben, no aminorando la sorpresa el hecho de que quien est¨¢ detr¨¢s de esta iniciativa sea Elvira Gonz¨¢lez, introductora, en remotas ¨¦pocas dif¨ªciles, de este artista excepcional y uno de los mejores vanguardistas hist¨®ricos de nuestro pa¨ªs. Por lo dem¨¢s, es adem¨¢s muy interesante el envite, porque pone a prueba la calidad de nuestros coleccionistas p¨²blicos y privados que no tienen excusa para no completar la todav¨ªa muy escasa representaci¨®n de Gris en nuestro pa¨ªs.

Aunque su sentido racional, exquisito y muy medido del arte, despert¨® un injusto recelo entre sus compatriotas, prestos a exaltarse con el expresionismo de "veta brava" y ante cualquier groser¨ªa de emotividad primaria, nadie hoy duda en considerar a Gris entre los mejores vanguardistas hist¨®ricos internacionales, lo que es lo mismo que decir que entre los mejores del XX. Su contribuci¨®n al movimiento m¨¢s importante e influyente del arte contempor¨¢neo, el cubismo, fue crucial, hasta el punto de que forma parte de la trinidad ¨¢urea de sus creadores, junto con Picasso y Braque, pero, adem¨¢s, se le considera m¨¢s decisivo que ¨¦stos en la formulaci¨®n del llamado "cubismo sint¨¦tico". M¨¢s: junto a Matisse y Klee, Gris fue el ¨²nico artista al que Picasso respet¨® y temi¨®, lo cual todav¨ªa acrecienta m¨¢s, si cabe, su m¨¦rito, si se considera que muri¨® joven y que sus ¨²ltimos a?os estuvieron lastrados por la enfermedad mortal que paulatinamente le fue debilitando.

Si no fuera por los prejuicios locales que han escatimado hasta fechas recientes su incontestable val¨ªa, no habr¨ªa sido necesario adjuntar este par de notas estruendosas que ratifican su importancia. No obstante, me las podr¨ªa haber ahorrado, pero no s¨®lo porque, durante los ¨²ltimos veinte a?os, hemos tenido la oportunidad de contemplar en Madrid dos formidables retrospectivas sobre Juan Gris sino porque en la muestra que se presenta ahora en Madrid hay algunos dibujos, entre 1909 y 1918, que merecen estar en las colecciones de los mejores museos, pero tambi¨¦n ¨®leos, fechados en los a?os veinte, que est¨¢n entre lo m¨¢s notable de este periodo. Es cierto que el mejor momento creativo de Juan Gris coincide con el desarrollo del cubismo sint¨¦tico, que va, en su caso, entre 1912 y 1917, o, quiz¨¢, 1919, pero ni su mencionado padecimiento f¨ªsico, ni la enorme crisis desatada tras la Primera Guerra Mundial, frustraron las mejores cualidades de Gris. En Gris siempre predomin¨® la racionalidad sobre lo intuitivo, lo que, traducido en t¨¦rminos pl¨¢sticos, signific¨® que buscaba lo concreto a partir de lo abstracto, justo lo que no hac¨ªan, por ejemplo, Picasso o Julio Gonz¨¢lez.

?Qu¨¦ m¨¢s se puede decir al respecto? Pues, desde luego, poco m¨¢s, salvo, de nuevo, recomendar como imprescindible la visita a esta, en efecto, sorprendente y maravillosa muestra.