Explicaciones del universo
En el campo de las ciencias quien no se deje iluminar por la intuici¨®n imaginativa y no asuma el riesgo de ser tachado de absurdo se quedar¨¢ en la acera de los acad¨¦micos indecisos. Por ello, si bien las 12 provocadoras teor¨ªas y conjeturas que propugna el f¨ªsico estadounidense y asesor en cosmolog¨ªa de la revista New Scientist, Marcus Chown, se pueden enmarcar casi dentro de un ¨¢mbito de ficci¨®n, que no por casualidad el libro incluye una bibliograf¨ªa de cl¨¢sicos de la narrativa de ciencia-ficci¨®n, es un aspecto que no va en su dem¨¦rito sino que a?ade mayor aliciente a una tem¨¢tica ya de por s¨ª impenetrable.
El autor descompone su obra en tres partes. Comienza por una explicaci¨®n sobre el intento de unificar la teor¨ªa cu¨¢ntica con la teor¨ªa de la gravedad de Einstein, quien por cierto estuvo equivocado sobre su apreciaci¨®n del desarrollo cu¨¢ntico, a partir de la teor¨ªa de las cuerdas, la cual exige que el universo tenga por lo menos seis dimensiones. Chown aplica las propuestas del f¨ªsico ingl¨¦s Mark Hadley, quien afirma que "el bucle en el tiempo constituye el ingrediente crucial que permite a la relatividad reproducir los efectos de la teor¨ªa cu¨¢ntica". Nos da a entender que el tiempo puede ir hacia atr¨¢s en ciertas partes del universo, un fen¨®meno asombroso que obliga antes a saber por qu¨¦ va hacia delante, eso que los f¨ªsicos llaman la flecha del tiempo y que entronca con la expansi¨®n del universo, si es que tiene destino, donde el caos impuesto a un orden aparente genera decrepitud y decadencia.
EL UNIVERSO VECINO
Marcus Chown
Traducci¨®n de Fernando Pardo
La Liebre de Marzo
Barcelona, 2005
221 p¨¢ginas. 18 euros
En segundo lugar acomete el enigma de los agujeros negros y de los universos m¨²ltiples mediante las deducciones del f¨ªsico Max Tegmark, art¨ªfice de la teor¨ªa de los Muchos Mundos, esa que se pregunta por qu¨¦ experimentamos una ¨²nica realidad y no m¨²ltiples, que deduce que nuestro universo es simplemente "uno entre infinitos m¨¢s que se mueven como burbujas en el r¨ªo del tiempo", universos que se autorreproducen, hip¨®tesis que de ser correcta estar¨ªa abonando el terreno, y el espacio, para la inmortalidad. Por ¨²ltimo, haci¨¦ndose eco de las teor¨ªas de los astr¨®nomos Fred Hoyle y Chandra Wickramasinhe, plantea la posibilidad de que el origen de la vida terrestre haya estado originada por el flujo de bacterias desperdigadas por el espacio y que nuestro subsuelo, as¨ª como el lunar, estar¨ªan sembrados de artefactos alien¨ªgenas irreconocibles por nuestra inteligencia.
En el campo de las ciencias quien no se deje iluminar por la intuici¨®n imaginativa y no asuma el riesgo de ser tachado de absurdo se quedar¨¢ en la acera de los acad¨¦micos indecisos. Por ello, si bien las 12 provocadoras teor¨ªas y conjeturas que propugna el f¨ªsico estadounidense y asesor en cosmolog¨ªa de la revista New Scientist, Marcus Chown, se pueden enmarcar casi dentro de un ¨¢mbito de ficci¨®n, que no por casualidad el libro incluye una bibliograf¨ªa de cl¨¢sicos de la narrativa de ciencia-ficci¨®n, es un aspecto que no va en su dem¨¦rito sino que a?ade mayor aliciente a una tem¨¢tica ya de por s¨ª impenetrable.
El autor descompone su obra en tres partes. Comienza por una explicaci¨®n sobre el intento de unificar la teor¨ªa cu¨¢ntica con la teor¨ªa de la gravedad de Einstein, quien por cierto estuvo equivocado sobre su apreciaci¨®n del desarrollo cu¨¢ntico, a partir de la teor¨ªa de las cuerdas, la cual exige que el universo tenga por lo menos seis dimensiones. Chown aplica las propuestas del f¨ªsico ingl¨¦s Mark Hadley, quien afirma que "el bucle en el tiempo constituye el ingrediente crucial que permite a la relatividad reproducir los efectos de la teor¨ªa cu¨¢ntica". Nos da a entender que el tiempo puede ir hacia atr¨¢s en ciertas partes del universo, un fen¨®meno asombroso que obliga antes a saber por qu¨¦ va hacia delante, eso que los f¨ªsicos llaman la flecha del tiempo y que entronca con la expansi¨®n del universo, si es que tiene destino, donde el caos impuesto a un orden aparente genera decrepitud y decadencia.
En segundo lugar acomete el enigma de los agujeros negros y de los universos m¨²ltiples mediante las deducciones del f¨ªsico Max Tegmark, art¨ªfice de la teor¨ªa de los Muchos Mundos, esa que se pregunta por qu¨¦ experimentamos una ¨²nica realidad y no m¨²ltiples, que deduce que nuestro universo es simplemente "uno entre infinitos m¨¢s que se mueven como burbujas en el r¨ªo del tiempo", universos que se autorreproducen, hip¨®tesis que de ser correcta estar¨ªa abonando el terreno, y el espacio, para la inmortalidad. Por ¨²ltimo, haci¨¦ndose eco de las teor¨ªas de los astr¨®nomos Fred Hoyle y Chandra Wickramasinhe, plantea la posibilidad de que el origen de la vida terrestre haya estado originada por el flujo de bacterias desperdigadas por el espacio y que nuestro subsuelo, as¨ª como el lunar, estar¨ªan sembrados de artefactos alien¨ªge?nas irreconocibles por nuestra inteligencia.
Puede que suceda que todo lo expuesto cause la impresi¨®n de ser el fruto de la locuacidad de un charlat¨¢n de feria. Error. Marcus Chown no ser¨¢ un visionario, pero tampoco es un advenedizo. Es un brillante gestor de especulaciones factibles que abren las expectativas a una forma impredecible de comprender el infinito.
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