Frustraci¨®n social
India se ha convertido en una aut¨¦ntica cornucopia de narradores, que gracias al ingl¨¦s y a la globalizaci¨®n se derraman por el mundo con una literatura riqu¨ªsima. Esta novela (titulada realmente La tienda de saris) es el deb¨² de la autora, nacida en 1976 en Amritsar (Panyab), pero Bajwa deja ver una atractiva capacidad para husmear en todas direcciones, muy adecuada para pintar un pa¨ªs donde la simultaneidad de cuerpos, espacios y dimensiones temporales es elemento b¨¢sico. El protagonista, magn¨ªficamente construido, es un dependiente que vende saris: Ramchand quisiera cultivarse y prosperar (leyendo ordenadamente el diccionario, o bien "opiniones de hombres famosos sobre todas las cosas, desde los halagos a la literatura y el tacto, pasando por el fervor, la juventud y el r¨ªo Yuk¨®n"), y esa inquietud le lleva a catar para siempre la complejidad moral de las cosas. Y, al contrario que tanta novela a la moderna, a este hombre la vida le hace ir cambiando, ser distinto al final que al principio del libro. Resulta brillante el motor de la segunda parte, la degradaci¨®n de una mujer maltratada y alcoh¨®lica: no se cargan las tintas, pero se avanza con sapiencia, inexorablemente, hacia el cl¨ªmax dram¨¢tico. Las descripciones de atrocidades est¨¢n medidas, para una mayor eficacia. Y oportunamente el humor titila cuando menos se lo espera: por ejemplo, una guasona vuelta de tuerca nos muestra como personaje a una joven novelista india que obtiene gran ¨¦xito de una novela que gira sobre un vendedor de saris.
EL VENDEDOR DE SARIS
Rupa Bajwa
Traducci¨®n de
R. V¨¢zquez Ramil
Salamandra. Barcelona, 2005
285 p¨¢ginas. 14,50 euros
Como suele suceder en las modernas novelas indias, el costumbrismo no lastra, porque la penetraci¨®n psicol¨®gica est¨¢ siempre al quite. Se trata, adem¨¢s, entre otras cosas, de una eficaz aportaci¨®n al tema de la frustraci¨®n social y c¨®mo se enquista en las almas. Bajwa es ligera en la forma, pero no desaprovecha ninguna ocasi¨®n de iluminar los abismos. Como cuando escribe: "Y descubri¨® as¨ª al otro ser que hab¨ªa en ¨¦l, el Ramchand oculto, verde azulado y misterioso, que a veces pensaba que las cosas no ten¨ªan sentido, y otras que se acercaban a la l¨®gica de forma peligrosa, tanto que ¨¦l retroced¨ªa, como si se encontrase ante un perro babeante y rabioso".
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