"La Constituci¨®n hay que leerla entera"
Algunos lo han calificado de tormenta en un vaso de agua. Otros aseguran que hay mar de fondo. Lo cierto es que las Fuerzas Armadas se han visto zarandeadas por la pol¨¦mica desde que, el pasado 6 de enero, el teniente general Jos¨¦ Mena irrumpi¨® en el debate pol¨ªtico al sugerir una intervenci¨®n del Ej¨¦rcito si la reforma del Estatuto catal¨¢n desbordase los l¨ªmites de la Constituci¨®n.
En sus primeras declaraciones desde que estall¨® la crisis -prolongada esta semana con los arrestos de un coronel en Bruselas y un capit¨¢n en Melilla- el general de Ej¨¦rcito F¨¦lix Sanz, jefe de Estado Mayor de la Defensa (Jemad), se muestra tan confiado en la profesionalidad y disciplina de los m¨¢s de 120.000 militares bajo su mando, como firme a la hora de transmitirles sus instrucciones.
"El se?or Bremer est¨¢ totalmente equivocado sobre nuestras tropas" "A los militares el valor se nos supone, muchos en Irak lo acreditaron"
"La aplicaci¨®n del art¨ªculo octavo no depende del juicio de las Fuerzas Armadas, que s¨®lo pueden actuar a las ¨®rdenes del Gobierno de la naci¨®n"
"El mensaje a los militares es claro: primero, confianza en el mando; segundo, lealtad; tercero, disciplina. Son los pilares de las Fuerzas Armadas"
"Los ej¨¦rcitos los forman personas libremente comprometidas. Puede haber quien incumpla las ordenanzas. Pero la cadena de mando est¨¢ s¨®lida"
"El mensaje a mis subordinados es absolutamente claro y, adem¨¢s, est¨¢ y ha estado enraizado en lo m¨¢s profundo del sentir de los militares durante siglos y en lo que dicen nuestras Reales Ordenanzas, regla moral de la Instituci¨®n Militar", explica. "Primero, confianza en el mando. El mando sabe lo que hace y sabe cu¨¢ndo, c¨®mo y a trav¨¦s de qu¨¦ procedimiento hacerlo. Segundo, lealtad, que consiste en decirle al jefe, en el tono y por el procedimiento adecuado, aquello que uno est¨¢ convencido que debe saber. Tercero, y m¨¢s importante, disciplina. Si nuestro superior jer¨¢rquico toma una decisi¨®n que no est¨¢ de acuerdo con nuestro sentir, ¨¦sta debe acatarse exactamente igual que si se estuviera de acuerdo con ella. ?sos son los tres pilares b¨¢sicos de las Fuerzas Armadas. Y el que no los entienda, no entiende esta profesi¨®n, que ejercemos desde el d¨ªa que sentamos plaza hasta el d¨ªa en que dejamos de ser militares. Posiblemente nunca, porque militar se es de por vida".
Pregunta. La apelaci¨®n a la disciplina parece confirmar que hay malestar en las Fuerzas Armadas.
Respuesta. En absoluto. Cada militar, como ciudadano que es, puede tener sus propias opiniones, pero las Fuerzas Armadas como instituci¨®n est¨¢n unidas y dispuestas a servir a Espa?a y a los espa?oles con la exactitud y el sacrificio de siempre.
P. Sin embargo, los militares son especialmente sensibles a debates como el del t¨¦rmino naci¨®n, suscitado por el Estatuto.
R. Tampoco vamos a pensar que somos los ¨²nicos depositarios del amor a Espa?a. Aunque es indudable que tenemos un acendrado amor a Espa?a, seguro que muchos otros espa?oles la quieren igual. Como ciudadanos tenemos opini¨®n y criterio, pero por llevar uniforme, por ser militares, no la expresamos en debates p¨²blicos, sino a trav¨¦s de la cadena de mando. Como dice la vieja ordenanza: por el conducto reglamentario y con buen tono.
P. El caso del general Mena no s¨®lo ha tenido un amplio eco en los medios de comunicaci¨®n espa?oles, sino tambi¨¦n en los extranjeros. ?No se ha da?ado la imagen que las Fuerzas Armadas espa?olas han construido laboriosamente durante dos d¨¦cadas?
R. Nada que no sea posible corregir en muy poco tiempo. La participaci¨®n en misiones internacionales y, sobre todo, el conocimiento de las capacidades y la calidad de nuestros militares es tan profundo en la OTAN y en otras organizaciones internacionales que nadie tiene duda de qui¨¦n y c¨®mo somos.
P. ?Le produjo sorpresa el discurso del general Mena?
R. Podr¨ªa calificar lo que me produjo de m¨¢s de una forma. Tambi¨¦n me produjo sorpresa.
P. Hay quien considera excesivo el castigo: arresto de ocho d¨ªas, cese y pase a la reserva.
R. Se aplic¨® la ley de R¨¦gimen Disciplinario y el Gobierno actu¨® de acuerdo con sus prerrogativas. Poco m¨¢s puedo decir.
P. El general Mena deb¨ªa ser consciente de a qu¨¦ se expon¨ªa.
R. Estoy seguro de que conoc¨ªa y conoce perfectamente sus derechos y deberes.
P. Si Mena actu¨® mal, no se entiende por qu¨¦ sancion¨® usted a un coronel destinado en Bruselas que critic¨® al general en una carta publicada en un peri¨®dico.
R. Todos los militares estamos sometidos, como el resto de los ciudadanos, al imperio de la ley. En nuestro caso, tenemos adem¨¢s unas normas particulares, muy estrictas sin duda, que no se aplican a los dem¨¢s. No podemos mirar a otro lado. Mi obligaci¨®n es mirar hacia el r¨¦gimen disciplinario y las Reales Ordenanzas y todo aqu¨¦l que los incumpla, con independencia del destino y del empleo que tenga, merece un correctivo. No hay nada personal en ello. Es la simple aplicaci¨®n de la legalidad y de nuestra regla moral.
P. El ¨²ltimo caso ha sido un capit¨¢n de la Legi¨®n que amag¨® con acudir a Madrid, al frente de su compa?¨ªa, para entregar una carta de protesta al ministro.
R. No he hablado con el capit¨¢n, aunque s¨¦ que ha sido corregido por su propio coronel, pero si la interpretaci¨®n que usted manifiesta se corresponde con la realidad, estamos ante un hecho grave.
P. Usted recibi¨® muchas llamadas de queja de militares que consideraban gravemente insultante un art¨ªculo del diario Avui.
R. Muchas no, porque no les di tiempo. En cuanto recib¨ª la segunda llamada y le¨ª el art¨ªculo, lo puse en conocimiento del ministro y ¨¦ste lo traslad¨® enseguida al fiscal general del Estado.
P. Como militar ?est¨¢ satisfecho con las disculpas que dio al d¨ªa siguiente el autor del art¨ªculo?
R. En absoluto. Esta cuesti¨®n es mucho m¨¢s grave que unas disculpas que, adem¨¢s, si las interpreto bien, dejaban la duda de si a algunos militares les ser¨ªa de aplicaci¨®n lo que dijo el d¨ªa anterior. Y eso para m¨ª resulta inaceptable.
P. Todos estos sucesos parecen meternos en el t¨²nel del tiempo. El episodio del Avui recuerda lo sucedido con el Cu-Cut, una publicaci¨®n sat¨ªrica catalana que fue asaltada en 1905 por militares molestos con una vi?eta.
R. Yo podr¨ªa aceptar el paralelismo entre el Avui y el Cu-Cut. Lo que tiene que reconocer que ha cambiado es la reacci¨®n de los militares, que ahora se han puesto en manos de la Justicia y entonces pretend¨ªan tomarse la justicia por su mano.
P. Hay quien interpreta que el art¨ªculo octavo de la Constituci¨®n encomienda a los militares la misi¨®n de salvar a la patria cuando consideren su unidad en peligro.
R. La Constituci¨®n hay que leerla entera. En ella se determina qu¨¦ deben hacer, en cada supuesto, todas y cada una de las instituciones del Estado. La aplicaci¨®n del art¨ªculo octavo no depende del juicio de las Fuerzas Armadas. ?sa es mi interpretaci¨®n, creo que es la correcta y es la que percibo en los ej¨¦rcitos.
P. ?Y qui¨¦n juzga cu¨¢ndo se debe aplicar el art¨ªculo octavo?
R. Las Fuerzas Armadas s¨®lo pueden, y deben, actuar a las ¨®rdenes del Gobierno de la naci¨®n. De esto no debe existir duda alguna.
P. Los ej¨¦rcitos cuentan con 50.000 cuadros de mando. ?Descarta usted m¨¢s episodios de indisciplina?
R. Los ej¨¦rcitos est¨¢n formados por hombres y mujeres libremente comprometidos con la defensa de Espa?a y de los espa?oles. Puede haber alguien que incumpla las ordenanzas o cualquier otra ley, como en cualquier otra actividad, pero eso no quiere decir que se haya quebrado la disciplina. Al contrario. La cadena de mando, desde el comandante supremo al ¨²ltimo corneta, es tan s¨®lida hoy como lo era el 5 de enero. O m¨¢s a¨²n, porque hemos aprendido y la hemos ejercitado.
P. En el discurso de la Pascua Militar, el que pronunci¨® el ministro Jos¨¦ Bono, se anunci¨® la concesi¨®n de distintivo rojo a los soldados que combatieron en Irak.
R. Los expedientes ya est¨¢n en marcha. Yo propuse al ministro tres acciones. Primero, conceder cruces del m¨¦rito militar, con distintivo rojo, a quienes resultaron acreedores de esa distinci¨®n, por haber participado en acciones de combate, con grave riesgo de sus vidas y con especial arrojo. Segundo, anotar en la hoja de servicios de un grupo importante de soldados que estuvieron all¨ª la calificaci¨®n "valor acreditado" porque, efectivamente, a muchos militares el valor se nos supone, pero ellos lo acreditaron. Por ¨²ltimo, a m¨¢s largo plazo, puede haber alg¨²n tipo de reconocimiento, a nivel nacional o internacional.
P. Paul Bremer, ex administrador de EE UU en Irak, no reconoce en su libro de memorias el valor de las tropas espa?olas.
R. El se?or Bremer est¨¢ profundamente equivocado. Nuestros soldados hicieron gala de una extraordinaria disciplina. Respetaron escrupulosamente las normas del derecho internacional, respondieron a las agresiones con fuerza proporcionada y s¨®lo hicieron uso de las armas despu¨¦s de ser atacados. Nuestros soldados fueron a cumplir una misi¨®n encomendada por el Gobierno, con instrucciones precisas que cumplieron a rajatabla. Si esas instrucciones no le gustan al se?or Bremer, es otra cuesti¨®n.
P. El ministro de Defensa comparecer¨¢ el martes en el Congreso para responder al PP sobre la supuesta participaci¨®n de una fragata espa?ola en operaciones de combate en el golfo P¨¦rsico. No quiero implicarle en disputas partidistas, pero usted es el jefe operativo de las Fuerzas Armadas y debe saber si particip¨® o no.
R. La fragata nunca estuvo bajo mis ¨®rdenes. Es decir, bajo la dependencia del Jemad. Por tanto, ni estaba ni pod¨ªa estar en ninguna operaci¨®n exterior.
P. El viernes empezaron a regresar las tropas enviadas a Pakist¨¢n bajo bandera de la OTAN para auxiliar a las v¨ªctimas del terremoto. ?Cu¨¢l es su balance?
R. Nuestras tropas han demostrado que cumplen los rigurosos est¨¢ndares que exige la OTAN a su Fuerza de Reacci¨®n. Hemos desplegado en tiempo oportuno, hemos llevado a un teatro de operaciones remoto y complicad¨ªsimo las capacidades necesarias con muy poco apoyo y, lo m¨¢s importante, hemos operado con eficacia en un escenario extraordinariamente duro. La gran noticia para los espa?oles es que tienen unas Fuerzas Armadas homologables a las de cualquier pa¨ªs de nuestro entorno, que si tienen que medirse con otras lo hacen con resultados muy positivos. ?sa es su imagen real, no la que algunos han pretendido proyectar estos d¨ªas.
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