El Renacimiento. El 'quattrocento'
EL PA?S presenta el segundo volumen de la Historia del Arte, que se pone a la venta ma?ana, s¨¢bado, por 9,95 euros
Un grupo de ricos mercaderes y banqueros de la Florencia medieval -los M¨¦dici, Pitti y Strozzi-, fascinados por la antig¨¹edad griega y romana, aglutinaron a su alrededor a pintores, escultores y arquitectos para impulsar otro arte, m¨¢s ¨¢gil y vibrante, la afirmaci¨®n de una nueva visi¨®n del hombre y el nacimiento de un esp¨ªritu laico. As¨ª, los hasta entonces considerados meros artesanos se alzaron con el calificativo de artistas y protagonizaron, en la primera mitad de 1400, el movimiento art¨ªstico que conocemos como Renacimiento. De este viaje a la edad moderna se ocupa la segunda entrega de la Historia del Arte de EL PA?S, que trata ampliamente la escultura, la arquitectura y la pintura de este periodo.
En la segunda mitad del siglo XV, algunos mercaderes y banqueros florentinos cayeron en la cuenta de que su poder y su gloria decayeron cuando los b¨¢rbaros liquidaron el Imperio Romano. Su renacer se ligaba, por tanto, a la nueva grandeza de Roma. Y la ciudad que asisti¨® entusiasmada a este estallido reivindicativo fue la bella Florencia, la cuna de Dante y del pintor Giotto, en la que rein¨® como maestro indiscutible el arquitecto Filippo Brunelleschi (1377-1446). La monumental c¨²pula de la catedral -abovedada, sin cimbras, plena de belleza y armon¨ªa-, que Brunelleschi empez¨® construyendo en estilo g¨®tico y que remat¨® con lo que ser¨ªa el s¨ªmbolo indiscutible del Renacimiento, deslumbr¨® a los j¨®venes artistas florentinos. A?os despu¨¦s, Vasari (1511-1574), el pintor y bi¨®grafo de los artistas, reflej¨® este asombro de los florentinos ante la c¨²pula de Santa Maria dei Fiore: "Ella parec¨ªa una nueva colina que hubiese nacido en medio de las casas; las graciosas colinas toscanas de los alrededores la reconocieron enseguida como su hermana". A Brunelleschi le cabe tambi¨¦n el honor del descubrimiento de la perspectiva, del arte de representar el espacio en tres dimensiones.
Si la arquitectura dio grandeza a Florencia con sus iglesias y palacios, los escultores toscanos le a?adieron el punto de gloria. Andrea Pisano y Lorenzo Ghiberti esculpieron las puertas del baptisterio de m¨¢rmol blanco de la catedral de Florencia; Verrocchio fue el escultor de cabecera de los M¨¦dici, y Donatello tall¨® la piedra con un estilo g¨®tico, elegante y cortesano. Por encargo de Cosme de M¨¦dici, Donatello cre¨® el primer desnudo de la escultura renacentista, una obra refinada y sensual, un David con un sombrero coronado de amarantos, "tan natural y de tal belleza que resulta incre¨ªble para los artistas que no haya sido moldeada sobre un modelo viviente".
Los artistas del quattrocento cobran cada vez mayor protagonismo en la sociedad civil italiana. Giotto hab¨ªa sentado a?os atr¨¢s las bases para una nueva forma de pintar. Las grandes familias toscanas del siglo XV les encargan sus retratos, y los poderosos M¨¦dici ejercen con largueza el mecenazgo con sus pintores de c¨¢mara. Uno de ellos, Masaccio, pint¨® de forma tan moderna que para Vasari era equiparable a los grandes artistas del cinquecento como Rafael o Miguel ?ngel. Pero la palma del gusto popular se la llevaron dos pintores hoy absolutamente reconocidos: Fra Ang¨¦lico y Botticelli. El fraile dominico no retocaba nunca sus pinturas por creer que hab¨ªan sido inspiradas por Dios. Sandro Botticelli, aprendiz en el taller de fray Filippo Lippi, retrat¨® a sus protectores, Cosme y Juliano de M¨¦dici, y pint¨® para la casa de campo de Lorenzo uno de los cuadros m¨¢s famosos de la historia del arte, el mito de El nacimiento de Venus, una leyenda pagana.
Piero della Francesca, Mantegna, Perugino... son los pintores que dar¨¢n paso al genio, al gran Leonardo da Vinci, el artista del Renacimiento, el inventor, pintor, humanista, el hombre que supo penetrar en la psicolog¨ªa de sus modelos para darle otra vida en la pintura, y tambi¨¦n el creador del sfumato (la degradaci¨®n entre claros y oscuros), el estudioso de la anatom¨ªa, de las m¨¢quinas, de las matem¨¢ticas. Leonardo es el punto final de una etapa en la que nadie le supera y que dar¨¢ paso a la ¨¦poca esplendorosa de Miguel ?ngel, Rafael y Tiziano. Pero eso es ya otro cap¨ªtulo y otro volumen de la Historia del Arte.
Babelia
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