Quejas y planes para arreglar el mundo

Probablemente, la mayor¨ªa de los usuarios de la Oficina de Atenci¨®n al Ciudadano entran en el Ayuntamiento sin conocer su existencia. Necesitan ayuda o quieren quejarse de algo y acuden a la sede principal del gobierno municipal. Generalmente, piden reunirse con el alcalde. Los conserjes y los polic¨ªas municipales de la entrada ejercen como un primer filtro y si entienden que el caso puede ser competencia de la oficina los invitan a pasar al despacho de su responsable. "Una vez que entran te encuentras de todo. Yo escucho y luego act¨²o", cuenta Pilar Rodr¨ªguez Prieto.

Cuando lleg¨® al servicio, hace m¨¢s de dos a?os, acord¨® con todas las delegaciones municipales que iban a intentar que las quejas ciudadanas no contribuyeran a "engordar" la burocracia municipal. Para evitarlo, Pilar hace un expediente muy breve con cada caso y lo env¨ªa a la Concejal¨ªa correspondiente por correo electr¨®nico. Con la respuesta que obtenga, llama por tel¨¦fono al ciudadano para informarle. Para algunos casos, como las personas que buscan una casa, este tr¨¢mite se ahorra porque ya se sabe que no hay m¨¢s soluci¨®n que inscribirse en la bolsa de demandantes de la empresa municipal de la vivienda.

La mayor¨ªa llega a la oficina buscando soluciones a un problema que le agobia, aunque tambi¨¦n los hay que con propuestas m¨¢s o menos sofisticadas. El informe de actuaciones de 2005 recoge casos como el del representante de un cantante en busca de "alg¨²n contrato", personas que acuden a pedir dinero para coger el autob¨²s, gente con un proyecto para acabar con la crisis de los astilleros o que creen haber dado con una soluci¨®n "para arreglar el mundo". Abundan tambi¨¦n los casos de ciudadanos que acuden para pedir una insignia del Ayuntamiento o una foto firmada por el alcalde. "Hemos descubierto que hay muchos que coleccionan aut¨®grafos de mandatarios", cuenta Pilar. "Tramitamos la petici¨®n, el alcalde firma la foto y se llama a la persona para que la recoja".