113 obras dividen a dos obispos
El prelado de Lleida se niega a obedecer a Roma, y el de Barbastro se mantiene firme: es la historia de dos di¨®cesis enfrentadas
Una obra de arte convertida en puerta. Un retablo de San Juan Bautista y su atributo, el cordero m¨ªstico, perforados por una vulgar cerradura de hierro. Es lo que pasaba con muchas obras sacras a finales del siglo XIX, que acababan reutiliz¨¢ndose como madera o cubiertas de polvo en un rinc¨®n. El 11 de marzo de 1897, el obispo Messeguer de Lleida compr¨® este retablo de San Juan Bautista en la parroquia de Zaid¨ªn (Huesca) por 3.000 reales.Hoy, esta obra del siglo XV asiste desde el almac¨¦n del Museo de Lleida a un enfrentamiento entre dos obispos que se disputan su propiedad y ubicaci¨®n. Es s¨®lo una de las 113 obras sacras de la discordia.
El conflicto se arrastra desde hace m¨¢s de diez a?os, pero fue el 8 de septiembre de 2005 cuando la Congregaci¨®n de Obispos exigi¨® a Lleida que entregara las obras sacras a Barbastro en el plazo de 30 d¨ªas (para cumplir as¨ª con el mandato de la Signatura Apost¨®lica, el Tribunal Supremo Vaticano).
El Museo de Lleida, a d¨ªa de hoy, no expone m¨¢s que cinco de las piezas reclamadas
Esta reclamaci¨®n ha coincidido con la pol¨¦mica de los papeles de Salamanca, esto es, las 500 cajas de documentos incautados a la Generalitat por Franco y que han estado almacenados hasta hace 10 d¨ªas en el Archivo General de la Guerra Civil de Salamanca.
Francesc Xavier Ciuraneta, obispo de Lleida, interpuso recurso contra la solicitud y pidi¨® permiso a las autoridades de la Generalitat (que deben velar por la unidad muse¨ªstica y cumplir con su ley de patrimonio) para entregarlas. Expir¨® el plazo y las piezas siguen en su sitio. Ciuraneta dice que las entregar¨¢ en cuanto reciba la autorizaci¨®n. Una carta que el presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall, envi¨® el mi¨¦rcoles a su hom¨®logo aragon¨¦s, Marcelino Iglesias, abre una nueva etapa en el conflicto. En ella, el presidente catal¨¢n califica de "prioritario" el retorno de las obras y anima a la firma de un convenio entre las partes afectadas. El Obispado de Lleida se muestra desconcertado por la carta del presidente de la Generalitat y queda a la espera de conocer cu¨¢les ser¨¢n los t¨¦rminos de ese convenio. "El obispo de Barbastro no tiene ni idea de derecho can¨®nico, ni tampoco Caterina Mieras [consejera de Cultura de la Generalitat], que es muy buena dermat¨®loga", clama Mos¨¦n Casanova, asesor jur¨ªdico del Obispado de Lleida, tras sorber su refresco de lim¨®n en una cafeter¨ªa.
"No pienso que sea posible que un obispo desobedezca a Roma", replica Marcelino Iglesias por tel¨¦fono m¨®vil: "No conozco algo similar en un eclesi¨¢stico desde la Edad Media".
El obispo de Lleida se defiende (por correo electr¨®nico, ya que no accedi¨® a una entrevista): "No me considero desobediente a la jerarqu¨ªa, porque siempre he actuado seg¨²n las leyes de la misma Iglesia. Muchos de los juicios que se han vertido sobre mi persona y mi actuaci¨®n en este tema creo que son fruto de un ambiente contaminado, que no tiene en cuenta la sencilla realidad de las cosas".
El origen de la cuesti¨®n se remonta a 1995, a?o en que el Vaticano segrega el Obispado de Lleida y otorga el control de las 111 parroquias de la franja de Ponent, zona del Arag¨®n oriental, al Obispado de Barbastro (a partir de ese momento, de Barbastro-Monz¨®n). A lo largo de ocho siglos, la franja hab¨ªa dependido de la Di¨®cesis de Lleida, que fue haci¨¦ndose, a base de compras y permutas, con obras de arte sacro procedentes de Huesca. Barbastro reclama las piezas porque entiende que son suyas, dado que su origen est¨¢ en un territorio que desde hace 10 a?os depende de su di¨®cesis y que los tribunales eclesi¨¢sticos as¨ª lo han dictado. En Lleida, por el contrario, se creen los propietarios porque adquirieron, restauraron y cuidaron esos bienes.
En la g¨¦lida sala capitular de la catedral de Barbastro, Enrique Calvera, sacerdote de 65 a?os y delegado de patrimonio, se enciende un cigarrito para superar ese sopor que le suele entrar a media ma?ana. En sus manos, la primera carta que present¨® en Lleida el 29 de diciembre de 1995 reclamando los bienes. "Cre¨ªamos con toda ingenuidad que esto se resolver¨ªa r¨¢pidamente, pero no ha sido as¨ª. En 11 ocasiones se han pronunciado ya distintas instancias eclesi¨¢sticas a favor de la devoluci¨®n". Calvera suspira por el frontal de Buira, una pieza del siglo XII, seg¨²n explica la m¨¢s valiosa. Pero, en total, Calvera calcula que son museables unas 52, entre las que hay 8 retablos, 19 pinturas (rom¨¢nicas, g¨®ticas, barrocas), 11 esculturas y 9 piezas de orfebrer¨ªa. El Museo de Lleida, a d¨ªa de hoy, no expone m¨¢s que cinco de las obras reclamadas.
El Palacio Episcopal, junto a la catedral, es el espacio en el que Barbastro espera poder albergar el arte sacro en 2008, pero las obras a¨²n no han empezado. Hasta entonces, si el viento sopla a favor de Arag¨®n, los bienes recalar¨ªan a 16 kil¨®metros de Barbastro, en Monz¨®n. Sesenta y siete baldosines y 22 bolsas de adhesivo descansan estos d¨ªas junto a la sala de 400 metros cuadrados en el edifico de C¨¢ritas Diocesana de Monz¨®n. "Hay cinco tesoros entre esas obras, cinco piezas ¨²nicas e irrepetibles", sostiene el p¨¢rroco local, Jos¨¦ Huerva, de 56 a?os, que a?ade: "El frontal de Treserra, el de Buira, la Virgen de Zaid¨ªn, la arqueta de Buira y la Santa Ana de Capella".
La cuesti¨®n de la propiedad est¨¢ en el aire. Depende del resultado que obtenga el recurso planteado ante instancias vaticanas por el Obispado de Lleida. Pero la obligaci¨®n de entregarlos sigue en pie. Se deber¨ªa haber ejecutado hace ya tres meses pero, hasta ahora, Ciuraneta aseguraba que necesitaba del permiso de la Generalitat para ejecutar la orden. La carta de Maragall a Iglesias abre un nuevo escenario.
Mos¨¦n Tarragona lleva toda una vida dedicada a cuidar de las obras reclamadas. Dirigi¨® durante 40 a?os el Museo Diocesano de Lleida y, ahora que tiene 80, confiesa estar muy deprimido con la situaci¨®n: "No es justo. Lo est¨¢n haciendo todo por intereses materiales", dice. "Los pol¨ªticos buscan componendas y el museo es moneda de cambio por los papeles de Salamanca y para que la Generalitat presida el Archivo de la Corona de Arag¨®n. Creo que se van a llevar las piezas".
El obispo de Barbastro, por su parte, se mantiene firme. Est¨¢ dispuesto a recurrir al Tribunal Constitucional si no consigue sus prop¨®sitos por la v¨ªa eclesi¨¢stica. "Las piezas tienen que estar aqu¨ª para que haya negociaci¨®n, son nuestras", afirma sentado en una butaca roja de su despacho en la Curia Diocesana de Barbastro. De sus reuniones con Caterina Mieras, la consejera de Cultura de Generalitat, afirma: "Ellos no dudan de la propiedad de las obras y saben que se catalogaron indebidamente, as¨ª que dar¨¢n su autorizaci¨®n ".
Mientras tanto, ah¨ª est¨¢n las piezas reclamadas, expuestas al p¨²blico: tres en la parroquia de San Lloren? y cinco en el Museo de Lleida. Entre ellas, la arqueta de Buira, un joyero del siglo XIV "que entr¨® como permuta a cambio de un San Jos¨¦ de cinco palmos", seg¨²n explica una de las conservadoras. Las visitas a este peque?o espacio se han triplicado en los ¨²ltimos meses al calor de la pol¨¦mica. El pasado s¨¢bado 21 acudieron 107 visitantes, una cifra sin duda inferior a la que espera manejar el futuro Museo de Lleida, a¨²n en fase de construcci¨®n: m¨¢s de 13 millones de euros invertidos y 6.835 metros cuadrados dispuestos a acoger algunas de las piezas en litigio. "Es fundamental que esto no acabe como un tema de vencedores y vencidos", sostiene Antoni Llevot, delegado de Cultura de la Generalitat en Lleida, en su despacho, presidido por un retrato de Maragall: "Vamos a tener que seguir hablando para encontrar la soluci¨®n".
"Es nuestro por usucapi¨®n"
Son m¨²ltiples los argumentos que maneja cada una de las partes a la hora de determinar la propiedad de los bienes. "Son nuestros por usucapi¨®n", asegura Mos¨¦n Casanova, asesor jur¨ªdico del obispo de Lleida. Es decir, sostiene que suya es la propiedad por la v¨ªa de la posesi¨®n continuada de esas obras. Adem¨¢s, apunta que cabe recurrir a otros tribunales de la Iglesia para que se pronuncien sobre esta cuesti¨®n, que hasta ahora s¨®lo se ha utilizado la v¨ªa administrativa: "En estos ¨²ltimos cinco a?os, ning¨²n tribunal ha entrado a estudiar los t¨ªtulos de propiedad del Obispado de Lleida", argumenta.
Desde Barbastro, sin embargo, defienden que entre un p¨¢rroco y un obispo no puede haber ning¨²n tipo de transacci¨®n, que la compra no se puede dar en el interior de una misma di¨®cesis y que, por tanto, las obras se adquirieron al margen de la legalidad ("un obispo no puede apropiarse de ellas", dice el sacerdote Enrique Calvera). Cosa que niega el asesor jur¨ªdico de Lleida: "Una di¨®cesis es una persona jur¨ªdica p¨²blica, y una parroquia, tambi¨¦n. ?C¨®mo no van a poder hacer negocios jur¨ªdicos o contratos?". Habr¨¢ que esperar a que el tribunal eclesi¨¢stico se pronuncie respecto al recurso interpuesto el 18 de octubre por el Obispado de Lleida. La cuesti¨®n de la propiedad est¨¢ en el aire.
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