Aqu¨ª te pillo, aqu¨ª te mato
A juzgar por la goleada de La Romareda, que remite necesariamente al partido del a?o pasado en Stamford Bridge, para ganar al Bar?a no hace falta ser mejor equipo, cosa en la que por otra parte los azulgrana no han tenido rival hasta ahora, sino que basta con practicar una jugada hasta el infinito. El Zaragoza supo ser paciente durante la hora y cuarto de laboriosidad del Barcelona para resolver el encuentro de forma decidida en cinco minutos. Frente al despliegue de jugadores de ataque de los barcelonistas, a los blanquillos les alcanz¨® con un m¨¢ximo de tres futbolistas y menos de diez segundos para cantar el gol por cuatro veces: Celades-Cani-Diego Milito armaron el 1-0; Zapater-?scar-Ewerthon fabricaron el 2-0; Cani-Ewerthon fueron suficientes para el 3-0 y el 4-2 lleg¨® de penalti por una mano de Edmilson, falta que expres¨® igualmente el infortunio azulgrana en las jugadas de estrategia. Las acciones locales resultaron tan r¨¢pidas y simples como insustancial fue el largo y denso f¨²tbol forastero.
Le cuesta al Bar?a enfrentar a los equipos con dos delanteros r¨¢pidos, volantes profundos y medios y defensas que achiquen el campo. La t¨¢ctica consiste en ceder la pelota y la cancha a los azulgrana a cambio de reducir los espacios. Hay que tener calma para no perder el sitio ante el f¨²tbol de claqu¨¦ barcelonista y ser resuelto en el contraataque cuando se roba el cuero. El origen de los goles del Zaragoza estuvo en los balones perdidos por el Barcelona. Los centrocampistas aragoneses rebanaron la pelota, filtraron el pase y los delanteros ganaron por velocidad la espalda de los centrales para jugarse el mano a mano con Jorquera, siempre impotente porque hab¨ªa demasiado espacio entre el portero y la zaga. No perdon¨® el Zaragoza, tan efectivo como organizado. V¨ªctor Mu?oz explot¨® la debilidad del Bar?a en la defensa de las jugadas de contraataque. Los azulgrana fueron vulnerables porque presionaron mal y tiraron peor la l¨ªnea del fuera de juego. Err¨¢ticos en la colocaci¨®n, fallaron en la coordinaci¨®n y la concentraci¨®n al punto que enfrentaron al adversario en desventaja. No hubo buenas coberturas y la defensa se venci¨® f¨¢cilmente.
Los centrales y el medio centro hab¨ªan sostenido al equipo tras disminuir su productividad ofensiva. El Bar?a extra?a a Xavi porque siendo uno solo hace jugar a los 11. El volante engrasa la m¨¢quina y funciona como una ara?a cuando tira la l¨ªnea de pase. Giuly es otro de los jugadores que hace quedar bien a sus compa?eros a costa de retratarse en cada mano a mano. Ni uno ni otro estuvieron en Zaragoza. Las lesiones y las rotaciones han aumentado el protagonismo de los futbolistas que tienen vida por s¨ª mismos a cambio de los que viven para el equipo.
Messi, Ronaldinho o Van Bommel son tan desequilibrantes que no necesitan compa?eros, sino que s¨®lo piden la pelota. Al brasile?o no le gust¨® la marca de Ponzio y se dej¨® caer por las zonas blandas del campo en una actuaci¨®n irrelevante. M¨¢s generoso estuvo el argentino mientras que al holand¨¦s le pudo el alma de delantero: tiene llegada, desmarque y gol y a cambio le cuesta contener. Van Bommel y Messi estuvieron implicados en las jugadas que posibilitaron los tantos del Zaragoza. La goleada, sin embargo, no fue culpa suya porque el t¨¦cnico les pone para que decidan los partidos a su favor y no en contra. El problema es que en la Romareda no hubo medios y defensas que recuperaran las pelotas perdidas por los dos atacantes.
Aunque rebajado en ataque, el Bar?a hab¨ªa resuelto los ¨²ltimos partidos, porque aguantaba en defensa. Ausentes Puyol y Deco, se desvencij¨® en Zaragoza porque el equipo estuvo descompensado. Puede que Rijkaard no midiera bien los cambios, pero tampoco se puede asegurar que con el capit¨¢n habr¨ªa ganado. Lo que s¨ª parece obvio es que el resgreso de Puyol y Deco en Mallorca har¨¢ del Bar?a un equipo m¨¢s reconocible. Necesita el Barcelona la garra defensiva para recuperar la pelota que a veces pierden los delanteros cuando buscan el gol de la victoria.
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