R¨¦plica del alcalde
Que estupenda r¨¦plica en Cartas al Pa¨ªs de mi alcalde. Todo ¨¦l pura ayuda y colaboraci¨®n desde la m¨¢s alta honorabilidad y coherencia para el bien de la ciudad de M¨¢laga. Lo malo es que la realidad es tozuda y pone de manifiesto actitudes bastante diferentes.
Siempre no. Si la Subdelegaci¨®n del Gobierno va al antiguo Hotel Caleta, dice no, aunque no sea su competencia, mejor un nuevo edificio en el Muelle de M¨¢laga. Si se proponen desaladoras para la ciudad (con reservas de s¨®lo un 30%) de nuevo no, son una barbaridad ecol¨®gica y no hacen falta. Si museo del transporte en Campamento Ben¨ªtez, pues no, mejor un bonito acuario.
Entre el digo y el diego. Que existe un plan del puerto llamado digo que el acept¨®, pues mejor uno llamado diego, lo que no descarta un posterior digo. Que propone y firma con otras administraciones un futuro palacio de la m¨²sica llamado diego, hoy reivindica a digo, ?ma?ana?
Manipulaci¨®n de la realidad (?delirio?). Frente a lo que dice, jam¨¢s existi¨® en la mente de nadie en el Gobierno del PP poner una peseta/euro para el Museo de Bellas Artes ni en la Trinidad ni en la Aduana y existi¨® un rechazo total en el Gobierno de Aznar al AVE a M¨¢laga, s¨®lo la reivindicaci¨®n de la Junta de Andaluc¨ªa y el ¨®rdago de Celia Villalobos, dimisi¨®n o AVE, consiguieron su construcci¨®n.
Eternizaci¨®n en la toma de decisiones. Sin ejemplos, su gesti¨®n es pura dilaci¨®n.
Concepci¨®n reaccionaria de ciudad. La ejemplifican el monstruo que quiere a los pies de calle Larios, el intercambiador, o el sectarismo en el cuidado de barrios de clase acomodada frente al resto.
Y por ¨²ltimo su especialidad, las piedrecitas en el camino a proyectos de los dem¨¢s para la ciudad. As¨ª, si se pone en valor una important¨ªsima zona mediante la restauraci¨®n del Teatro Romano y la Alcazaba y la construcci¨®n del Museo Picasso, mi alcalde rehabilitar¨¢ cualquier zona de la ciudad menos esa, tan deteriorada, por la que diariamente pasan miles de turistas. As¨ª minusvalorar¨¢ lo realizado por otras administraciones. Si se proyecta el metro, obra radicalmente transformadora de la ciudad, siempre tendr¨¢ una ¨²ltima reivindicaci¨®n que lo frene, un ¨²ltimo requisito para el comienzo de la obra, una opini¨®n absolutamente ausente de entusiasmo sobre el mismo o un permanente alarmismo sobre las cat¨¢strofes que la obra conllevar¨¢ para la ciudad.
Quedan algunas otras cualidades pero se las dej¨® a su compa?era Celia Villalobos, existe abundante bibliograf¨ªa.
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