Entusiasmo en la clausura del Festival Hay en Cartagena
El encuentro seguir¨¢ celebr¨¢ndose en la ciudad colombiana en los pr¨®ximos a?os
En el encuentro celebrado el s¨¢bado sobre literatura y cine, en la oscuridad del teatro Heredia, se oy¨® un grito que dej¨® estupefactos a los asistentes y conmocionado al periodista que conduc¨ªa el acto: "Que se calle el moderador y que hablen los autores". Aplausos. ?sta es la t¨®nica que ha marcado el Hay Festival de Cartagena de Indias, que se clausur¨® ayer. Un p¨²blico exigente, curioso, muy interesado en todo, conocedor de la obra de los autores participantes y que, sobre todo, quer¨ªa saber todo de todos los escritores.
Segovia ser¨¢ la sede el pr¨®ximo mes de septiembre de otro Festival Hay
El p¨²blico joven ha desbordado todas las previsiones de los organizadores
El entusiasmo del p¨²blico ha sido uno de los aspectos que ha conquistado a los organizadores brit¨¢nicos del festival. "La gente, sobre todo los j¨®venes, se ha involucrado de una manera extraordinaria y desde el primer d¨ªa se apropiaron del festival. Al principio, nos quedamos sorprendidos y ahora estamos encantados", afirm¨® ayer Peter Florence, fundador y director general del Hay Festival, al hacer balance de c¨®mo ha ido el encuentro. Se fue con una promesa: habr¨¢ nuevo Hay Festival en Cartagena de Indias el pr¨®ximo a?o y ya tiene fecha: ser¨¢ la ¨²ltima semana de enero. "Nuestra intenci¨®n es mantenerlo para siempre si contamos con apoyo financiero".
Se da por seguro que lo tendr¨¢n. Sin ir m¨¢s lejos, la Fundaci¨®n Mapfre ha firmado estos d¨ªas un convenio con el Hay, por el que aportar¨¢n 90.000 euros anuales durante tres a?os renovables. Por parte espa?ola son tambi¨¦n patrocinadores Iberia, el Banco Santander, la Fundaci¨®n Carolina y el Ministerio de Cultura y la Embajada espa?ola en Colombia. Y hay otros, como el British Council o la Embajada brit¨¢nica.
"Con la incorporaci¨®n de Segovia ya son tan grandes los Hay en espa?ol como los que se celebran en ingl¨¦s", dijo Florence. "Segovia goza de las mismas condiciones que Cartagena, ciudades peque?as en las que autores y p¨²blico pueden sumergirse". El primer Hay de Segovia, el pr¨®ximo mes de septiembre, "ser¨¢ muy similar al de Cartagena de Indias", se?al¨® Florence, aunque tendr¨¢ m¨¢s escenarios. "Siempre reservamos un 25% de entradas gratuitas para los estudiantes, pero en el caso de Segovia el Gobierno de Zapatero dar¨¢ becas para que puedan asistir j¨®venes de toda Espa?a".
En las tertulias y charlas del Hay cartagenero han estado, en general y salvo muy honrosas excepciones, mejor los autores y el p¨²blico que los moderadores. En el caso de la mesa redonda sobre cine y literatura, fueron Hanif Kureishi, Javier Cercas, Jorge Franco y Edgardo Cozarinsky quienes salvaron la situaci¨®n.
En el encuentro sobre ?Para qu¨¦ escribir? Escribir ficci¨®n en Latinoam¨¦rica y en Europa, la presentadora dej¨® desconcertados a los escritores Enrique Vila-Matas, el colombiano William Ospina y la venezolana Victoria de St¨¦fano, al preguntarles por qu¨¦ le¨ªan, qu¨¦ uniforme se pon¨ªan para escribir o cu¨¢ntos libros vend¨ªan y a qu¨¦ precio. Tambi¨¦n en esta ocasi¨®n salvaron la situaci¨®n los autores.
Nadie ha querido dar demasiada importancia a estos fallos y a otros de organizaci¨®n. Son errores, afirmaron los organizadores, de principiantes desbordados. "Este Hay ha servido a Cartagena de Indias de entrenamiento para lo que se le viene encima el a?o pr¨®ximo", dijo Florence: el IV Congreso Internacional de la Lengua Espa?ola, que se celebrar¨¢ en marzo, apenas tres meses despu¨¦s de su segundo Hay.
Quien realmente ha estado a la altura ha sido el p¨²blico, en los espacios de los encuentros, en la calle y en las librer¨ªas. En la Abacus, por ejemplo, que se preocup¨® de tener libros de todos los autores participantes, se?alaron que los m¨¢s vendidos han sido t¨ªtulos de Laura Restrepo, de William Ospina y de Hanif Kureishi, aunque "se interesaron por los de todos". En la librer¨ªa Nacional, Vikram Seth, Kureishi y Vila-Matas firmaron ejemplares sin parar durante una hora.
"Hay verdadera sed de cultura y de lectura en Colombia", explic¨® Ospina. "Por eso, en cierto modo, comprendo la pirater¨ªa. Es ilegal, pero revela un fen¨®meno social: si uno no puede conseguir los libros legalmente porque no tiene capacidad adquisitiva, los intentan obtener por otras v¨ªas porque quieren tenerlos a toda costa, y esto, para nosotros, los autores, es estimulante. Tambi¨¦n comprendo que es deber de los editores luchar contra este problema. Probablemente se podr¨ªa evitar si las editoriales hicieran tiradas m¨¢s largas a precios m¨¢s bajos".
Vila-Matas fue uno de los autores m¨¢s perseguidos por los lectores infatigables. "En sus novelas mezcla ensayo y ficci¨®n, ?por qu¨¦?", le preguntaron. "Porque no hay fronteras entre uno y otro g¨¦nero, se juntan de manera natural. Llego hasta el punto del v¨¦rtigo del abismo. Lo que hago es pensamiento narrado. Antes de que clasifiquen, me clasifico yo". Tambi¨¦n le plantearon algunas cuestiones m¨¢s peliagudas. "En Doctor Pasavento ?qu¨¦ parte hay de ficci¨®n y que parte de biograf¨ªa?". Hasta aqu¨ª todo normal, pero antes de que el escritor pudiera contestar, el admirador enardecido lanz¨® un vigoroso "?Viva Espa?a!" que le dej¨® un poco turulato. Al fin, respondi¨®: "Depende de si usted cree o no que Espa?a existe". Una pregunta sobre el Estatuto de Catalu?a puso a prueba su paciencia. "He viajado a Cartagena de Indias para olvidarme por unos d¨ªas de este pesad¨ªsimo y aburrid¨ªsimo proceso pol¨ªtico".
Si Vila-Matas es conocido, Fernando Savater es un ¨ªdolo en Colombia. La prensa, las televisiones, las radios y los lectores no le han dejado a sol ni a sombra. Y aun as¨ª, tuvo tiempo de ir a charlas con alumnos de una escuela de uno de los barrios m¨¢s deprimidos de Cartagena, el Nelson Mandela, invadido por desplazados por la violencia en condiciones de pobreza absoluta. Savater, que pertenece a la ONG Plan Internacional de Educaci¨®n, explic¨® que los maestros son aut¨¦nticos h¨¦roes, son voluntarios y tardan meses y meses en cobrar el sueldo y pese a ello reparten comida entre alumnos y padres.
De los 20 encuentros celebrados destacan dos especialmente: uno sobre humor, iron¨ªa y s¨¢tira en la literatura y otro en el que se debati¨® sobre literatura y periodismo. En el primero, muy bien conducido por Daniel Samper Pizano, intervinieron el argentino Roberto Fontanarrosa, que para delicia de los asistentes ejerci¨® par¨®dicamente de argentino prepotente y soberbio; Fernando Savater, que mostr¨® su enorme capacidad de humor e iron¨ªa, y Carmen Posadas, que se present¨® como una supuesta "no graciosilla" y que conquist¨® al personal.
El dedicado a las fronteras entre periodismo y literatura fue de gran calado. Moderado por Jaime Abello, director ejecutivo de la Fundaci¨®n Nuevo Periodismo Iberoamericano, participaron los colombianos Juan Gossa¨ªn, Marco Schwartz y H¨¦ctor Abad Faciolince, la mexicana Alma Guillermoprieto y el estadounidense Francisco Goldman. Todos ellos, con la doble experiencia del periodismo y la escritura de libros, dejaron bien claro que la ficci¨®n es el arte de mentir para contar una verdad literaria y que el periodismo no admite la mas m¨ªnima mentira; que hay un derecho a la informaci¨®n y un derecho a la imaginaci¨®n y que la frontera entre ambos debe ser muy clara.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.