Curiosidad
Con frecuencia ocurre que un comentario te deja perplejo porque no se te ha ocurrido nada igual o lo has pensado o sentido de forma diferente, incluso contradictoria. Si es ingeniosa te alegra la vida y eso es m¨¢s que suficiente; se dir¨ªa que las personas ingeniosas viven instalados en un chip diferente al de los dem¨¢s mortales, m¨¢s r¨¢pidos y m¨¢s lejanos a cualquier circunstancia. Cuando el comentario es serio, parece inteligente y uno no es experto en el tema, lo normal es que te haga dudar, aunque sea un poco, del criterio que supones que tienes; y si te hace pensar que te est¨¢s perdiendo algo que puedes llegar a conocer y disfrutar, entonces es posible que te empe?es en buscarlo.
As¨ª ocurre por ejemplo con la arquitectura y con muchas otras cosas que aqu¨ª no vienen al caso, y como no es tarea f¨¢cil estudiarlo a fondo, se suele uno conformar recurriendo a alg¨²n conocido que lo explique. Afortunadamente a casi todo el mundo le gusta hablar de lo que sabe. As¨ª fue c¨®mo, tras ver una atractiva notificaci¨®n de la exposici¨®n sobre la VIII Bienal de Arquitectura AE2005 en el Antiguo Convento de Santa Mar¨ªa de los Reyes, llam¨¦ a una persona experta para acompa?arla en la visita que supuse ser¨ªa de su inter¨¦s y la ¨²nica condici¨®n que pidi¨® fue ir y volver andando, a lo que acced¨ª gustosamente a pesar del fr¨ªo que hac¨ªa aquel d¨ªa. Pero las expectativas de la estrategia fracasaron porque, aunque no se puede negar que aquello estaba calefactado y calentito, la visita no fue un ¨¦xito.
Lo primero que vimos al entrar fueron unos objetos extra?os, o quiz¨¢ tampoco tanto, dentro de cuyos cuerpos transparentes se exhib¨ªan fotos colocadas tan arbitrariamente que dificultaban la visi¨®n. En la segunda habitaci¨®n colgaban cartones con dibujos y fotos a diferentes alturas, de los que s¨®lo pudimos examinar los m¨¢s bajos -mi acompa?ante pregunt¨® por una escalera port¨¢til-, cuyos autores estaban mezclados sin orden ni concierto, unos m¨¢s repetidos que otros. Al final, tras pocos minutos, nos conformamos con un peque?o acorde¨®n de cart¨®n ilustrado con peque?as im¨¢genes que parec¨ªan interesantes. El optimismo y la curiosidad son estupendos, pero hay veces en las que no son suficientes.
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