Plural
La propuesta del lunes -primera sesi¨®n del ciclo Residencias del CDMC- era plural pero ten¨ªa su intenci¨®n. La primera parte se abr¨ªa con Dream sequence, de George Crumb (1929), una meditaci¨®n en la que las acotaciones para los int¨¦rpretes parecen versos de Kenneth Rexroth, en la que el sonido se suspende, se atomiza y crece al m¨¢ximo desde su m¨ªnima presencia. Y segu¨ªa con el Tr¨ªo de cuerda de Jonathan Harvey (1939), aparentemente el polo opuesto si no fuera por el af¨¢n de indagaci¨®n en un cierto m¨¢s all¨¢ que une dos obras que no pueden ser m¨¢s distintas, del color y el gesto de la del americano a la r¨ªtmica y la pulsi¨®n de la del ingl¨¦s.
En la segunda parte aparecer¨ªa la pieza m¨¢s curiosa de la sesi¨®n, Ritmos and melos, de Terry Riley (1935). Puede parecer que se ha quedado un poco vieja pero hay en ella una enternecedora combinaci¨®n de mec¨¢nica y sentimiento -ambos con un punto de artificialidad que me parece el excipiente para que la mezcla funcione-, de puro Reich y puro, qu¨¦ se yo, Joseph Kosma que, al final, le acaba salvando de que se lo lleve la corriente minimalista. M¨²sica divertida donde las haya, no s¨¦ si a su pesar, en el fondo ingenua, pura, peque?a y abarcable.
Centro para la Difusi¨®n de la M¨²sica Contempor¨¢nea
Tr¨ªo Arb¨®s. Neopercusi¨®n. Paul Cortese, viola. Obras de Crumb, Harvey, Riley y Torres. Museo Reina Sof¨ªa. Madrid, 30 de enero.
En una l¨ªnea m¨¢s ortodoxa respecto del aparente modelo de Riley, Jes¨²s Torres (1965) construye en Splendens una pieza deslumbrante que hace honor a su t¨ªtulo, virtuos¨ªstica, brillante, directa y que muestra c¨®mo la inventiva puede ser conducida por el oficio. Tan estupendo programa necesitaba de int¨¦rpretes a su altura, y el Tr¨ªo Arb¨®s, Neopercusi¨®n y el viola Paul Cortese estuvieron tambi¨¦n a la de su magn¨ªfica reputaci¨®n. Como siempre, lleno total.
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