Andr¨¦s Nagel traslada al Kursaal su universo art¨ªstico de sensaciones
El artista exhibe en San Sebasti¨¢n m¨¢s de 150 esculturas, pinturas, fotograf¨ªas y pel¨ªculas
Andr¨¦s Nagel (San Sebasti¨¢n, 1947) ha hecho de la libertad creativa la base de su trayectoria. No s¨®lo se ha atrevido a explorar las disciplinas m¨¢s dispares con materiales de todo tipo, se ha mantenido tambi¨¦n fiel a un universo ir¨®nico y transgresor, seg¨²n los expertos, muy alejado de modas y servidumbres institucionales. La Sala Kubo de Kutxa en el Kursaal de San Sebasti¨¢n sintetiza ahora su actividad creadora de sensaciones en una exposici¨®n colorista que re¨²ne unas 150 obras recientes, entre esculturas, pinturas fluorescentes, fotos, collages y pel¨ªculas.
Nagel es, adem¨¢s de protagonista, el dise?ador de esta muestra que permanecer¨¢ abierta al p¨²blico hasta el pr¨®ximo 17 de abril. Por eso y pese a su poca afici¨®n por las comparecencias p¨²blicas, ayer tuvo que ejercer de maestro de ceremonias en la visita guiada de la exposici¨®n. Dio sobre todo explicaciones gen¨¦ricas sobre el montaje -"he optado por ordenar el espacio sin meter artificios primando las series sobre las obras"-, porque cuando al artista se le pide que explique sus creaciones responde tajante: "D¨ªgame qu¨¦ le sugieren a usted". "Un cuadro no se explica: se ve, se siente... Es cuesti¨®n de sex appeal" y de "invertir en ¨¦l un poco de tiempo".
"El problema de la pl¨¢stica es que tambi¨¦n requiere algo de conocimiento. Y como se ve en dos segundos al estilo de esos libros de aprenda usted alem¨¢n en 10 d¨ªas... Eso es un enga?o".
El artista donostiarra, que ha hecho de la hibridaci¨®n entre la pintura y la escultura uno de sus principales sellos de identidad, ofrece en esta exposici¨®n m¨¢s de 150 motivos para causar sensaciones en el espectador, provocarle descargas, perturbarle o hacerle pensar. Le exige que indague en el espacio central y di¨¢fano de la sala, donde descubrir¨¢ por ejemplo una serie taurina de esculturas rampantes de hierro en la pared; piezas que cuelgan del techo o vol¨²menes iluminados y m¨®viles de cromatismo infantil sobre un jard¨ªn de cristales rotos. "Aqu¨ª no se da valor a una pieza, sino al conjunto", dijo. Se agrupan por series para evitar que la sala parezca "un hormiguero". En este espacio, donde tambi¨¦n ha colgado pinturas y unas singulares vidrieras en hierro y poli¨¦ster, se concentra un buen n¨²mero de los materiales con los que ha trabajado este artista de proyecci¨®n internacional. Porque Nagel no ha hecho ascos a nada. "Es como si habl¨¢ramos de la m¨¢quina de escribir. ?Qui¨¦n se acuerda de en qu¨¦ m¨¢quina ha escrito algo? Parece que el cuadro o la pintura son exclusivamente algo f¨ªsico. Pero ah¨ª detr¨¢s se mueven ideas, sensaciones y eso es lo ¨²nico que me importa. Del material ni me acuerdo". Pero todos le sirven para su prop¨®sito.
El donostiarra presenta en la Sala Kubo una serie de piezas en bronce -desde cabezas hasta formas org¨¢nicas- en una vitrina iluminada y pegada a una sala oscura en la que pueden contemplarse pinturas de plomo "en versi¨®n apagada o encendida". Tambi¨¦n proyecta sobre cuatro pantallas fotograf¨ªas y pel¨ªculas realizadas con un tel¨¦fono, adem¨¢s de una selecci¨®n de maquetas y dibujos de proyectos de obra p¨²blica ya expuestos en Suiza y Estados Unidos. La mayor¨ªa de estos dise?os nunca se han llegado a materializar. Nagel lo explica as¨ª: "La escultura p¨²blica es un l¨ªo. Se empieza con mucho entusiasmo y luego se abandona".
El artista, arquitecto de formaci¨®n, lo sabe por experiencia propia, porque ha trascendido el espacio de las galer¨ªas y los museos para expandirse por espacios p¨²blicos con obras por las que se ha ganado la fama de "transgresor", "rompedor" e "inclasificable". ?l siente estas catalogaciones como una "simpleza". "Yo simplemente hago lo que puedo", confiesa. "Porque los artistas ni siquiera podemos hacer lo que nos da la gana".
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