Clase de historia y modernidad

Los paradores de turismo no son ¨²nicamente monumentos, sino tambi¨¦n personas. Servidores de la historia como Basilio Meneses, que lleva la friolera de 29 a?os empleado en el mismo parador y a¨²n mantiene intactas su jovialidad y buena disposici¨®n para la acogida. Con orgullo campechano sit¨²a enseguida a quien se hospeda en Alarc¨®n sobre la pista de la ¨²ltima reforma obrada en el que fuera el castillo de los marqueses de Villena y antiguo alc¨¢zar musulm¨¢n, ahora despampanante ejemplo de un interiorismo actual firmado por Mar¨ªa Moreno. Su propuesta no puede ser m¨¢s estimulante. Carpinter¨ªas y muebles de dise?o, suelos de barro o madera, tapicer¨ªas rojizas y anaranjadas, adem¨¢s de una valiosa colecci¨®n de pintura contempor¨¢nea que incluye obras de T¨¤pies, Sempere, Amadeo Gabino, ?lvaro Delgado y Menchu Gal, sustituyen a los yelmos, forjas y oriflamas cuartelarias que hasta hoy decoraban el parador.

Lo primero que reclama la mirada tras el vericueto de acceso a la fortaleza, una vez sorteados la primera muralla y el caser¨ªo adosado a sus pies, es el torre¨®n de acero corten que separa las zonas comunes de las habitaciones privadas. En el costado derecho cobran ahora mayor relevancia el bar y la cafeter¨ªa, decorada con unos llamativos doseles y un gigantesco tapiz de rojo sangre y naranja. Desde muy temprano por la ma?ana se sirven aqu¨ª unos desayunos a la carta sin calidad extrema, pero bienintencionados en la presentaci¨®n de los platos. La mantequilla reposa con sal y sin sal en unos elegantes tarritos de porcelana.

Si hubiera que elegir una habitaci¨®n singular entre todas, de por s¨ª excepcionales tras la reforma, sin duda ¨¦sta ser¨ªa la que cubre el hueco superior de la torre del homenaje, conocida como la suite de Don Juan Manuel. Su b¨®veda original de medio punto no tiene parang¨®n en ning¨²n parador. En un alarde de audacia, integra el cuarto de ba?o en la propia alcoba para conseguir aire y dar libre acceso al portill¨®n que la comunica con el paseo de ronda, desde el cual se obtienen unas vistas ¨²nicas de los meandros del r¨ªo J¨²car. Un dosel rojo pasi¨®n vuela sobre la cama, iluminada por hal¨®genos bien orientados y los destellos art¨ªsticos de la obra gr¨¢fica firmada por Pablo Palazuelo. L¨¢stima que la disposici¨®n de la ba?era bajo la b¨®veda impida ducharse de pie, puesto que el hueco apropiado lo ocupa el bid¨¦ por exigencias de una legislaci¨®n hotelera obsoleta desde los tiempos de la Pompadour.