Alianzas asim¨¦tricas

Las alianzas que sostienen a un gobierno tienden a mantenerse, a despecho de broncas y desencuentros, si no existe una alternativa viable. Tras el acuerdo entre Zapatero y Mas sobre el Estatuto, el PSOE tiene alternativa para el caso de que ERC cumpliera su amenaza de dejar en suspenso su condici¨®n de aliado fijo. Pero eso no es exactamente as¨ª en Catalu?a, donde la supervivencia del tripartito depende de que ERC apoye el Estatuto. Esta asimetr¨ªa est¨¢ condicionando las negociaciones para incorporar a Esquerra al consenso estatutario.

Es posible que Carod (y Puigcerc¨®s) desee sinceramente sumarse a ese consenso, pero, por una parte, se considera agraviado por haber sido marginado de la negociaci¨®n decisiva, y con derecho a una compensaci¨®n; y el acuerdo cerrado ofrece escaso margen para concesiones adicionales que pueda capitalizar Esquerra. Por otra, este partido tiene dif¨ªcil retroceso tras la adhesi¨®n entusiasta de sus bases al rechazo al Estatuto "en su estado actual" expresado por sus dirigentes.

El problema afecta a Maragall, porque en su caso no podr¨ªa simplemente sustituir a un aliado por otro. Si entrase CiU, exigir¨ªa la presidencia, dado que tiene m¨¢s esca?os (aunque no m¨¢s votos) que el PSC. Eso, o elecciones anticipadas. Artur Mas ha deslizado el mensaje de que CiU no podr¨ªa "implicarse a fondo en el Gobierno de Espa?a si no gobierna en Catalu?a". De ah¨ª la insistencia de Maragall en que el apoyo de Esquerra es imprescindible para el Estatuto. Lo es para la continuidad del tripartito, pero ?lo es tambi¨¦n para el Estatuto?

Por lo menos es conveniente. El Estatuto de 1979 fue aprobado por el 88,5% de los votantes, con una participaci¨®n del 59,7%. Entonces ning¨²n partido significativo propugn¨® el voto negativo. Si ahora lo hiciera ERC, por un lado, y el PP, por otro, el respaldo en el refer¨¦ndum de ratificaci¨®n podr¨ªa quedar por debajo del de hace 27 a?os. Lo que sin duda ser¨ªa esgrimido por quienes sostienen que existe una disociaci¨®n entre la clase pol¨ªtica catalana y sus representados. Pero tambi¨¦n es posible que el PSOE no vea con malos ojos un rechazo de ERC que demostrar¨ªa que el Estatuto pactado con Mas es moderado: por eso lo rechazan los dos extremos. Es m¨¢s probable que Esquerra se incline por la abstenci¨®n, tal vez con la intenci¨®n de capitalizar como propia la t¨¦cnica que se produce en toda consulta y presentarla como prueba de que la poblaci¨®n rechaza los recortes introducidos al texto que sali¨® del Parlamento catal¨¢n. Esto tambi¨¦n est¨¢ en juego en las negociaciones.