Aguafiestas
En plena ebullici¨®n de la estupidez humana bajo todas sus manifestaciones m¨¢s o menos violentas, un rayo de sol ilumina, oh, nuestras vidas. Abri¨¦ndose paso entre el fragor de los fan¨¢ticos y la prepotencia de los imb¨¦ciles, superando incluso la magnitud de un Zaplana convertido en palad¨ªn de las libertades, ?hay algo m¨¢s!
?El ed¨¦n perdido! ?Un tesoro de la biodiversidad! ?Admirables criaturas que dimos por extinguidas! ?Aves y ranas, canguros trepadores, mariposas, rododendros gigantescos! Hummm, si esto es el Para¨ªso, y nosotros somos los nuevos Robinsones, entonces esos se?ores de ah¨ª son Viernes.
Pero estamos hablando de Pap¨²a Occidental, por lo que parece m¨¢s probable que esos caballeros no sean Viernes, sino miembros del ej¨¦rcito de ocupaci¨®n indonesio que desde 1962 invadi¨® la isla, embarc¨¢ndose desde entonces en una cruzada de exterminio de la cultura pap¨²a.
Por fortuna, Paul Kingsnorth nos lo recuerda en The Independent de ayer, y hay una web a la que podemos dirigirnos, en busca de informaci¨®n (www.freewestpapua.org); al hacerlo, descubriremos que, detr¨¢s de las aves de espectacular plumaje y de los coloreados insectos existe un pueblo en v¨ªas de extinci¨®n.
Cuando los holandeses abandonaron su imperio en 1949, casi todo fue a parar a la entonces nueva naci¨®n-Estado llamada Indonesia. Pap¨²a Occidental, poblada desde hace 40.000 a?os por 250 tribus que hablan 300 lenguas distintas, reclam¨® la independencia, por formar parte de Melanesia, no de Asia. En 1961 la consiguieron, pero les dur¨® poco. Indonesia plant¨® su bota en el para¨ªso, y desde entonces ha mantenido su pol¨ªtica de represi¨®n y explotaci¨®n de las riquezas naturales del territorio: oro, cobre, maderas, petr¨®leo, gas. Nadie les llam¨® al orden: era la guerra fr¨ªa, Indonesia era muy cortejada por China y la URSS. No pod¨ªamos perderla.
Abandonados por todos, los pap¨²es intentan hacerse o¨ªr, pero est¨¢n demasiado lejos; y sus vidas corren peligro. Los soldados indonesios tienen mano libre para torturar, violar y brutalizar, lo cuenta Kingsnorth y lo saben las ONG que han estudiado el asunto.
Perdonen que les ag¨¹e la fiesta. Pero es que ya no quedan mundos inocentes. Si es que alguna vez existieron.
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