La poes¨ªa como destino
El siglo XX ha dado en Rusia, en el primer tercio, una floraci¨®n inusualmente rica de grandes poetas: Osip Mandelstam, Alexandr Blok, Evgeni Yesenin, Vlad¨ªmir Mayakovski, V¨ªktor Klebnikov, Bor¨ªs Pasternak. Pero, contra el ninguneo de la pol¨ªtica cultural sovi¨¦tica, fueron Anna Ajm¨¢tova (1889-1966) y Marina Tsvet¨¢ieva (1892-1941) las que el fervor popular erigi¨® en iconos nacionales al transmutar su drama personal colectivamente. La obra -y la vida- de estas dos mujeres luchadoras e independientes reflejan de forma ejemplar el destino tr¨¢gico de su pa¨ªs. Este rango, y -pasando por alto su magnitud intelectual- su condici¨®n de madre, esposa y amante dolorosas, se les ha reconocido siempre.
Inexorablemente, la cr¨®ni
ca de la vida de las dos poetas -que se profesaron admiraci¨®n mutua, pero s¨®lo se encontraron una vez- deviene en un recuento de los horrores y las vilezas del siglo XX: la revoluci¨®n de octubre destruye sus hogares, la guerra civil les roba los maridos; Tsvet¨¢ieva queda agotada por las penurias del exilio; las purgas estalinistas obligan a Ajm¨¢tova a enmudecer; la Segunda Guerra Mundial trae hambre y desesperaci¨®n. Aislada, sin recursos, con el marido y la hija encarcelados, Tsvet¨¢ieva se suicida en 1941; Ajm¨¢tova sobrevive en m¨ªseras condiciones, denostada como enemiga del pueblo, con prohibici¨®n de escribir hasta la vejez. Quema sus poemas despu¨¦s de aprenderlos de memoria; as¨ª, de forma oral, circulan muchos a?os.
Estas terribles vivencias cristalizan en R¨¦quiem, dedicado a las mujeres que hac¨ªan cola ante las c¨¢rceles estalinistas, y en una composici¨®n ¨¦pica sobre el paso del tiempo, Poema sin h¨¦roe, en la que trabaj¨® m¨¢s de veinte a?os. "Nos vigilaban estrellas de la muerte, / e, inocente y convulsa, se estremec¨ªa Rusia / bajo botas ensangrentadas, bajo / las ruedas de negros furgones". Ajm¨¢tova traza en su elegiaca obra un largo arco hacia el pasado, desde la devastaci¨®n de la guerra, en 1942, hasta una fantasmag¨®rica fiesta de fin de a?o, en 1913, un momento de despreocupado esplendor. Aproximadamente al mismo tiempo, en las v¨ªsperas de la Primera Guerra Mundial, tambi¨¦n Marina Tsvet¨¢ieva, diametralmente opuesta al clasicismo de su adorada "musa del llanto", empez¨® su diario po¨¦tico ('Mis poemas son un diario') con textos iconoclastas, de desbordante vivacidad. Tsvet¨¢ieva rompe con los estereotipos convencionales de la poeta, introduciendo un yo femenino andr¨®gino, desafiante, poderoso. La espontaneidad y vehemencia de su tono po¨¦tico corresponden a la turbulencia de las relaciones amorosas plasmadas en su extenso Poema del fin o en los poemas dedicados a Osip Mandelstam, Bor¨ªs Pasternak y Rainer Maria Rilke. De la enorme amplitud del registro amoroso, sin embargo, dan cuenta poemas tan escuetos como Amor: "?Alfanje? ?Fuego? /M¨¢s simple, sin tanto ruido. / Dolor familiar, como la palma de los ojos, / como a los labios el nombre / de un hijo".
Existen m¨²ltiples edicio
nes de la poes¨ªa de Tsvet¨¢ieva y Ajm¨¢tova. De la primera, destacan los tomos publicados en Hiperi¨®n; de la segunda, una traducci¨®n de R¨¦quiem y Poema sin h¨¦roe en C¨¢tedra, con introducci¨®n y notas ejemplares. Pero si bien estas publicaciones observan el rigor editorial de ofrecer el texto en biling¨¹e, no alcanzan la transparencia y el buen fluir de las versiones de M¨®nika Zgustova, traductora de Hrabal, y Olvido Garc¨ªa Vald¨¦s, una de las voces po¨¦ticas espa?olas m¨¢s relevantes. El trabajo en equipo ha dado un ¨®ptimo resultado, y la acertada selecci¨®n permite conocer las distintas ¨¦pocas de la obra de las poetas antologadas. La historia misma del siglo XX parece hablar a trav¨¦s de sus versos: sobria y elegante, Ajm¨¢tova; audaz y avasallante, Tsvet¨¢ieva. De esta ¨²ltima, adem¨¢s, acaba de aparecer Natalia Goncharova. Retrato de una pintora, algo m¨¢s que un acercamiento a esta artista de vanguardia que comparti¨® nombre con la mujer de Pushkin. Tsvet¨¢ieva tira del hilo de esa coincidencia para reflexionar sobre su propia ni?ez al tiempo que indaga en los mitos de la creaci¨®n, la belleza y la tragedia. Tres cosas que conoc¨ªa de primera mano.
El canto y la ceniza. Anna Ajm¨¢tova, Marina Tsvet¨¢ieva. Traducci¨®n de M¨®nika Zgustova y Olvido Garc¨ªa Vald¨¦s. Galaxia Gutenberg/C¨ªrculo de Lectores. Madrid, 2005. 172 p¨¢ginas. 17,90 euros. Natalia Goncharova. Retrato de una pintora. Marina Tsviet¨¢ieva. Traducci¨®n de Selma Ancira. Min¨²scula. Barcelona, 2005. 160 p¨¢ginas. 14 euros.
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