Una rubia caprichosa
"Una mujer bailando descalza sobre la sangre del hombre deseado". Oscar Wilde ten¨ªa esta imagen en la cabeza cuando comenz¨® a escribir Salom¨¦. Un mes despu¨¦s ley¨® la obra terminada a Sara Bernhardt, que le hizo esta sugerencia: "La palabra debe caer como una perla sobre un disco de cristal; nada de movimientos r¨¢pidos, sino gestos estilizados".
Cuando la diva decidi¨® interpretar Salom¨¦ ten¨ªa 50 a?os (la censura abort¨® el proyecto). Nuria Espert la hizo con 51, con el cielo madrile?o como ciclorama, dirigida por Mario Gas. Es un papel que exige muchas tablas. Steven Berkoff llev¨® la idea de la Bernhardt a sus ¨²ltimas consecuencias: movi¨® los personajes a c¨¢mara lenta, ingr¨¢vidos, tejiendo pantomima y palabra durante m¨¢s de tres horas.
Salom¨¦
De Oscar Wilde. Traducci¨®n: Mauro Armi?o. Int¨¦rpretes: Mill¨¢n Salcedo, Elisa Matilla, Mar¨ªa Ad¨¢nez, Chema Le¨®n, ?lex Garc¨ªa, Ra¨²l Prieto, Domingo Cruz, N¨¦stor Lahuerta, ?scar Ortiz de Z¨¢rate, Paco Bl¨¢zquez, David S¨¢nchez, Javier Mora, Toni M¨¢rquez, Emilio G¨®mez, Abdoulaye Dieng. Vestuario: Sonia Grande. Escenograf¨ªa: Andrea D'Odorico. Iluminaci¨®n: Juan G¨®mez Cornejo. Coreograf¨ªa: V¨ªctor Ullate. M¨²sica: Jos¨¦ Nieto.
Direcci¨®n: Miguel Narros. Madrid. Teatro Alb¨¦niz. Hasta el 5 de marzo.
El t¨ªtulo enga?a: el protagonista de Salom¨¦ es Herodes. Berkoff, divo como es, se reserv¨® el papel. Miguel Narros, director del montaje que se acaba de estrenar en Madrid, ha hecho una elecci¨®n arriesgada: se lo ha dado a Mill¨¢n Salcedo, que lo lleva a la comedia. El ex integrante de Martes y Trece encarna a un rey sin majestad, cojitranco, bufo, como extra¨ªdo de un libreto de Meilhac y Hal¨¦vy. Pone humor en las frases m¨¢s serias. Invierte el arquetipo, y funciona.
Narros ambienta su montaje a d¨ªa de hoy. Los hombres visten chaqueta y corbata, los soldados son guardaespaldas. Mar¨ªa Ad¨¢nez, Salom¨¦ joven y rubia, declama el texto, traducido por Mauro Armi?o. La direcci¨®n le marca unos andares sensuales, a lo Marilyn, demasiado compuestos. Una Salom¨¦ natural enamorar¨ªa m¨¢s. Est¨¢ mejor cuando le toca subir el tono, rozar el grito. Chema Le¨®n hace un Yokana¨¢n cre¨ªble, energ¨¦tico: sus intervenciones empujan la acci¨®n.
?C¨®mo pensar¨ªa Wilde solucionar la danza de los siete velos? Ah¨ª encallan casi todos los montajes. ?ste tambi¨¦n, aunque la m¨²sica de Jos¨¦ Nieto, eficaz, suba a tope para realzar la acci¨®n.
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