Especialistas
Con frecuencia busco apoyo en el saber de especialistas porque creo que conocer una profesi¨®n en profundidad implica saber de todo lo que la rodea, de lo que recoge y sobre lo que ejerce alguna influencia, conocer relaciones del tema; y saber tanto me parece cosa de mucho m¨¦rito, de mucho aprender y de guardarle m¨¢s respeto del que le tenemos. Podemos caer en el error ingenuamente, pero es cuesti¨®n de escuchar; siempre es cuesti¨®n de leer o escuchar; el especialista suele poner el inter¨¦s de su sabidur¨ªa al escuchar nuestra pregunta. Lo vi muy claro el s¨¢bado cuando fui a ver la exposici¨®n de Los Venerables con una experta en pintura antigua: tras mi opini¨®n sobre la "mala racha" de un pintor me explic¨® con suavidad que no conoc¨ªa suficientemente las circunstancias del artista durante aquellos dos o tres a?os para opinar sobre el resultado. ?Qu¨¦ bien estamos callados!
En este vivir tan pragm¨¢tico en el que se compite por ser el n¨²mero uno con el menor esfuerzo posible no es f¨¢cil saber hacer uso de lo que consiguen quienes dedican mucho tiempo y mucho esfuerzo para llegar a dominar un conocimiento. Se puede encargar la obra de un artista desde la ignorancia, por pura utilidad, y tras una breve charla con ¨¦l nace un reci¨¦n ilustrado hablando de arte con una seguridad tan tajante que, aun en el caso de pensarlo un disparate, la v¨ªctima que escucha ha de prensar en un bloque su energ¨ªa para osar hacer una t¨ªmida pregunta; la afirmaci¨®n o negaci¨®n del ne¨®fito llega tan contundente que m¨¢s bien parece una amenaza que un criterio, un disparo que una idea. Si el sufrido oidor no se juega mucho en ello es preferible que se lo tome a la ligera, con sentido del humor y, si hace falta, calladito; que salga el sol por Antequera.
Lo malo es que entre tanta palabrer¨ªa, no hay tiempo para o¨ªr o leer a quienes de verdad piensan lo que saben y dicen lo que piensan. Mi amiga especialista vino de visita, pero con los que aqu¨ª residen ocurre al final como siempre: si no se quedan atrapados por sus circunstancias se van a buscar un lugar en el que se les valore con justicia. Ni a Sevilla le gusta que vengan a enmendarle la plana ni a ellos el olvido de su esfuerzo.
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