La Hispalense subir¨¢ la nota media del alumno que se matricule de todas las asignaturas de un curso
La medida incluye la creaci¨®n de un consejo que evaluar¨¢ a cada estudiante
La Universidad de Sevilla pondr¨¢ en pr¨¢ctica en la mitad de sus facultades un sistema de evaluaci¨®n que premiar¨¢ con notas m¨¢s altas a los alumnos que se matriculen cada a?o de las asignaturas que le corresponden. Ahora un estudiante puede mezclar materias de todos los niveles en un solo curso, eligiendo las m¨¢s llamativas o f¨¢ciles y dejando las dif¨ªciles para el final. Este desorden en la matr¨ªcula es una de las razones que hacen que una carrera de cuatro a?os se prolongue hasta ocho, seg¨²n el Vicerrectorado de Docencia, que pretende aplicar el proyecto a partir del curso que viene.
Una gran diferencia entre el plan de estudios del Bachillerato y el de la Universidad es que en ¨¦sta el estudiante puede confeccionar su matr¨ªcula a la carta durante todos los a?os de carrera. Sin embargo, el Vicerrectorado de Docencia ha visto en esa autonom¨ªa del alumno una de las causas de los malos resultados acad¨¦micos en la universidad.
"El estudiante va picoteando en el plan de estudios. Primero escoge las que m¨¢s le gustan y deja las m¨¢s troncales para el final de la carrera, que es cuando se produce el cuello de botella. Algo que tendr¨ªa que terminar en cuatro a?os tarda siete u ocho", explica el vicerrector Carlos Arias. La Hispalense difundir¨¢ entre 12 facultades la nueva normativa de evaluaci¨®n que busca premiar al estudiante que m¨¢s se esfuerce por seguir una trayectoria razonable.
A los que tengan no hayan acumulado asignaturas de varios a?os se les mejorar¨¢ el expediente. Todos sus profesores se reunir¨¢n al final de cada curso para valorar su rendimiento, revisar su calificaci¨®n global y redondear la nota media al alza. Ser¨¢ un premio por haber sido un estudiante ordenado.
La nueva normativa demanda m¨¢s esfuerzo tanto del alumnado como de los profesores y surge de una premisa clave del rectorado: el orden de la matr¨ªcula no es balad¨ª y alterarlo puede condicionar la formaci¨®n del estudiante.
Desordenar los cursos y las asignaturas es un problema mayor para los alumnos de las carreras t¨¦cnicas, como las ingenier¨ªas o Arquitectura, que para los de las ramas de Humanidades o Ciencias Sociales. Muchos profesores piensan que alterar el programa acad¨¦mico de Medicina es m¨¢s grave que hacerlo con Historia del Arte, por ejemplo. "A un ingeniero hay que formarlo paso a paso, el orden de su matr¨ªcula es fundamental", explica Federico Paris, decano de la Escuela T¨¦cnica Superior de Ingenieros de Sevilla. Sin embargo, no todos recibir¨¢n esta noticia con agrado. Los universitarios valoran mucho la libertad del plan de estudios que les permite hacer una carrera sin un programa anual obligatorio. Para aquellos que estudian y trabajan, por ejemplo, es algo esencial, explican algunos alumnos.
El consejo de curso, nombre que el rectorado ha elegido para el nuevo sistema de evaluaci¨®n, ser¨¢ presentado en el pr¨®ximo Consejo de Gobierno, a finales de este mes. Se prev¨¦ que entre en vigor el pr¨®ximo a?o en la mitad de los centros educativos, aunque de momento no se adelanta cu¨¢les est¨¢n interesados.
El llamado consejo de curso no es casi un calco del que aplica la Escuela T¨¦cnica Superior de Ingenieros desde hace ocho a?os, un modelo parecido al que se implant¨® en la Polit¨¦cnica de Catalu?a, y que ha cosechado un enorme ¨¦xito en este tiempo. "De los 5.000 alumnos que tenemos el 40% ha mejorado sus notas en un consejo de curso, aunque en algunos casos, como Aeron¨¢utica, donde est¨¢n los estudiantes con las notas m¨¢s altas de Sevilla, el porcentaje es del 90%", afirma el decano.
La propia facultad ha agilizado la evaluaci¨®n dise?ando un programa inform¨¢tico que detecta el rendimiento de cada alumno. El ordenador realiza una media ponderada entre sus calificaciones y el n¨²mero de horas de clase. Los puntos que salgan de esa f¨®rmula ser¨¢n los que se le sumen al alumno. Ingenieros implant¨® por primera vez los consejos de cursos en los a?os sesenta, desaparecieron en los ochenta y han vuelto a resurgir con ¨¦xito en la ¨²ltima d¨¦cada.
Aunque los alumnos valoran mucho el m¨¦todo, despierta susceptibilidades entre algunos profesores, reacios a que un ordenador cuestione sus calificaciones. El decano acaba de mandar al rector una ¨²ltima reforma de ese sistema de evaluaci¨®n, m¨¢s arriesgada, en la que la decisi¨®n final de subir una nota no la tendr¨¢ exclusivamente el profesor, sino que ser¨¢ discutida por todos y aprobada en el consejo.
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