La p¨¦rdida de 13 cintas del juzgado de Del Olmo abre la v¨ªa para absolver a seis 'narcos'
La desaparici¨®n de las pruebas fuerza a la fiscal¨ªa a no oponerse a los recursos de los condenados
La p¨¦rdida de 13 cintas magnetof¨®nicas de un sumario sobre narcotr¨¢fico que fue instruido por el juez de la Audiencia Nacional Juan del Olmo puede ser determinante en la suerte de media docena de cabecillas de una red integrada por narcotraficantes turcos y espa?oles, cuyas condenas deben ser estudiadas por el Tribunal Supremo. Seg¨²n fuentes judiciales, la desaparici¨®n de las cintas ha obligado al ministerio fiscal a estimar las peticiones de algunos de los recurrentes al no poder sostenerse unas condenas basadas s¨®lo en testimonios policiales y en las transcripciones de las cintas. El Supremo tiene la ¨²ltima palabra.
Los hechos se refieren al sumario 1/2003 del juzgado central 6 de la Audiencia Nacional, dirigido por el juez Juan del Olmo, en el que fueron investigados m¨¢s de 30 integrantes de una organizaci¨®n de narcotraficantes turcos y espa?oles dedicados al tr¨¢fico de hero¨ªna y coca¨ªna, cuyos beneficios blanqueaban y remit¨ªan a Turqu¨ªa, Marruecos y Alemania. Tras un seguimiento durante los a?os 1999 y 2000 la polic¨ªa les incaut¨® 16 kilos de coca¨ªna, 52 kilos de hero¨ªna, armas, veh¨ªculos y dinero.
En enero de 2004 se detect¨® la desaparici¨®n de 13 cintas magnetof¨®nicas que conten¨ªan conversaciones telef¨®nicas intervenidas por la polic¨ªa, relativas a 13 de los integrantes de la organizaci¨®n, cuya custodia correspond¨ªa en ese momento al juzgado central n¨²mero 6, cuyo titular es Juan del Olmo.
La desaparici¨®n de las cintas provoc¨® la apertura de un expediente gubernativo en el que la Fiscal¨ªa Antidroga solicit¨® en tres ocasiones la b¨²squeda del material fonogr¨¢fico tanto en otros procedimientos abiertos en el juzgado central 6 -que meses despu¨¦s comenz¨® a instruir el sumario del 11-M- como en los dem¨¢s juzgados centrales de la Audiencia Nacional.
Antidroga tambi¨¦n inst¨® la b¨²squeda de las cintas en todos los posibles lugares de dep¨®sito de la Audiencia Nacional, as¨ª como que se investigara qu¨¦ cintas fueron entregadas a la polic¨ªa para el an¨¢lisis de identidad de las voces registradas y cu¨¢les fueron remitidas al archivo de cintas de la Audiencia Nacional.
Todo in¨²til. El 9 de marzo de 2004, el juez Del Olmo declar¨® concluso el sumario con m¨¢s de una treintena de procesados. A Del Olmo se le planteaba una doble opci¨®n, seg¨²n expuso en ese auto: esperar a la posible localizaci¨®n de las cintas magnetof¨®nicas grabadas o continuar el tr¨¢mite procesal. El juez justific¨® su decisi¨®n en la necesidad de asegurar un proceso sin dilaciones indebidas y declar¨® conclusa la instrucci¨®n judicial.
Ilocalizables
Sin embargo, las cintas no aparecieron. Los dem¨¢s juzgados fueron enviando oficios en sentido negativo e incluso alguno devolvi¨® cintas, pero que no se correspond¨ªan con las del sumario 1/2003.
A finales de noviembre de 2004, en los d¨ªas previos al inicio de las sesiones del juicio oral ante la Secci¨®n Cuarta de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional, se constat¨® la existencia de otras cintas no localizadas, raz¨®n por la cual fueron reclamadas al juzgado central n¨²mero 6.
Sin embargo, en los d¨ªas siguientes tales cintas no pudieron ser encontradas para su audici¨®n en el juicio oral, por lo que la Fiscal¨ªa Antidroga tuvo que mantener la acusaci¨®n contra los cabecillas de la red de narcotr¨¢fico con la lectura de las transcripciones de las conversaciones intervenidas y las declaraciones de los polic¨ªas que intervinieron en las escuchas.
Con todo, la Audiencia Nacional conden¨® a la mayor¨ªa de los narcotraficantes de la red y especialmente a los cabecillas, que salieron del juicio con "penas importantes" de entre 14 y 20 a?os de prisi¨®n.
Entretanto, la Fiscal¨ªa inst¨® la ampliaci¨®n de las investigaciones en marcha y as¨ª, en sucesivos informes de septiembre de 2005 y de enero de 2006, el jefe Antidroga, Javier Zaragoza, reiter¨® las pesquisas que deb¨ªan realizarse hasta que finalmente, a principios de este mes, se remiti¨® testimonio del expediente a los juzgados de instrucci¨®n de la Plaza de Castilla, en Madrid, para la investigaci¨®n penal de la desaparici¨®n de las cintas.
Entretanto, los condenados presentaron sus respectivos recursos de casaci¨®n ante la Sala Penal del Tribunal Supremo. Seg¨²n las fuentes consultadas, las cintas desaparecidas afectan fundamentalmente a las conversaciones mantenidas entre 13 de los cabecillas de la red, y de manera posiblemente decisiva a seis o siete de ellos.
Seg¨²n explicaron las citadas fuentes, al tratarse de los jefes de una red, los investigadores tienen mucha mayor dificultad para llegar a ellos que para localizar a los transportistas de la droga, por lo que frecuentemente las ¨²nicas pruebas contra los cabecillas son las que se pueden obtener de las intervenciones telef¨®nicas. Por eso, la falta del soporte material donde se contienen esas grabaciones puede ser decisiva a la hora de inclinar la balanza hacia una absoluci¨®n por falta de pruebas, sobre todo si del conjunto de las investigaciones no hay otros factores que permitan sostener la incriminaci¨®n de un sospechoso.
Hace aproximadamente un mes, la Fiscal¨ªa del Tribunal Supremo tuvo que despachar el informe sobre los recursos de los narcotraficantes condenados. Al examinar el sumario y la sentencia de la Audiencia Nacional, lleg¨® a la conclusi¨®n de que hab¨ªa que estimar los planteamientos de algunos de los recurrentes, por haber sido condenados sobre la base de una prueba tan endeble como unas cintas que hab¨ªan desaparecido.
En definitiva, y pese a haber constatado que los recurrentes a los que afectaba la p¨¦rdida de las cintas eran precisamente los cabecillas de la red, la Fiscal¨ªa del Supremo se inclin¨® por informar a favor de los recursos.
Responsabilidades penales
Sin embargo, ante la gravedad de lo sucedido, la Fiscal¨ªa del Supremo adjunt¨® a su informe una propuesta en la que ped¨ªa deducir testimonio de la desaparici¨®n de las cintas para determinar las responsabilidades penales de los culpables de la p¨¦rdida.
Fuentes fiscales explicaron que en los recursos de casaci¨®n ante el Tribunal Supremo, la funci¨®n de la Fiscal¨ªa no es la de mantener la acusaci¨®n, como se hace en la instancia -en este caso la Audiencia Nacional-, sino la de comprobar que las cosas se han hecho de acuerdo con la m¨¢s estricta legalidad.
Por otra parte, fuentes fiscales indicaron que existe preocupaci¨®n en la Fiscal¨ªa del Tribunal Supremo porque algunas de las sentencias m¨¢s significativas de la Audiencia Nacional de los ¨²ltimos tiempos pueden encontrarse con insuficiencias probatorias que determinen la estimaci¨®n de algunos recursos.
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