"Libertad con responsabilidad"

Estimado colega:

Ante los recientes sucesos provocados por la publicaci¨®n de una serie de caricaturas que representaban al profeta Mahoma, me ha parecido necesario escribirle esta carta y expresarle mis puntos de vista, con la esperanza de poder impedir que la situaci¨®n actual se deteriore hasta el punto de amenazar todav¨ªa m¨¢s la paz y la estabilidad internacional. Estos desgraciados acontecimientos han creado una tensi¨®n, casi una polarizaci¨®n, entre Oriente y Occidente y entre los mundos isl¨¢mico y cristiano, sin precedentes en los tiempos modernos. Por el bien de la paz mundial y la salvaguardia de los valores, creo fundamental que los pol¨ªticos y hombres de Estado act¨²en con prudencia y sentido com¨²n, se comporten como aut¨¦nticos dirigentes y emprendan las acciones conjuntas que se esperan de ellos.

En primer lugar, todos debemos tratar de entender las razones de fondo que han dado lugar a los ¨²ltimos incidentes. Los musulmanes, en general, respetan como es debido a todos los profetas. Pero, a pesar de su profundo respeto por el profeta Mahoma y su firme creencia en las ense?anzas isl¨¢micas, est¨¢n dispuestos a escuchar cualquier cr¨ªtica bienintencionada. Ahora bien, lo que no se puede pretender es que toleren supuestas cr¨ªticas que claramente violan los l¨ªmites de la cr¨ªtica genuina y son, en realidad, vejaciones e insultos descarados contra el profeta Mahoma.

Hemos observado que algunos sectores de los medios de comunicaci¨®n han considerado estos desafortunados sucesos como un caso fundamental para la libertad de expresi¨®n. Tambi¨¦n hemos observado cierta tendencia a utilizar la situaci¨®n para poner a prueba la paciencia del mundo isl¨¢mico y su idea de libertad. Semejante arrogancia cultural no puede justificarse en ninguna cultura ni civilizaci¨®n. Ninguna cultura tiene derecho a insultar las sensibilidades de otras. La condici¨®n indispensable para una coexistencia armoniosa es que las distintas civilizaciones y tradiciones reconozcan y respeten las respectivas diferencias, siempre que est¨¦n en conformidad con los valores comunes sobre los que se apoya nuestra experiencia democr¨¢tica moderna. Esa condici¨®n es tambi¨¦n un requisito de la visi¨®n pluralista moderna, que comprende la necesidad de mantener y respetar las diferencias como elementos enriquecedores, en vez de abandonarlas para que las exploten quienes desean crear enemistad y odio.

Hemos defendido con firmeza que, mientras no sustituyamos la tesis del "choque de civilizaciones" y la cultura de la violencia y el enfrentamiento por una "alianza de civilizaciones", seguir¨¢n estallando conflictos. Por desgracia, los ¨²ltimos acontecimientos han demostrado que ten¨ªamos raz¨®n.

La libertad de prensa y la expresi¨®n de esa libertad por todos los cauces existentes son elementos imprescindibles de la democracia. Sin embargo, a la hora de aplicar esa libertad, hay que tener sentido de la responsabilidad moral. No hay en la tierra ninguna libertad que pueda invocarse para degradar e insultar creencias, valores y s¨ªmbolos sagrados. Tenemos que reflexionar sobre unos aspectos tan fundamentales y delicados.

Por otro lado, quienes, en su indignaci¨®n, recurren a la violencia, y quienes incitan o provocan esa violencia, perjudican a su propia causa y pierden el derecho a tener raz¨®n. El islam es la religi¨®n de la paz y exige la protecci¨®n de la vida, la propiedad y la dignidad de todos los que viven en pa¨ªses isl¨¢micos. La defensa del islam y los musulmanes no puede llevarse a cabo con m¨¦todos que empiezan por oponerse a las ense?anzas isl¨¢micas.

Turqu¨ªa apoya todos los esfuerzos sinceros destinados a enriquecer el di¨¢logo y facilitar la reconciliaci¨®n y la integraci¨®n. Nuestro objetivo supremo es contribuir con las peculiaridades de cada uno al ideal humano de alcanzar "la unidad en la diversidad". Tanto la iniciativa de la Alianza de Civilizaciones como nuestros pasos decididos para acabar siendo miembros de pleno derecho de la Uni¨®n Europea tienen como fin hacer realidad este noble ideal.

Creo firmemente que las civilizaciones comparten valores, normas y principios que pueden permitirles colaborar en la lucha contra los numerosos problemas que acosan al mundo de hoy. Creo asimismo que la gran mayor¨ªa de las personas est¨¢n deseando acoger al otro, encontrarse con ¨¦l en torno a esos factores comunes, y que eso desmiente las teor¨ªas de que se avecina el enfrentamiento. ?se es el contexto en el que debemos impedir que en las sociedades occidentales arraiguen pol¨ªticas capaces de engendrar "islamofobia". En estas circunstancias tan cr¨ªticas, es crucial actuar con sensatez y con m¨¢s sentido de la responsabilidad que nunca. Nuestras experiencias hist¨®ricas y nuestros valores en com¨²n nos muestran el camino. No s¨®lo debemos exhibir un prop¨®sito compartido, sino que debemos asegurarnos de emplear todos los medios y mecanismos a nuestro alcance para calmar las tensiones actuales.

Traducci¨®n de Mar¨ªa Luisa Rodr¨ªguez Tapia.