Corrupci¨®n sanitaria

El mundo gasta unos 2,5 billones de euros (3,1 billones de d¨®lares) al a?o en servicios sanitarios. Seg¨²n ha puesto de relieve el Informe Global de la Corrupci¨®n 2006, elaborado por la ONG Transparency International, presentado ayer en Madrid, una parte importante de estas cantidades se va en corrupci¨®n, tanto en el mundo rico como en el pobre. Y se produce especialmente a trav¨¦s de unos sobreprecios en la factura farmac¨¦utica que superan el 5% del presupuesto sanitario en EE UU o en Camboya. Como se indica en el informe, "la corrupci¨®n en la cadena farmac¨¦utica puede ser fatal", no s¨®lo porque se desv¨ªe una parte de los gastos que hubieran podido salvar vidas, sino tambi¨¦n porque lleva a la adulteraci¨®n de medicinas y a otras pr¨¢cticas reprobables e incluso criminales.

Transparency International, que este a?o se ha centrado en el an¨¢lisis de este problema, propone unos c¨®digos de conducta. Un buen ejemplo a seguir es el del Reino Unido, cuya unidad antifraude del Servicio Nacional de Salud ha reducido la corrupci¨®n en el sistema en 300 millones de d¨®lares desde 1999. El sistema espa?ol, m¨¢s plagado de corruptelas que de corrupci¨®n, tambi¨¦n deja mucho que desear. En 2003, el gasto farmac¨¦utico en el mercado espa?ol, el s¨¦ptimo del mundo, supuso el 30% del total del Sistema Nacional de Salud, y creci¨® m¨¢s r¨¢pidamente que ¨¦ste y que el PIB, tendencia que en los ¨²ltimos dos a?os se ha invertido. Espa?a gasta en farmacia aproximadamente el 1,2% de su PIB, frente a una media del 0,9% en la UE. El informe apunta correctamente a agresivas t¨¦cnicas de mercadotecnia (los laboratorios dedican ingentes sumas a este cap¨ªtulo en Espa?a) y a un pol¨¦mico sistema de visitas e invitaciones a los m¨¦dicos que, pese a la autorregulaci¨®n que proclama el sector, obligar¨¢ al Gobierno a corregirlo mediante la aprobaci¨®n de normas legales espec¨ªficas.

Transparency International valora los pasos que se han dado en el ¨²ltimo a?o y medio en la lucha contra la corrupci¨®n en Espa?a, con la Ley de Regulaci¨®n de Conflictos de Intereses de Altos Cargos y otras medidas comprometidas desde el Gobierno central. Pero apunta a que la corrupci¨®n, de la mano del urbanismo y la especulaci¨®n, es mayor en el ¨¢mbito local, especialmente en las zonas costeras. Y, efectivamente, si se ha descentralizado mucho el poder en Espa?a, no se ha hecho lo propio con los sistemas de control y ha terminado por dispersarse la corrupci¨®n.