El Pamesa desactiva el efecto Akasvayu
Dikudis personifica el triunfo del Pamesa Valencia, el de un equipo capaz de sobreponerse a sus evidentes limitaciones y de exprimir sus recursos hasta la ¨²ltima gota para barrer al arsenal de estrellas del poderoso Akasvayu Girona. Al igual que la selecci¨®n griega en el ¨²ltimo Europeo, que sorprendentemente gan¨® el pasado mes de septiembre, el conjunto valenciano demostr¨® lo imponente que puede resultar un colectivo bien gestionado y que se sabe al dedillo c¨®mo afrontar el juego de los rivales que intimidan s¨®lo con repasar los nombres de su plantilla. El Akasvayu, un equipo confeccionado a golpe de talonario, que en varias fases de la Liga ha exhibido prestaciones de alt¨ªsima calidad, sucumbi¨® a las constantes y acertadas respuestas del equipo valenciano.
PAMESA VALENCIA 82 - AKASVAYU GIRONA 68
Pamesa Valencia: Avdalovic (29), Stepp (3), Yebra (5), Dikudis (21), Garc¨¦s (4) -cinco inicial-, Timinskas (2), Miralles (13), Sklavos, Luengo y Harrington (5).
Akasvayu Girona: L¨®pez (17), McDonald (18), Salenga (4), Gabriel (11), Thompson (2) -cinco inicial-, V¨¢zquez, Due?as (5), Myers (11) y Kammerichs.
Arbitros: Mart¨ªn Bertr¨¢n, Hierrezuelo y Redondo. Excluyeron por personales a Gabriel (m. 40).
Unos 10.000 espectadores en el Palacio de los Deportes de Madrid.
4? CUARTO 20-18
3? CUARTO 25-15
2? CUARTO 18-20
1? CUARTO19-15
Ra¨²l L¨®pez se super¨® por momentos y abander¨® la meritoria remontada de los gerundenses hacia el final del segundo cuarto. Pero despu¨¦s del empate a 37 que se registr¨® tras el descanso, el Pamesa apret¨® de nuevo el acelerador y repiti¨®, corregida y aumentada, la irresistible galopada con la que llev¨® de cabeza al Akasvayu desde los primeros compases del partido.
La bater¨ªa de p¨ªvots del Akasvayu naufrag¨® frente a un equipo con muchos menos cent¨ªmetros pero que jug¨® de una forma mucho m¨¢s equilibrada y ordenada. Avdalovic, el base serbio del Pamesa, tuvo el m¨¦rito de mantenerle el pulso a Ra¨²l L¨®pez y, encima, dirigir con precisi¨®n el mecanismo que hab¨ªa engrasado su entrenador, Ricard Casas. La defensa del Pamesa se cerr¨® como un pu?o y prohibi¨® el paso a los imponentes p¨ªvots del Akasvayu, ya se tratara de Due?as y Fran V¨¢zquez o de Thompson y Gabriel. Entre los cuatro sumaron cifras p¨ªrricas y eso fue determinante.
Sufri¨® el equipo valenciano cuando los jugadores exteriores del Akasvayu, Ra¨²l, Myers y McDonald entraron en racha, pero supo aguantar el tir¨®n y no perdi¨® pie a pesar de que vio c¨®mo se le esfumaban en un abrir y cerrar de ojos hasta trece puntos de ventaja (30-17). La defensa le dio al Pamesa una seguridad que le vino de perlas en ataque, donde cometi¨® algunos errores, pero de los que supo rehacerse con rapidez.
En cambio, el Akasvayu no se sinti¨® a gusto casi en ning¨²n momento. A veces, porque Ra¨²l L¨®pez, colosal por momentos, se acababa enredando de tanto como quer¨ªa o le hac¨ªan resolver. Fran V¨¢zquez se qued¨® en nada, McDonald s¨®lo apareci¨® al final y el resto del equipo no pas¨® de unos n¨²meros de lo m¨¢s discreto.
El Pamesa super¨® los malos momentos, en los que acumul¨® excesivas p¨¦rdidas de bal¨®n o en los que algunos jugadores resolutivos como Stepp y Garc¨¦s no aparec¨ªan como era de esperar. No import¨®. Dikudis, Avdalovic, la defensa, la perfecta lectura de c¨®mo deb¨ªa mover la pelota y llevar el ritmo del partido acabaron de desmantelar al lujoso Akasvayu. Su victoria acab¨® siendo aplastante, asociada por un baloncesto, evidentemente limitado, pero tan bien concebido como interpretado.
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