La b¨²squeda del arte va m¨¢s all¨¢ de la acrobacia

Cuando habla Michael Smith, el director art¨ªstico de Dralion, da la impresi¨®n de llevar mucho tiempo en una gran familia. Pero hace tres meses que lleg¨® a la carpa. "Lo que yo quiero es que la impresi¨®n que se lleve el espectador sea de haber visto algo art¨ªstico, no s¨®lo t¨¦cnico", apunta.

La diferencia entre Dralion y otros espect¨¢culos circenses reside, seg¨²n el core¨®grafo ingl¨¦s, en ese matiz, en que incorpora m¨²sica en directo y compuesta para el espect¨¢culo, danza, e interpretaci¨®n a las acrobacias. Un ejemplo es la pareja del viento. Se trata de un par de acr¨®batas que, al ritmo de una m¨²sica lenta y envolvente, danzan en el aire sujetos por telas. "Por el car¨¢cter t¨ªmido del chico, no hab¨ªa conexi¨®n entre ellos. Tuve que inventarme toda una trama para que mostraran pasi¨®n en el escenario, aunque fuera de ¨¦l no tuvieran relaci¨®n. Cre¨¦ una historia paralela, que a los dos les llegara". Al final, funcion¨®. Este n¨²mero est¨¢ cargado de amor.

Pero no todos necesitan crear esa conexi¨®n, a algunos les sale de forma espont¨¢nea. Wellington Lima, el saltador, no queda satisfecho si no consigue llegar al coraz¨®n de, al menos, uno de los espectadores. "Yo no s¨®lo quiero hacer mi trabajo bien, tambi¨¦n quiero tocar a la gente. Soy feliz sabiendo que, al salir, al menos, una persona a la que he mirado, se va con los pelos de punta", explica el joven.

No es algo f¨¢cil. Llegar al alma del p¨²blico, ir m¨¢s all¨¢ de la simple acrobacia, trabajar en algo que supera la especializaci¨®n de cada uno, requiere mucho esfuerzo. Bajo la gran carpa, varios chicos, expertos en volteretas y saltos a trav¨¦s de aros y sobre trapecios humanos, ensayan un n¨²mero con abanicos. Las risas y las bromas son protagonizan la escena. "No es lo nuestro, as¨ª que nos sentimos algo inseguros y, a veces, rid¨ªculos", comenta Wellington con una sonrisa mientras ve actuar a sus compa?eros. Es el pan de cada d¨ªa, la rutina del Circo del Sol.