La desbordante vida de Balzac
El gran escritor austriaco Stefan Zweig (1881-1942) public¨® memorables biograf¨ªas de personajes hist¨®ricos tales como Mar¨ªa Antonieta o Fouch¨¦, por citar dos de enorme ¨¦xito; as¨ª como magn¨ªficos ensayos sobre Nietzsche, H?lderlin o Dostoievski. Su acusado don para recrear ¨¦pocas hist¨®ricas y dar credibilidad psicol¨®gica a las figuras de su inter¨¦s logr¨® que sus obras cautivaran a millones de lectores, y a¨²n hoy est¨¢n m¨¢s vivas que nunca.
Este Balzac que ahora edita Paid¨®s, en una antigua traducci¨®n revisada, es un proyecto de "gran biograf¨ªa" que Zweig s¨®lo concluy¨® en parte. Exiliado en la carioca ciudad de Pers¨¦polis, el autor de Amok se quit¨® la vida ante el implacable avance de los nazis en Europa. Poco antes de tan lamentable decisi¨®n le hab¨ªa pedido a su editor de entonces, Richard Friedenthal, el c¨¦lebre bi¨®grafo de Goethe, que le enviara el manuscrito del Balzac a Brasil a fin de revisarlo y concluirlo. Zweig llevaba media vida reuniendo materiales sobre el "Napole¨®n de las letras francesas". Desde hac¨ªa a?os pensaba elaborar un exhaustivo estudio dividido en dos tomos: vida y obra. El abultado manuscrito de lo que s¨®lo iba a ser la primera parte del trabajo lleg¨® a su destino unos d¨ªas despu¨¦s del suicidio de su autor y, finalmente, fue Friedenthal quien se hizo cargo de editarlo, completando ¨¦l mismo algunos pasajes, seg¨²n las diversas anotaciones y planes que dejara el amigo desaparecido.
BALZAC. LA NOVELA DE UNA VIDA
Stefan Zweig
Traducci¨®n de Ar¨ªstides Gamboa, Miguel Mart¨ªnez-Lage y R. S. Carb¨®
Paid¨®s. Barcelona, 2005
440 p¨¢ginas. 24 euros
Zweig hab¨ªa le¨ªdo las obras
de Balzac en su primera juventud y continu¨® frecuent¨¢ndolas a menudo "para seguir aprendiendo de ellas". La inmensa personalidad del prol¨ªfico autor franc¨¦s lo hab¨ªa obsesionado siempre tal como lo obsesionaron esos tipos psicol¨®gicos que ¨¦l consideraba "dem¨®nicos" o tocados por el genio tr¨¢gico. Ya en sus breves semblanzas biogr¨¢ficas tituladas Tres maestros (Acantilado) public¨® un agudo ensayo sobre Balzac, pero aquello s¨®lo fue el tibio reflejo de un rotundo amor de por vida. Cuando Zweig parti¨® al exilio brasile?o tuvo que abandonar en Londres su gran archivo sobre Balzac y los preciosos manuscritos del genio que hab¨ªa comprado por precios desorbitados, lo mismo que los esbozos y las notas para la biograf¨ªa.
Ayudado por su fiel segunda esposa, Lotte, que muri¨® junto a ¨¦l, Zweig hab¨ªa redactado hasta tres veces lo que ten¨ªa que haber sido el primer tomo de su "Gran Balzac"; esta ¨²ltima copia, casi definitiva, que lleg¨® a Brasil en vano fue la que sirvi¨® a Friedenthal para editarlo p¨®stumamente. De modo que la maestr¨ªa de aquel Zweig a¨²n no desesperado de la vida y la h¨¢bil injerencia del amigo editor proporcionaron como resultado un relato biogr¨¢fico poderoso, que atrapa desde los primeros p¨¢rrafos, que repasa la vida desbordante de un ser harto particular, feliz y desgraciado, ingenuo y ambicioso, perspicaz y espont¨¢neo; arrastrado por sus pasiones y animado por el ¨ªmpetu vital que sacud¨ªa su coraz¨®n y su fantas¨ªa.
Oriundo de Tours, hijo de fa-
milia acomodada, Honor¨¦ Balzac (1799-1850) se traslad¨® pronto a Par¨ªs; estudi¨® Derecho, fue pasante de un notario y, hastiado de la vida anodina de probo burgu¨¦s, comenz¨® a escribir guiado por su pasi¨®n libresca, su inteligencia fuera de lo com¨²n y su desbocada imaginaci¨®n. Quiso ser famoso de inmediato, primero como pensador y literato, as¨ª que perge?¨® obras de filosof¨ªa y de teatro que fracasaron, pero tambi¨¦n novelas de follet¨ªn que le dieron alguna ganancia y lo introdujeron en el mundo editorial de Par¨ªs. A la vez, Balzac so?aba con hacerse rico para vivir como un sibarita y pronto emprendi¨® negocios que promet¨ªan ser lucrativos: impresor, propietario de una fundici¨®n tipogr¨¢fica, due?o de un peri¨®dico... Pidi¨® cr¨¦ditos y se arruin¨®; todo negocio que acomet¨ªa fracasaba, ocasion¨¢ndole p¨¦rdidas enormes y deudas que tendr¨ªa que pagar durante el resto de su vida, precisamente ejerciendo el ¨²nico oficio para el que parec¨ªa estar dotado: el de escritor, con el que cosech¨® grandes ¨¦xitos m¨¢s all¨¢ de Francia.
Durante quince a?os Balzac se entreg¨® a verdaderas org¨ªas literarias, a extenuantes maratones creativos; escribi¨® novelas como un poseso. Cre¨® m¨¢s de mil personajes, un centenar de obras de diversa extensi¨®n, ese vasto "conjunto org¨¢nico" que con tanto acierto llam¨® La comedia humana, y todo ello no por amor al arte ni al conocimiento, sino porque ten¨ªa que ganar dinero para vivir como a ¨¦l le gustaba: a todo tren. Nunca repar¨® en gastos para gozar de la vida ni para satisfacer sus pasiones favoritas, el amor y el lujo; imitaba a los acaudalados arist¨®cratas, a los sibaritas y erot¨®manos rode¨¢ndose de caprichos que no pod¨ªa pagar (cabriol¨¦, apartamentos suntuosos, antig¨¹edades...); con aquel boato gozaba sin reparar en las consecuencias. Tuvo numerosas amantes y amigas fieles que lo adoraron y confortaron, mientras que careci¨® de amigos leales, sobre todo entre los literatos. Durante las ¨²ltimas d¨¦cadas de su vida, exhausto de trabajar para ganar el vil metal que mov¨ªa el mundo, decr¨¦pito y arruinado, aliment¨® un solo anhelo: casarse con una mujer que lo liberara de todas sus penurias, con una arist¨®crata de fortuna, cultivada y sensible. El malicioso azar satisfizo su deseo, pero m¨¢s que como premio, como un castigo y finalmente -en una aventura incre¨ªble, digna del mejor Balzac- logr¨® seducir a aquella amada evanescente y desposarla. Lo que pas¨® antes y despu¨¦s de la boda lo relata Zweig con su sensibilidad y magia caracter¨ªsticas.
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