A ambos lados del cristal
El libro de Rafael Argullol Enciclopedia del crep¨²sculo ofrece la curiosa particularidad de publicarse acompa?ado de su manual de instrucciones, el peque?o volumen titulado Breviario de la aurora. Aunque formalmente este ¨²ltimo podr¨ªa ser considerado como un glosario o como un libro de aforismos, su secreto prop¨®sito probablemente sea el de proporcionar algunas claves para adentrarse en la lectura del primero. Porque, en efecto, aunque a simple vista pudiera parecer que esta particular Enciclopedia...
no precisa de espec¨ªficas herramientas de apoyo (su origen, reconocido desde la misma solapa, se encuentra en textos publicados fundamentalmente en peri¨®dicos -la mayor¨ªa en EL PA?S-), lo cierto es que las peculiares definiciones que se desgranan en el Breviario
ENCICLOPEDIA DEL CREP?SCULO
Rafael Argullol
Acantilado. Barcelona, 2005
860 p¨¢ginas. 34 euros
BREVIARIO DE LA AURORA
Rafael Argullol
Acantilado. Barcelona, 2006
137 p¨¢ginas. 10 euros
... se corresponden (aunque no en su totalidad) con los conceptos que dan t¨ªtulo a los cap¨ªtulos de aqu¨¦lla.
Pero, al margen de su utili-
dad, esta original iniciativa de publicar en paralelo ambos libros sirve tambi¨¦n para poner en primer plano la naturaleza de los materiales recogidos en la compilaci¨®n. Son cosa sabida las connotaciones peyorativas que para algunos tiene el t¨¦rmino period¨ªstico, especialmente cuando aparece en disputas entre acad¨¦micos. El margen del farise¨ªsmo que a menudo contiene el reproche, lo cierto es que resultar¨ªa de todo punto improcedente calificar as¨ª los trabajos que componen esta brillante Enciclopedia
... Lo que en ellos se plantea, aunque en algunas ocasiones pueda tener el pie forzado de alg¨²n dato de la actualidad del momento, est¨¢ tratado desde una perspectiva que desborda con mucho el acontecimiento inmediato, el suceso que en los d¨ªas de su publicaci¨®n ocupaba las primeras p¨¢ginas de los diarios.
La perspectiva del autor es, inequ¨ªvocamente, otra. Es la perspectiva de quien se enfrenta con el mundo a la manera del lector que se debate, esforzadamente, por interpretar los signos de un texto confuso. Aunque un lector, por seguir con la imagen, peculiar. La peculiaridad la se?ala el propio autor en la nota previa cuando explica por qu¨¦ aparece en el t¨ªtulo de su libro la palabra crep¨²sculo. No est¨¢ puesta para aludir a ninguna tentaci¨®n decadente o tardorrom¨¢ntica sino, m¨¢s bien al contrario, para indicar la envidia que sent¨ªa hac¨ªa la luz que, afuera, anunciaba la ca¨ªda de la tarde mientras ¨¦l, a este lado de la ventana, escrib¨ªa en vez de vivir. A este cr¨ªtico le han venido a la cabeza, de manera casi inevitable, los versos con los que Enrique Santos Disc¨¦polo -el mismo autor de Cambalache, un diagn¨®stico del mundo contempor¨¢neo que para s¨ª hubiera querido el mism¨ªsimo Blumenberg- iniciaba su tango de 1948 Cafet¨ªn de Buenos Aires: "De chiquil¨ªn te miraba de afuera / como esas cosas que nunca se alcanzan / la ?ata contra el vidrio, en un azul de fr¨ªo / que s¨®lo fue despu¨¦s, viviendo, / igual al m¨ªo".
Como el ni?o del tango, Ra-
fael Argullol empieza contemplando con una mezcla de envidia y de curiosidad el mundo que est¨¢ al otro lado del cristal ("creo que siempre dese¨¦ estar al otro lado de la ventana, viviendo y no escribiendo", declara) para terminar descubriendo, esta vez como el protagonista adulto de la canci¨®n, que los presuntos tesoros que pueda contener ese mundo son piedras falsas, baratijas ilusorias, si no nos permiten regresar al punto de partida, esto es, si no nos permiten ser, en alg¨²n sentido, de nuevo ni?os. Ni?os grandes, algo resabiados y definitivamente cansados, pero ni?os al fin, al menos por lo que hace al desvalimiento sin excusas y al irremediable desconsuelo que acompa?a, como su sombra, al abandono. La literatura sirve, en ¨²ltimo t¨¦rmino, para tomar conciencia de esta menesterosa condici¨®n. No es otra, se?ala Argullol con acierto, la profunda paradoja del escribir, "de la cual, afortunadamente, no hace falta arrepentirse". Santos Disc¨¦polo viene a decir lo mismo, s¨®lo que con los preceptivos desgarro y teatralidad porte?os. Seg¨²n ¨¦l, todo lo que nos puede ense?ar el cafet¨ªn del mundo se puede resumir en esto: "En tu mezcla milagrosa / de sabihondos y suicidas / yo aprend¨ª filosof¨ªa, / dardos, timba y la poes¨ªa / cruel, de no pensar m¨¢s en m¨ª". Ah¨ª, ah¨ª.
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