Un hotel 'soho' en Madrid

Es muy alentador lo que sucede ¨²ltimamente con los hoteles urbanos. La arquitectura, el dise?o, adolecientes seg¨²n algunos de bulimia simb¨®lica -el efecto Bilbao-, alumbran iconos tur¨ªsticos: basta imaginaci¨®n, cierta dosis de buen gusto y mucho desparpajo como los que han puesto en pr¨¢ctica los promotores de la cadena espa?ola High Tech en su particular interpretaci¨®n de lo que es un hotel urbano (al estilo del Soho neoyorquino). Desenfadado, rutilante, vanguardista, tecnol¨®gico... Y a un precio poco corriente hoy en las grandes ciudades: 130 euros por noche. Su ¨²ltima apertura en Madrid representa el apogeo utilitario del hotel como punto de encuentro idealizado en Londres, Nueva York, Miami y San Francisco por el dueto iconoclasta Ian Schrager-Philippe Starck. Ahora, a un paso del paseo de la Castellana y en versi¨®n dom¨¦stica, en el edificio que fue sede del grupo de medios de comunicaci¨®n G+J, frente al Villamagna (paquebote hotelero de la cadena Hyatt, los patrocinadores del Premio Pritzker de arquitectura), y pr¨®ximo a la plaza de Col¨®n y a la Biblioteca Nacional. Todo un lujo que contribuye a situar Madrid en el mapa hotelero europeo. Un lugar habitable y, adem¨¢s, visitable.

Ya lo anticipa el espect¨¢culo luminot¨¦cnico de la fachada: media docena de ca?ones iridiscentes y una marquesina tachonada de diodos rubrican el uso del edificio, como anta?o lo procuraba el manojo de banderas junto a la entrada. L¨¢stima que no haya quedado hueco para el garaje y que la calle sea zona de aparcamiento restringida; el m¨¢s cercano, a un lado de la manzana, cuesta 27 euros al d¨ªa. El espacio libre est¨¢ formado por el vest¨ªbulo, la recepci¨®n, el sal¨®n de estar y un patio de luces trasero muy psicod¨¦lico, decorado con sillones y sof¨¢s de rabioso dise?o, luminarias fluorescentes y un monitor de gran formato expendedor de im¨¢genes. El proyecto de interiorismo est¨¢ firmado por Jes¨²s ?ngel Miranda.

Un doble desnudo

Tambi¨¦n provocativas, aunque sin perder su compostura acogedora, las habitaciones desfilan a lo largo de un pasillo fashion balizado en el suelo. Algunas de sus propuestas estil¨ªsticas no se hab¨ªan visto antes en ning¨²n hotel de Madrid. La disposici¨®n de las piezas sigue la rutinaria forma de L con el cuarto de ba?o inscrito en un costado, pero definido a trav¨¦s de un sugerente acristalamiento, si se quiere trasl¨²cido, a trav¨¦s de una mampara de tejido pl¨¢stico en la que reproduce una imagen del bosque de Oma. El dise?o contempor¨¢neo aparece en el lavabo cuadrado de Corian, en la ducha en estrella, en los cosm¨¦ticos de Roberto Verino y en la transferencia fotogr¨¢fica sobre vidrio que a¨ªsla el inodoro: un doble desnudo masculino y femenino tan inquietante como art¨ªstico. La elegancia aqu¨ª la subraya un cabecero de cuero con sendas mesillas de cristal fragmentado a los lados y una cama iluminada por debajo que parece levitar sobre la moqueta.

Recluido en la caverna sotanera del edificio, el desayuno no permite sin embargo ning¨²n entusiasmo. Otras son las ceremonias de la arquitectura. Otros los miramientos.