Cabalgando por Kirguist¨¢n entre pastores n¨®madas, lagos y monta?as
Una ruta por este pa¨ªs de Asia Central con una belleza natural casi intacta: paisajes monta?osos v¨ªrgenes, escarpadas crestas, lagunas de postal y ondulantes pastos donde conocer la hospitalidad kirguisa
![Kirguist¨¢n](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/D57PMSNZWNBPRHZKRI2GHOIJFM.jpg?auth=eefc2687cdace3a527f11a1112bb7a559a25062222e5d74a036ccf548bc1fc5f&width=414)
Kirguist¨¢n, un peque?o pa¨ªs incrustado en las altas monta?as de Asia Central, es la prueba de que a¨²n quedan lugares a resguardo de las oleadas tur¨ªsticas. A gran altitud y rodeado por gigantes como China y Kazajist¨¢n, este territorio pasa casi desapercibido excepto para los enamorados del trekking o para esos viajeros que siempre buscan conocer lugares in¨¦ditos. En verano s¨ª que ven turistas rusos y kazajos, pero se concentran en las playas del Issyk-Kul, el gran lago del pa¨ªs. Al margen de eso, Kirguist¨¢n es un pa¨ªs que redefine el concepto de hospitalidad y descubre al viajero una belleza natural casi intacta: paisajes monta?osos v¨ªrgenes, escarpadas crestas y ondulantes jailoos ¡ªpastos de verano¡ª por los que solo encontraremos a pastores semin¨®madas que viven en yurtas.
En sus impresionantes monta?as, hogar de comunidades tradicionales de pastores, se han desarrollado proyectos de turismo basados en la comunidad que permiten conocer a los n¨®madas kirguises en sus yurtas, a la vez que se preserva el entorno natural del pa¨ªs. Adem¨¢s, los viajes a caballo, muy exigentes, permiten una experiencia ¨²nica: el viajero se aloja en las yurtas de los n¨®madas y conoce, de cerca, c¨®mo los pastores kirguises sobreviven en un medio tan hostil. Todo esto, en verano, desde mayo a septiembre, porque el resto del a?o m¨¢s vale pens¨¢rselo dos veces antes de viajar hasta all¨ª por sus bajas temperaturas.
Desde Bishkek, la capital, a la que llegan los vuelos internacionales, se pueden tomar muchos caminos. Uno de los m¨¢s populares es la ruta circular a caballo, de unos 400 kil¨®metros, en la que se descubren algunos de los paisajes m¨¢s interesantes del pa¨ªs. Esta lleva por el valle del Chuy y las gargantas de Shamsi hasta Song Kol, la joya central del pa¨ªs, un lago de alta monta?a rodeado en verano de frondosos pastos donde el viajero puede alojarse junto con las pastores n¨®madas kirguises en sus yurtas. En este recorrido tambi¨¦n se descubren los ca?ones de Konorchek, el paso de Kerkebes ¡ªun puerto de monta?a con vistas fant¨¢sticas¡ª y se desciende hasta Rot-Front, un asentamiento cercano a la frontera con Kazajist¨¢n.
![La plaza de Ala-Too en Bishkek, capital de Kirguist¨¢n.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/33USNYAC2JE6BKF7HP4MQZWSWA.jpg?auth=f24cdface2d57e4c7d87cccd2fc0f404e8ab29707fddaa452c9d0781450d4447&width=414)
Kirguist¨¢n es el mejor lugar en Asia Central para ensillar la montura y sumarse a los n¨®madas. Para adentrarse en esta aventura, las oficinas de CBT de todo el pa¨ªs alquilan caballos, pero tambi¨¦n se puede hacer a trav¨¦s de agencias o directamente en los campamentos de yurtas.
Más información en la guía de Asia Central, en el libro Tu viaje empieza aquí, de Lonely Planet y en www.lonelyplanet.es
Los caballos en la Ruta de la Seda
La historia de las tierras altas de Kirguist¨¢n y sus habitantes estar¨ªa incompleta sin los caballos. Criaturas tan imbricadas en el pasado de la regi¨®n como los hilos de las telas que transportaban por la Ruta de la Seda. El paso del tiempo ha cambiado muchas cosas en las tierras de Asia Central, pero tanto los seres humanos como los caballos siguen viviendo en armon¨ªa y las manadas de estos mam¨ªferos son el orgullo de los pueblos kirguises.
Cabalgar es una forma c¨®moda y r¨¢pida de moverse por este pa¨ªs de monta?as. Adem¨¢s, es la mejor forma de familiarizarse con la hospitalidad de los pastores kirguises y con el tiempo cambiante, y no siempre hospitalario, de los montes Tian Shan. Siguiendo los pasos de los n¨®madas, el viajero recrear¨¢ las rutas de los mercaderes de la antigua Ruta de la Seda y explorar¨¢ un territorio donde se juntan estepas, monta?as y cielos.
![Tres cazadores en la estepa de Kirguist¨¢n.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/G4KECPAEU5BMZG7PL5IAF24R7E.jpg?auth=a8150a89cbcf0f37268264b2c90ba6eed84bc292738ce4d2392b53df916a8550&width=414)
Salvajes y remotas, las monta?as y estepas de Kirguist¨¢n requieren preparativos previos. Hay que asegurarse de que el equipo est¨¢ en perfecto estado y saber de antemano que, lo normal, es cabalgar entre cuatro y seis horas diarias. Para los circuitos m¨¢s largos, hay que tener cierta experiencia como jinete y viajar con un gu¨ªa que hable kirgu¨ªs y ruso ¡ªlas dos lenguas oficiales del pa¨ªs¡ª y que conozca a fondo la cultura. Los conocimientos de los pastores n¨®madas que conducen sus reba?os por las monta?as son imprescindibles puesto que los senderos de este viaje son los mismos caminos que sus antepasados recorrieron durante siglos para llegar a los jailoos. Antes de ponerse en marcha, se debe establecer una rutina entre caballo y jinete: horarios y ritmos para cabalgar, comer, montar campamento y descansar. Tambi¨¦n se debe tener en cuenta que las labores de cada jornada van desde mantenerse en el sendero y encontrar hierba para que pasten los caballos hasta fomentar la cooperaci¨®n y el trabajo en equipo. Conforme transcurren los d¨ªas, el concepto del paso del tiempo se desvanece porque la mente y el cuerpo se ajustan a los ritmos de la naturaleza y el caballo.
![Dos jinetes cruzan el r¨ªo Tup, en Kirguist¨¢n.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/FCWQULDGM5BJJJLIHT57IBQCZE.jpg?auth=097cc59092f2cf4ab1aa3b172b1ac91a3850b05b517bb97a0262cb8a2d014afa&width=414)
Entrada a las monta?as de Tian Shan
Los matices crom¨¢ticos de las monta?as de Tian Shan son espl¨¦ndidos: hasta que el sol seca la hierba en agosto, las laderas de las monta?as deslumbran con las flores de primavera, mientras sus picos siguen cubiertos por un espeso manto de nieve. Sin embargo, la ruta por los caminos escarpados de uno de los macizos principales de Kirguist¨¢n es dura. Los jinetes deben hacer acopio de todas sus reservas f¨ªsicas y mentales para llegar a los altos puertos de camino y al lago Song Kol.
El paso de Kerkebes, a 3.600 metros de altitud, revela una panor¨¢mica de 360 grados de cumbres, monta?as y valles donde, en cualquier pueblo, los jinetes pueden pedir alojamiento en una granja y disfrutar de una banya rusa, una mezcla entre sauna y casa de ba?os. Y al subir por el sendero hacia Song Kol, atravesando las gargantas de Shamsi, destacan los valles floridos y los poblados de marmotas rojas. En las alturas, ¨¢guilas y otras aves de presa se ciernen en las corrientes t¨¦rmicas.
A orillas del lago Song Kol
Para cuando se divisa Song Kol, el viaje ha llegado a su ecuador. Entrar a caballo al lago Song Kol invita a reflexionar sobre el viaje. Visto entre las orejas de un ¨¦quido, el mundo parece distinto y, quiz¨¢, se empiece a entender por qu¨¦ los kirguises llevan tanto tiempo de estrecha relaci¨®n con estos animales. En esta regi¨®n se desarrollan programas de turismo comunitario, as¨ª que es una buena oportunidad para tomarse unos d¨ªas de descanso, alojarse en yurtas y realizar actividades para conocer la cultura de los kirguises. Y aqu¨ª es f¨¢cil disfrutar de los placeres sencillos como ver a los caballos dormitando al sol mientras se toma caf¨¦.
![Un campamento n¨®mada a orillas del lago Song Kol.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/M7WZPOJA3VGMPN62XZCAA2NZW4.jpg?auth=df41d871299f538db568e2f55a0c03be46d3818de546300c40b97154330f4eb4&width=414)
En torno al lago se dispersan los campamentos n¨®madas donde los pastores y sus familias pasan el verano. M¨¢s de tres yurtas juntas indican que se aceptan hu¨¦spedes ¡ªsi hay menos es improbable que faciliten un espacio privado¡ª. En estos campamentos se hace mucha vida social. Cuando terminan las tareas del d¨ªa, los pastores intercambian visitas y es frecuente que inviten tambi¨¦n a los viajeros ecuestres a tomar t¨¦ o a comer. Estos usos sociales son uno de los pilares de la hospitalidad de las estepas.
Adem¨¢s, los visitantes pueden echar una mano con las labores diarias, como orde?ar vacas y yeguas o preparar plov, un plato t¨ªpico de Asia Central con verduras, carne de cordero y cabezas de ajo enteras. Cuando el tiempo es m¨¢s fresco, los pastores n¨®madas practican juegos como el kok boru, una s¨ªntesis de pr¨¢cticas tradicionales y deportivas en el que compiten dos equipos de jinetes que tratan de apoderarse de una carcasa de cabra o ulak (sustituida hoy por una reproducci¨®n), e inscrito en la lista de patrimonio inmaterial de la Unesco desde 2017.
La hospitalidad es un pilar fundamental de la cultura esteparia. Los n¨®madas kirguises deben invitar a los viajeros a sus yurtas aunque la familia solo pueda ofrecerles pan, caj (t¨¦) o kumis, bebida ligeramente alcoh¨®lica. ¡°?Caj?¡± o ¡°?Kumis?¡± suele ser lo primero que preguntan los pastores a sus invitados cuando entran en sus yurtas. El primero se toma a cualquier hora del d¨ªa, muchas veces ya endulzado con az¨²car o mermelada. Y el segundo, poco conocido por los est¨®magos occidentales, se elabora con leche de yegua o de vaca y es bastante agrio. Pero uno bien hecho y bien fr¨ªo puede ser muy refrescante. Y si el sabor resulta desagradable, lo mejor es tomarlo despacio, pues la norma de cortes¨ªa exige que el anfitri¨®n rellene el vaso.
![El 'kumis' es una antigua bebida l¨¢ctea fermentada t¨ªpica de n¨®madas kirguises.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/XWHZD2BPG5HXHEYVQWAJ2VVLSQ.jpg?auth=d8923548174b5fc1f2b155785f2f9f895f78d10f720d3807202d622bc865e2f5&width=414)
Otras experiencias kirguises
Para los que no quieran (o no sepan) montar a caballo, Kirguist¨¢n tiene otras opciones y lugares imprescindibles para senderistas y monta?eros.
Uno de ellos es el valle de Alay, en el sur, perfecto para hacer senderismo entre las cimas nevadas o escalar el pico Lenin, de 7.134 metros, situado en el pa¨ªs vecino de Tayikist¨¢n. Aqu¨ª, con una mochila, se pueden recorrer varias rutas al estilo nepal¨ª: de posada en posada, sin gent¨ªo y con un paisaje monta?oso de primera, accesibles y de bajo coste.
Tambi¨¦n hay excursiones de un d¨ªa hasta los lagos de alta monta?a del valle de Alay. Un ejemplo son los lagos Besh-Kol, una bella sucesi¨®n de cinco lagunas que suelen estar nevadas hasta mediados de junio.
Otra opci¨®n es la ruta a pie Dam-Jayloo, tambi¨¦n al sur, que serpentea durante tres horas por frondosos pastos hasta llegar al pueblo Kosh Kol, a 4.130 metros de altitud. El suave valle sin ¨¢rboles, que parece m¨¢s propio de Islandia o Groenlandia, ofrece buenas zonas de acampada.
Jyrgalan y Karakol, dos bases para la aventura y el ecoturismo
Otra idea es ir a Jyrgalan, en el este. Fundado como pueblo minero del carb¨®n, pero revitalizado como base ecoturista, esta peque?a y acogedora localidad es un atractivo para familiarizarse con la vida rural o como base para explorar las monta?as, que se elevan a las mismas puertas del pueblo. Antes de convertirse en base senderista era muy conocido como centro de deportes de invierno, sobre todo de esqu¨ª fuera de pista.
No muy lejos de Jyrgalan est¨¢ Karakol. La ciudad es el campo base m¨¢s popular para explorar el este del pa¨ªs, las praderas alpinas de las monta?as Tian Shan o descubrir los encantos del gran lago Issyk-Kul. Como ciudad, no es muy atractiva, pero est¨¢ rodeada por cumbres nevadas y se pueden descubrir algunas casas del periodo colonial que recuerdan su apogeo durante la ¨¦poca rusa. Tambi¨¦n es un lugar para hacer un alto y disfrutar de su oferta cultural, gastron¨®mica y de alojamiento, descubrir sus mercados de animales o pasear por sus parques.
![Un senderista por el Karakol Nature Park.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/MBW3L2P4XZBVTCE3WKLUT3PR6I.jpg?auth=92240ee08ce097592c52598aa76f87853382fd50c60fa1fc234814aef7a83e59&width=414)
M¨¢s al sur, camino de la frontera china y en la provincia de Naryn, el remoto lago Kol-Suu es otra de las maravillas naturales de Kirguist¨¢n. Se extiende durante m¨¢s de 10 kil¨®metros por una escarpada garganta y cuesta hacerse una idea de sus dimensiones hasta que los barcos que ofrecen paseos alcanzan su parte central, donde se ven empeque?ecidos por las paredes rocosas. Descubrir el magn¨ªfico colorido y el espectacular entorno de este lago ya justifican un viaje que no es sencillo.
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