Ham¨¢s y Al Fatah se disputan Palestina
Los desacuerdos entre la organizaci¨®n fundamentalista y el partido del presidente Abbas abren un panorama plagado de inc¨®gnitas
"Hay un ¨²nico capit¨¢n en el barco palestino", declar¨® ayer a un diario del golfo P¨¦rsico el presidente, Mahmud Abbas. Pero hay un obst¨¢culo que amenaza el rumbo del buque decidido por el mandatario. El Movimiento de Resistencia Isl¨¢mica, Ham¨¢s, rechaza sin ambages su desarme y el compromiso de Abbas para continuar la v¨ªa de negociaci¨®n con Israel, que ha hecho aguas desde su nacimiento. La pugna por el tim¨®n comenz¨® ayer con la primera reuni¨®n de Abbas con Ismail Haniya, futuro jefe del Gobierno.
El triunfo de Ham¨¢s en los comicios sorprendi¨® a gran parte de la clase pol¨ªtica. Y la magnitud de la victoria a todos. El mandatario no perdi¨® el tiempo. En una maniobra dudosamente democr¨¢tica, decidi¨® que los parlamentarios de Al Fatah, su partido, aprobaran en la ¨²ltima sesi¨®n de la C¨¢mara, celebrada el 13 de febrero, una serie de reformas legislativas destinadas a vaciar de competencias al futuro Ejecutivo de Haniya.
Al Fatah aprob¨® una reforma legislativa para vaciar de competencias al Ejecutivo fundamentalista
La normativa ratificada concede al presidente la facultad de nombrar a los nueve jueces del Tribunal Constitucional, que arbitra los conflictos entre el Legislativo y el Gobierno, sin la aprobaci¨®n de la C¨¢mara. Los islamistas advierten que tratar¨¢n de revocar la norma, pero no disponen de la mayor¨ªa necesaria de dos tercios, 88 de los 132 diputados.
El mismo d¨ªa, se aprob¨® la transferencia a la oficina presidencial de la televisi¨®n y la radio p¨²blica y la competencia del mandatario para nombrar a los directores de los organismos oficiales encargados de gestionar las pensiones y seguros de los 140.000 funcionarios, 70.000 de ellos polic¨ªas y militares. A ¨²ltima hora, tambi¨¦n nombr¨® Abbas a un secretario general del Parlamento, por supuesto de su partido, que tendr¨¢ la misi¨®n de supervisar la administraci¨®n de la C¨¢mara.
Los islamistas, que boicotearon las primeras elecciones legislativas, celebradas en 1996, fueron pillados en fuera de juego. Clamaron contra la iniciativa del presidente y anunciaron su intenci¨®n de anular las reformas extempor¨¢neas. Ahora todo depende de la negociaci¨®n que arranc¨® ayer. Los dirigentes de Ham¨¢s, no obstante, no han perdido la calma.
"Cualquier asunto estar¨¢ sobre la mesa", afirm¨® ayer Haniya. Pero tampoco es del todo cierta esta disposici¨®n a abordar todas las materias. "Queremos evitar un debate conflictivo mientras Israel rechace reconocer los derechos palestinos y los acuerdos que firm¨® con la Autoridad Nacional Palestina", a?adi¨®. Y es inevitable una ¨¢spera porf¨ªa en torno al futuro de las fuerzas de seguridad. Mahmud Abbas, que reclam¨® a Yasir Arafat el traspaso de las competencias policiales al Ministerio del Interior, pretende ahora tener la ¨²ltima palabra en la cadena de mando. La componenda es posible. Yibril Rajoub, asesor del presidente en materia de seguridad, afirm¨® hace cuatro d¨ªas que algunos cuerpos de seguridad podr¨ªan ser encabezados por altos funcionarios de Ham¨¢s. Anatema para Israel.
El panorama se antoja plagado de minas. Porque a las disputas que suscita la cohabitaci¨®n entre la presidencia y el Gobierno, encabezados por partidos con proyectos tan distantes, se suma la endiablada coyuntura interna que padece Al Fatah despu¨¦s de perder una hegemon¨ªa indiscutible al frente del liderazgo palestino durante cuatro d¨¦cadas. Las divisiones internas son escandalosas. As¨ª se apreci¨® durante las elecciones primarias en diciembre para elegir la candidatura del partido. El carism¨¢tico Maruan Barghuti, encarcelado en una prisi¨®n israel¨ª, se sali¨® con la suya y se hizo con la primera posici¨®n de la lista. Pero no se desembaraz¨® de la vieja guardia que acompa?¨® a Arafat al exilio de T¨²nez. En los comicios tambi¨¦n se apreci¨® la fractura. Ham¨¢s obtuvo el 45% de los votos; Al Fatah, el 41%. Pero la diferencia de esca?os, 74 frente a 45, es abismal. Muchos disconformes contendieron como independientes y restaron por tanto sufragios al partido matriz.
Abed el Hakkim Massar, alto funcionario del Ministerio de Informaci¨®n, afirma: "Hay dirigentes, como Mohamed Dahlan y Barghuti, que est¨¢n reclamando una asamblea para la refundaci¨®n del partido. No pueden formar parte del Gobierno porque encabezaron los cuerpos policiales que reprimieron a Ham¨¢s y su oposici¨®n al programa de los fundamentalistas siempre ha sido de enorme dureza. Ellos pensaban que eran los l¨ªderes del futuro y de repente todo se ha convertido en una ilusi¨®n muy lejana".
Es una opini¨®n compartida por el analista Ashraf al Ajrami. "Al Fatah", explica, "sufre un tremendo desgarro interno y se halla inmerso en un duro conflicto con Ham¨¢s. Hay dirigentes del partido que intentan convertirse en l¨ªderes sin convocar una asamblea. En un extremo se sit¨²an los j¨®venes, Dahlan y Barghuti. En otro, el primer ministro en funciones, Ahmed Qurei, y su pandilla. Desde el exilio de T¨²nez, Faruk Kadumi va por libre. Todo es cuesti¨®n de ambiciones personales".
Coinciden ambos en la dificultad de dilucidar si Ham¨¢s lograr¨¢ atraer a su rival al Gobierno de unidad nacional. "Es posible que lo logre porque muchos dirigentes de Al Fatah est¨¢n dispuestos. No pueden decirlo abiertamente, porque a¨²n se encuentran en estado de conmoci¨®n tras el desastre electoral. Cualquier miembro de Al Fatah que fue apartado en el pasado de los puestos de direcci¨®n pueden ahora aceptar su inclusi¨®n en el Gobierno", apunta Massar. "Si al final se suman al Ejecutivo, habr¨¢ otra batalla entre sus dirigentes para decidir qui¨¦nes son los elegidos", se?ala Ajrami, que observa un panorama sombr¨ªo para Al Fatah. "De lo que no hay duda es de que es imposible que vuelva a ser lo que fue. La corrupci¨®n ha destrozado su cr¨¦dito. Corren el riesgo de desaparecer".
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