El esc¨¢ndalo del dopaje mancha a Austria y salpica al COI
Los esc¨¢ndalos ol¨ªmpicos no suelen reducirse a situaciones puntuales. En cuanto tienen cierto alcance, como en el dopaje de los fondistas austriacos y el siniestro t¨¦cnico Walter Mayer, pasan factura. Austria, una de las grandes potencias invernales, ha puesto una bomba de fragmentaci¨®n ol¨ªmpica que va a hacer mucho da?o y ha puesto en evidencia la debilidad del COI.
Salzburgo era una de las favoritas para los Juegos de 2014, pero ahora deber¨¢ hacer sonar mucha mejor m¨²sica a o¨ªdos de los miembros del COI. El canciller austriaco, Wolfgang Sch¨¹sser, presidente en ejercicio de la Uni¨®n Europea, ten¨ªa previsto reunirse ayer con el del COI, Jacques Rogge. Iban a loar las medallas de sus deportistas y a confirmar las aspiraciones de victoria de su ciudad, much¨ªsimas m¨¢s que las de Jaca. Pero Sch¨¹sser se tuvo que disculpar y, p¨²blicamente, demostr¨® la ambig¨¹edad con la que Austria lleva el tema. "Es indigno que Mayer haya venido a Italia", dijo; "nuestros deportistas no se merec¨ªan esto".
?Cu¨¢les? ?Por ejemplo, sus tocayos Perner y Rottmann, a los que el propio comit¨¦ austriaco ha expulsado antes de que lo haga el COI o los pille la polic¨ªa, que investiga con expertos todo lo encontrado, porque se ausentaron durante la redada? De la habitaci¨®n del primero cay¨® una bolsa, que vio un agente, en la que hab¨ªa m¨¢s jeringuillas usadas, restos de manipulaciones sangu¨ªneas y medicamentos que los hallados en las habitaciones. ?Controla Austria a sus deportistas o mira a otro lado? Porque, al final, el comit¨¦ tambi¨¦n admiti¨® saber que Mayer, encausado en Italia, hab¨ªa estado en Cesana San Sicario y Pragelato con sus chicos. S¨®lo le despidi¨® definitivamente ayer tras su rocambolesca huida.
Mayer abandon¨® a la carrera Italia y, cuando se detuvo a dormir en su coche al borde de una carretera de los Alpes austriacos de Carintia, fue despertado por la polic¨ªa de tr¨¢fico en un control de rutina. Al ver los uniformes, escap¨® a toda velocidad y no retir¨® el pie del acelerador al toparse con una barrera de coches policiales. Su marcha fren¨¦tica acab¨® con dos autos destrozados, un agente herido y ¨¦l mismo -se neg¨® a someterse a la prueba de alcoholemia- con leves rasgu?os y detenido. A la ma?ana siguiente qued¨® en libertad, pero podr¨ªa ser condenado por resistencia a las fuerzas del orden y da?os materiales y humanos.
El COI, aunque puede decir que lucha con todas las armas contra la lacra del dopaje, est¨¢ pagando su falta de firmeza en la negociaci¨®n con los organizadores de Tur¨ªn. ?stos se comprometieron a que en los Juegos no estar¨ªa en vigor la ley antidopaje, una de las m¨¢s estrictas del mundo, y no pudieron convencer al Gobierno. El COI trag¨® porque sab¨ªa que, en caso de incidente, la ley no prev¨¦ encarcelar a los acusados, lo que habr¨ªa sido un r¨¦cord ol¨ªmpico. Por eso pudo huir Olga Pyleva, la biatleta rusa dopada, a Siberia.
El que el m¨¢ximo organismo haya conseguido hacer los controles -quedan por saberse los de la redada- a trav¨¦s de la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) es un mero tr¨¢mite. No tiene el verdadero mando ni hay tregua ol¨ªmpica. La imagen de los carabinieri asaltando la granja de los fondistas austriacos en la madrugada del domingo no quedar¨¢ precisamente como uno de los m¨¢s brillantes momentos del olimpismo.
Y todo ello, cuando las audiencias de la NBC, la cadena estadounidense que mantiene el entramado, han ca¨ªdo respecto a Salt Lake City 2002. Los Juegos de Tur¨ªn no son en Estados Unidos, pero hay m¨¢s morbo que haza?as deportivas de los suyos, lo ¨²nico que le interesa para seguir pagando millones. Hasta que se canse.
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