El fiscal pide cinco a?os de c¨¢rcel para el due?o de un restaurante por los ruidos e ilegalidades ocurridos desde 2003

Cinco a?os de prisi¨®n por originar ruidos. Esa es la petici¨®n que formul¨® ayer un fiscal contra Dionisio Mestre Rodr¨ªguez, propietario de un restaurante de Barcelona que desde 2003 viene causando ruidos que superan ampliamente los l¨ªmites legales. La fiscal¨ªa fundamenta su petici¨®n en el art¨ªculo 325 del C¨®digo Penal, que se refiere a los delitos contra los recursos naturales y el medio ambiente, y que prev¨¦ penas de hasta cuatro a?os de c¨¢rcel. Pero, adem¨¢s, el fiscal Jos¨¦ Joaqu¨ªn P¨¦rez de Gregorio agrava su petici¨®n de pena porque el local est¨¢ abierto desde junio de 2003 sin licencia municipal de apertura y, adem¨¢s, ha desobedecido en tres ocasiones las ¨®rdenes de clausura y la instalaci¨®n de medidas correctoras.

"Yo de tecnolog¨ªa de leyes no entiendo", declar¨® ayer Mestre Rodr¨ªguez ante el tribunal de la Secci¨®n Tercera de la Audiencia de Barcelona a las preguntas del fiscal. En otro momento, el acusado admiti¨® sin reparos que ha incumplido las tres ¨®rdenes de cese de la actividad ordenadas por el Ayuntamiento porque "un negocio cuesta mucho levantarlo" y su clausura causar¨ªa un perjuicio a ¨¦l, a sus socios y al personal que trabaja para ellos. La fiscal¨ªa sostiene que, en uno de los intentos de clausura del restaurante, situado en el n¨²mero 394 de la calle de Sicilia, los empleados del Ayuntamiento ni siquiera pudieron llevarlo a cabo porque los empleados del local lo impidieron.

El fiscal tambi¨¦n asegura que los ruidos causados por el resaturante han comportado que un matrimonio de vecinos acabe con un cuadro ansioso depresivo que ha necesitado tratamiento farmacol¨®gico, por lo que reclaman 10.000 euros de indemnizaci¨®n cada uno de ellos. Otros dos vecinos de los pisos que se hallan por encima del restaurante tambi¨¦n se consideran perjudicados por las molestias del local y reclaman cada uno 6.000 euros por los perjuicios causados a su salud ps¨ªquica y su intimidad personal.

En respuesta a su abogada, el acusado explic¨® que el restaurante apenas genera molestias sonoras, que el altillo superior del local funciona muy poco, que su clientela es de personas mayores de 50 a?os que causan pocos ruidos y que el restaurante se encuentra en una esquina muy transitada "por camiones y ambulancias". La t¨¦cnica municipal del distrito de Gr¨¤cia se ratific¨® en todos sus informes sobre las ilegalidades del local y explic¨® al tribunal que el local sigue abierto y sin licencia municipal.