Carnalidad adolescente

Escribir con letra de colegio de monjas en un cuaderno con hojas rayadas y tapas decoradas con dibujos de mu?ecas no est¨¢ enfrentado con las felaciones, las org¨ªas y el placer. As¨ª, el despertar de la sexualidad no siempre es lineal ni se produce pasito a pasito, sino que a veces est¨¢ quebrado por mil subidas y bajadas, y se muestra tortuoso como la peor (?o ser¨¢ la mejor?) de las experiencias vitales. Al menos de este modo lo cont¨® la jovenc¨ªsima escritora italiana Melissa Panarello, conocida simplemente como Melissa P. hasta su mayor¨ªa de edad, que public¨® siendo a¨²n adolescente su vendid¨ªsimo libro Los cien golpes, relato er¨®tico-experimental que ahora se estrena en versi¨®n cinematogr¨¢fica con el t¨ªtulo de Melissa P.

Viaje al placer

Como otras producciones de su g¨¦nero, caso de Las edades de Lul¨² (Bigas Luna, 1990, basada en el texto de Almudena Grandes), el elevado tono supuestamente perturbador est¨¢ muy por encima de las virtudes intr¨ªnsecas de la pel¨ªcula. Atrevida aunque de ning¨²n modo escandalosa, la historia narra el viaje al centro del placer, y tambi¨¦n del dolor, de una chica que apenas si sabe pronunciar una palabra ante un chico en el inicio de la historia y que acaba dominando al contrario casi como le viene en gana. Para ello, el italiano Luca Guadagnino, director in¨¦dito en Espa?a, mezcla soluciones formales aceptables -como la visualizaci¨®n en pantalla de los chats en los que la protagonista se introduce- con secuencias fotografiadas y filmadas de una manera tan tosca que casi resultan directamente c¨®micas -caso del encuentro con la decena de chicos en la gruta o el trance sadomasoquista con el adulto en su casa-.

Da la impresi¨®n de que Guadagnino pretende encontrar, sobre todo en la fotograf¨ªa y en la elecci¨®n de la m¨²sica, un tono semion¨ªrico para su pel¨ªcula, un poco en la l¨ªnea envolvente de la excelente Las v¨ªrgenes suicidas (Sofia Coppola, 1999), pero en ning¨²n momento lo alcanza. Y ello a pesar de que demuestra cierto gusto para la selecci¨®n de los temas de la banda sonora (Pet Shop Boys, incluidos).

Sin embargo, una cosa es elegir buenas canciones y otra que ¨¦stas acompa?en de forma art¨ªstica a las im¨¢genes elegidas, requisito que aqu¨ª no se cumple. La que s¨ª sigue dando muestras de entereza en su (todav¨ªa corta) carrera es la espa?ola Mar¨ªa Valverde, que, adem¨¢s de valent¨ªa, es capaz de manifestar al mismo tiempo una inocente mirada muy especial y una carnalidad de vag¨®n de metro de lo m¨¢s mundana.