"No podemos inclinarnos ante el presente"
"No es bien que los hombres honrados sean verdugos de los otros hombres". Con esta frase del Quijote, que el caballero pronuncia cuando se encuentra con los galeotes encadenados, Claudio Magris inici¨® su discurso de agradecimiento a la Universidad Complutense por incorporarlo a su claustro de profesores nombr¨¢ndolo doctor honoris causa. Dos horas antes, en un hotel de Madrid, resum¨ªa en una entrevista las l¨ªneas maestras de lo que iba a decir: "Tratar¨¦ de derecho y de literatura. De la dureza con la que se aplican a veces determinadas leyes y de su necesidad. Quiero terminar celebrando los valores fr¨ªos de la democracia frente a los valores calientes de la literatura. Mostrar, en definitiva, que sin la existencia de esos valores fr¨ªos no habr¨ªa manera de practicar los otros, los que son m¨¢s c¨¢lidos y que forman parte de la esfera de los sentimientos y de lo privado: el amor, la amistad, el erotismo, el arte, la religi¨®n".
"Siempre hay un Quijote y un Sancho, diferentes perspectivas, y no un escaparate televisivo donde las cosas y su representaci¨®n coinciden"
"Escribo contra el olvido, para salvar algunas cosas: construyo una peque?a Arca de No¨¦, pero con materiales mucho m¨¢s fr¨¢giles"
Unos minutos despu¨¦s de las doce, en el Paraninfo de la Universidad Complutense de Madrid, se inici¨® la ceremonia. La comitiva, formada por representantes de las distintas facultades, todos ellos ataviados con toga y birrete, desfil¨® con solemnidad hacia el estrado. Se escuch¨® una pieza musical, cant¨® el coro. El rector, Carlos Berzosa, pidi¨® al secretario general que leyera el acta de nombramiento. Fue cuando entr¨® Magris en escena (vestido para la ocasi¨®n como sus colegas), y el asunto empez¨® a tomar vuelo. El rector nombr¨® al escritor italiano, a propuesta de la Facultad de Filolog¨ªa, doctor honoris causa. Le impuso el birrete laureado y le entreg¨® el libro de la ciencia, el anillo y los guantes blancos, piezas todas que simbolizan valores relacionados con la universidad.
Catedr¨¢tico de Literatura Germ¨¢nica en la Universidad de Trieste, y destacada figura acad¨¦mica en su pa¨ªs y en Europa, Claudio Magris ha roto las severas fronteras de las aulas de una facultad por la riqueza de su obra literaria. "Para m¨ª, el hecho de escribir est¨¢ ¨ªntimamente ligado a vivir", comentaba antes de la ceremonia. "Ha habido muchos grandes escritores que no entend¨ªan el mundo en el que viv¨ªan, y sus posturas pol¨ªticas eran disparatadas. Ah¨ª est¨¢n C¨¦line o Hamsun. En mi caso, cuando escribo quiero ser un copista de la realidad, un amanuense que simplemente da cuenta de lo que ve. Y lo que he visto es la tremenda diversidad del mundo y la riqueza de contrastes que existe en las fronteras. Escribo contra el olvido y contra el tiempo, para salvar algunas cosas: construyo una peque?a Arca de No¨¦, aunque con materiales mucho m¨¢s fr¨¢giles. Escribo para protestar. Escribo para intentar poner un poco de orden en ese mundo que me llega de manera ca¨®tica y desordenada, pero tambi¨¦n escribo para destruir el falso orden con que a veces se presenta la realidad. Me ocupo del destino de los otros para entender el m¨ªo, exploro un laberinto. No s¨¦ lo que encontrar¨¦ al final".
Fernando Savater fue el encargado de hacer la laudatio de Magris. Aplaudi¨® sus m¨¦ritos acad¨¦micos, pero se acerc¨® a su figura sobre todo como lector. Se?al¨® lo pr¨®xima y familiar que resulta su obra para muchos espa?oles y se refiri¨® al escritor italiano como "nuestro Magris", el que ha descubierto Europa a los europeos, el que se ha sumergido en la utop¨ªa y en el desencanto para avisarnos de sus peligros.
Destac¨® su condici¨®n viajera, su capacidad de desplazarse, no s¨®lo a trav¨¦s del espacio sino de hacerlo tambi¨¦n "a trav¨¦s del tiempo y contra el tiempo". Celebr¨® su cosmopolitismo fraterno y luego subray¨® su profundo compromiso con la defensa de la laicidad, que nos vacuna contra la apat¨ªa y el fanatismo.
La variedad de asuntos, de enfoques y de tratamientos caracteriza la obra de Magris. Su exhaustiva erudici¨®n (que no se nota nunca), la fluidez e inteligencia de sus ensayos, la riqueza de sus ficciones, y su voluntad decidida de no permanecer al margen del mundo interviniendo con sus art¨ªculos en cualquiera de los debates que afectan a nuestro tiempo son algunos de los elementos que lo han convertido en uno de los referentes intelectuales de Europa.
Defendi¨® ayer los valores fr¨ªos de la democracia. ?Qu¨¦ peso tienen, sin embargo, en aquellas zonas donde crece el fundamentalismo religioso? "Dad al C¨¦sar lo que es del C¨¦sar y a Dios lo que es de Dios. La frase viene de muy lejos, pero sigue estando vigente", coment¨® antes de la ceremonia. "Si se da al C¨¦sar lo que es de Dios y a Dios lo que es del C¨¦sar empiezan las complicaciones. Todo este asunto de las caricaturas de Mahoma ha generado una violencia que es inaceptable. Pero ha habido tambi¨¦n un punto de irresponsabilidad y de voluntad de provocar, y no s¨¦ si eso obedec¨ªa a un c¨¢lculo pol¨ªtico. Al final se ha producido una gran explosi¨®n". Magris reflexion¨®, en ese contexto, sobre la tremenda ignorancia que reina en este mundo donde las diferentes tecnolog¨ªas y los grandes medios ofrecen informaci¨®n inmediata.
"No sabemos nada de lo que es importante. Ah¨ª est¨¢ Afganist¨¢n. ?Qui¨¦n manda all¨ª de verdad? ?C¨®mo se reparte el poder y qu¨¦ fuerzas son las que finalmente gobiernan? Cambiando de escenario, ?qu¨¦ sucedi¨® cuando asesinaron al agente italiano en Irak? Hoy sabemos menos de aquellas zonas remotas que en los tiempos en que Kipling escrib¨ªa sus grandes reportajes. Adem¨¢s, hay determinadas verdades pol¨ªticas que s¨®lo se pueden conocer cuando ya no se pueden utilizar. Y es que la verdad, o su ocultaci¨®n, forma parte de las batallas del poder del presente".
?Tiene algo que ver el mundo de hoy con aquel, que Magris tan bien ha estudiado, del imperio austroh¨²ngaro? "Dentro de sus fronteras, hubo lugares en que se produjo una feliz convivencia entre culturas y religiones diversas, pero tambi¨¦n hubo sitios donde se desencadenaron odios irracionales. Hay comparaciones que no tienen mucho sentido. Lo singular de esa ¨¦poca fue, m¨¢s que el desmoronamiento de un estado, el que se tomara conciencia del final de una cultura unitaria, de un pensamiento que daba unidad al mundo. La obra de Musil, por ejemplo, es un laboratorio del nihilismo, ante el cual sin embargo nunca se rinde, contra el que batalla recurriendo, por as¨ª decirlo, a un sistema de guerrillas. Kraus, por su parte, consideraba que trabajaba desde un observatorio astron¨®mico del fin del mundo".
?Qu¨¦ puede rescatarse de esos autores? "Su iron¨ªa, su capacidad para ser flexibles y saber matizar, su valent¨ªa para decir 'quiz¨¢", dijo Magris. "Lo que est¨¢ pasando ahora, por lo menos en el ¨¢mbito occidental, es que se vive en el mundo como si ¨¦ste fuera eterno, como si no pudiera modificarse m¨¢s, como si se hubiera llegado al fin de la historia. La lecci¨®n de los autores de aquellos a?os es que no debemos inclinarnos ante el presente. Que siempre hay un Quijote y un Sancho. Diferentes perspectivas, por tanto, y no un escaparate televisivo donde las cosas y su representaci¨®n coinciden, y terminan por agotarse".
La conversaci¨®n con Magris tuvo que interrumpirse abruptamente. Lo reclamaban para que tuviera tiempo para cumplir con la etiqueta que exige la ceremonia. Poco despu¨¦s desfilaba hacia el estrado, lleno ya con las togas y birretes de sus colegas. Le lleg¨® su turno de hablar. Empez¨® citando unas cuantas palabras del Quijote y, de inmediato, la elegancia de su prosa fue desplaz¨¢ndose por los ¨¢mbitos m¨¢s variados del saber para dar cuenta de la relaci¨®n entre la ley y la literatura. Novalis, Proust, San Pablo, Lutero, Karl Barth, Kafka, Kleist, Conrad... Creonte y Ant¨ªgona. La aridez del derecho, la frialdad de las normas, el prosa¨ªsmo de los textos que sirven para frenar la barbarie y permitir la convivencia. Frente a todo eso, la riqueza y variedad de la literatura. Y, sin embargo, y eso fue lo que en definitiva quer¨ªa contar, sin los valores fr¨ªos de las leyes no es posible disfrutar de los valores c¨¢lidos del amor y la amistad, de la pasi¨®n.
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