Se impuso el baile

Para su tercer espect¨¢culo en solitario, el jerezano Joaqu¨ªn Grilo decidi¨® contar una historia. Con gui¨®n y direcci¨®n esc¨¦nica, el bailaor adelantaba que la obra ten¨ªa "algo de teatral", y as¨ª fue; aunque, al final, el hilo argumental, y hasta la tramoya, quedasen en una mera excusa. Se trataba, en cualquier caso, de un viejo artista en sus ¨²ltimas horas. El recuerdo del amor y del propio arte constitu¨ªan su postrer asidero vital. El reencuentro con el baile y con la amada marcar¨ªan el espacio donde situar el baile, la danza y una m¨²sica inspirada y adecuada para el prop¨®sito.

Grilo es un artista t¨¦cnicamente completo y, a la vez, creativo. Y, a la hora de bailar por derecho, lo hace de forma redonda, impecable, como ocurriera con las alegr¨ªas. En todas las intervenciones, que fueron muchas, puso gracia o elegancia y transmiti¨®. Esther Jurado le da la r¨¦plica con una danza sutil y estilizada que dialoga con el cante y transita hacia el baile flamenco cuando la ocasi¨®n lo requiere. Mucha m¨²sica y buen cante acompa?¨® a este devenir.