Cientos de soldados esperan la orden de asaltar el mayor penal de Afganist¨¢n
Al menos cuatro presos mueren en un mot¨ªn dirigido por talibanes y secuestradores
El portavoz del Ministerio de Defensa, el general Zahir Azimi, advirti¨® de que las autoridades podr¨ªan entrar a la fuerza en la prisi¨®n en cuanto quieran. "Si no aceptan negociar, tendr¨ªamos que entrar por la fuerza, y entonces s¨ª que habr¨¢ heridos", subray¨® Azimi.
La revuelta la dirigen Timur Sha, jefe de la banda que secuestr¨® a una cooperante italiana en junio pasado, y varios comandantes talibanes que han ocupado el ala donde se encuentran las internas -alrededor de 70- con sus hijos. Hay informaciones confusas sobre que algunas de las mujeres han sido violadas y tomadas como rehenes. Los ni?os son tambi¨¦n, al parecer, utilizados como escudos humanos.
Entre las demandas de los amotinados est¨¢ la exigencia de unos 200 talibanes detenidos sin juicio de que sean juzgados lo antes posible y la demanda generalizada de no llevar uniforme y de que retiren las rejas de las celdas.
El viceministro afgano de Justicia, Qasim Hashimi, indic¨® que el mot¨ªn se inici¨® cuando algunos presos se rebelaron contra la nueva orden de vestir uniforme, para evitar fugas como la del pasado enero, cuando siete reos se escaparon entre los familiares que hab¨ªan acudido de visita a la prisi¨®n.
El mot¨ªn se inici¨® en el bloque 2 y se expandi¨® r¨¢pidamente por los otros edificios de la prisi¨®n. De los cuatro presos muertos, tres -incluido un paquistan¨ª- perdieron la vida en el bloque 2, y el cuarto, un tayiko, en el bloque 1, seg¨²n inform¨® Feroza Kohist¨¢n, miembro de la Comisi¨®n de Derechos Humanos de Afganist¨¢n. La funcionaria, que participa en las negociaciones, no rebel¨®, sin embargo, c¨®mo murieron los presos.
El diputado Asadul¨¢ Hymatiar denunci¨® el uso de armas de fuego por los guardianes de la prisi¨®n y los polic¨ªas contra los amotinados, que no tienen armas. Al parecer, la revuelta se lleva a cabo con cuchillos y palos que los reclusos han obtenido de destrozar el mobiliario de los edificios asaltados.
Representantes del Ministerio de Justicia, adem¨¢s de la Misi¨®n de Asistencia de las Naciones Unidas en Afganist¨¢n (UNAMA), el Comit¨¦ Internacional de la Cruz Roja y la Comisi¨®n Nacional de Derechos Humanos de Afganist¨¢n tratan de negociar con los amotinados para evitar un ba?o de sangre.
La prisi¨®n de Policharki ha estado recientemente en obras para prepararla para el traslado de varios afganos, presuntamente relacionados con la red Al Qaeda, desde el centro de detenci¨®n estadounidense de Guant¨¢namo, en Cuba.
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