Villarejo de Salvan¨¦s restaura el castillo para atraer turismo

El castillo de Villarejo de Salvan¨¦s, uno de los florones de la arquitectura medieval madrile?a, albergar¨¢ a finales de a?o una oficina de turismo regional y una escuela de interpretaci¨®n de la cultura de las comarcas orientales madrile?as, seg¨²n fuentes de la Concejal¨ªa de Cultura. La fortaleza, de propiedad municipal, permanec¨ªa en situaci¨®n de semiabandono desde hace d¨¦cadas. Su rehabilitaci¨®n por la Comunidad de Madrid, reci¨¦n iniciada, ha sido presupuestada en 420.000 euros.

Ocho meses durar¨¢ la restauraci¨®n del castillo, uno de los bastiones medievales m¨¢s se?eros de la regi¨®n, plenamente andamiado desde hace unos d¨ªas. Su singularidad reside en el porte de las ocho torres c¨²bicas de pedernal, de 21 metros de altura, coronadas por un cornisamiento almenado y en los muros, de m¨¢s de dos metros de espesor, que lo blindan. Se asienta sobre un basamento de roca viva, de unos 70 metros de per¨ªmetro.

Su ¨²ltima restauraci¨®n data de hace cuatro d¨¦cadas, y desde entonces la fortaleza hab¨ªa ido quedando en estado de abandono: vegetaci¨®n rala prolifer¨® asilvestrada en los huecos de sus paramentos; las humedades impregnaron sus forjados y todo su interior se transform¨® en concurrido y sucio palomar. Algunas piezas de sus muros se abatieron sobre el suelo y la edificaci¨®n, en su conjunto, languidec¨ªa.

Ahora las fachadas han sido sometidas a una limpieza en seco; grietas y fisuras van a quedar selladas; la gran cornisa que circunda su atalaya ver¨¢ restablecidos sus elementos faltantes, y dentro, las escaleras de sus futuras tres plantas ser¨¢n reconstruidas. Una cuidada carpinter¨ªa de madera, metal y vidrio adornar¨¢ ventanas y tragaluces que filtrar¨¢n la luz hacia las nuevas estancias, desplegadas en tres plantas de unos 200 metros cuadrados de superficie ¨²til. La m¨¢s alta de las tres quedar¨¢ cubierta por un abovedamiento artesonado con madera.

La reci¨¦n iniciada rehabilitaci¨®n ha sorprendido favorablemente a lugare?os como Ram¨®n Mart¨ªn de Brea, jubilado y ex empleado de un hotel madrile?o, de 80 a?os de edad: "Ya era hora de que arreglaran las torres", comenta con una sonrisa. "Desde que era bien peque?o se hallaban medio abandonadas. Recuerdo que bajo el castillo y la iglesia de San Andr¨¦s existen unos pasadizos misteriosos, que los chicos del pueblo recorr¨ªamos muertos de miedo con velas en las manos que se nos apagaban por las corrientes", dice ahora divertido.

Desde su descollante atalaya, el castillo de Villarejo se ha ense?oreado del paisaje en esta comarca desde su construcci¨®n, en torno al a?o de 1203. Propiedad medieval de la Orden Militar de Santiago, velaba la frontera castellana, as¨ª como el tr¨¢nsito de mesnadas y reba?os. Fue asimismo sede de la Encomienda Mayor de Castilla.