No jueguen con eso
En todos los partidos hay especialistas de la bronca, pero es penoso que varios portavoces habituales del PP y el PSOE se dediquen ahora preferentemente a encontrar cada d¨ªa renovadas razones para ahondar el enfrentamiento en materia de pol¨ªtica antiterrorista. Cada d¨ªa se produce una puja de agravios, a veces retrocediendo a a?os o decenios (el 11-M, los GAL), para determinar qui¨¦n es m¨¢s culpable de la ruptura del consenso. Ello no hace sino desconcertar y hastiar a una opini¨®n p¨²blica que, seg¨²n todas las encuestas, quisiera ver a los dos grandes partidos espa?oles unidos contra ETA. Entre otras cosas porque, en plena ofensiva de bombas mafiosas, como la de ayer en Mutriku -tercera en cuatro d¨ªas-, esa divisi¨®n fortalece a los terroristas. Eso es lo que le dijo ayer Maite Pagazaurtundua, presidenta de la Fundaci¨®n de V¨ªctimas del Terrorismo, a Mariano Rajoy, repitiendo lo que 10 d¨ªas antes le hab¨ªa dicho tambi¨¦n a Zapatero.
Ni el Gobierno se ha vendido a los terroristas, ni los del PP prefieren que siga ETA mientras gobiernen los socialistas. Es una calumnia decir que Zapatero est¨¢ m¨¢s cerca de los presos etarras que de las v¨ªctimas, y tambi¨¦n augurar que el PP nunca ser¨¢ leal porque le va bien la deslealtad. Desde que Rajoy acusara a Zapatero en sede parlamentaria de traicionar a los muertos, la c¨²pula de su partido, encabezada por Acebes y Zaplana,ha hecho de esta acusaci¨®n un lugar com¨²n. Enfrente, Jos¨¦ Blanco se ha especializado en las respuestas subidas de tono.
Otros pol¨ªticos, como el ministro del Interior, que tiene motivos para conocer el asunto m¨¢s de cerca, suelen ser m¨¢s comedidos. Ayer dijo que una condici¨®n para el acuerdo es que el PP reconozca que la definici¨®n de la pol¨ªtica antiterrorista corresponde al Gobierno. As¨ª ha sido siempre desde el inicio de la transici¨®n y as¨ª se recoge en el pacto antiterrorista que tanto se invoca. Pero tambi¨¦n es cierto que ese respaldo, que el PP le niega al Gobierno, exige por parte de ¨¦ste informaci¨®n y explicaci¨®n suficientes sobre las l¨ªneas generales de su pol¨ªtica. Alegar falta de confianza es un argumento d¨¦bil.
Si el consenso es necesario para las medidas que puedan llevar al fin de ETA, como reconoce Zapatero y suele admitir Rajoy, ambos partidos tienen el deber de tomar iniciativas que lo favorezcan. El PP present¨® ayer a votaci¨®n en el Parlamento el dec¨¢logo que Maite Pagazaurtundua hab¨ªa le¨ªdo el pasado d¨ªa 17 en La Moncloa sobre pautas para una paz que no ofenda a las v¨ªctimas. El texto no contradice la declaraci¨®n del Congreso sobre un di¨¢logo tras el fin de la violencia. Lo que resulta incomprensible para los ciudadanos es que no fuera posible alcanzar un consenso parlamentario por que el PSOE propusiera encabezar esta declaraci¨®n con el reconocimiento de que es al Gobierno al que corresponde dirigir la pol¨ªtica antiterrorista. Algo que est¨¢ en el Pacto por las Libertades.
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