Donde la luz se dobla
Estos poemas representan la voz de los que ya no pueden reconocerse en los espejos. Juana Castro (Villanueva de C¨®rdoba, 1945) ha publicado una docena de libros de poes¨ªa desde 1978, entre ellos, Arte de cetrer¨ªa, Premio Juan Ram¨®n Jim¨¦nez 1986, reeditado en 2004 por ediciones La Palma, Fisterra (1992) y Del color de los r¨ªos (2000). En Los cuerpos oscuros, como declara en una reciente entrevista, desciende "a lo m¨¢s insondable, a lo m¨¢s terrible del alma humana".
Juana Castro ha elegido como met¨¢fora totalizadora un t¨¦rmino cient¨ªfico, el de las estrellas vueltas invisibles de Laplace, para expresar el proceso de desaparici¨®n de la memoria como consecuencia de la enfermedad de Alzheimer, sufrida al mismo tiempo por sus padres: aquellos que, tras una luminosa y fruct¨ªfera vida, ya no son m¨¢s que el hueco oscuro en el que los que est¨¢n sin ser desaprenden lo aprendido y de cuyo cerebro una esponja va borrando la memoria y el logos que los hizo ¨²nicos.
LOS CUERPOS OSCUROS
Juana Castro
Hiperi¨®n. Madrid, 2005
90 p¨¢ginas. 7 euros
La poeta usa libremente el
contenido sem¨¢ntico de las palabras y ¨¦stas multiplican sus significaciones como "un dique contra el olvido" (Steiner). As¨ª, el fr¨ªo no es s¨®lo temperatura sino tambi¨¦n ¨¢mbito, amenaza, monstruo deforme, fantasma pret¨¦rito. Si como s¨ªmbolo apunta al Norte y a la muerte, en estos poemas parte de diversos or¨ªgenes y hace nido en distintas capas del no ser: los que "olvidan enfadarse, se tragan / las horas, el caldo, las pastillas, y arrastran /su nombre y sus dos pies como un misterio", 'Los encerrados', sienten el fr¨ªo como humedad, como dolor (algia), terror paralizante: "Hace fr¨ªo y es negra / la colcha de la luna del lavabo", 'Sustancia amiloide'. Vagan en la mara?a que borra toda realidad, toda memoria, "sin lugar y con fr¨ªo en 'Espejos' hasta el fr¨ªo original, gen¨¦tico, anterior al ser que fueron": "Memoria de aquel tiempo, las cavernas, su fr¨ªo", 'Verano del 36'.
La voz po¨¦tica, frente al destrozo del tiempo, habla tambi¨¦n del suyo y del que le ha sido robado por los cuerpos oscuros, y los ve como a ni?os que se pierden en la niebla de una realidad monstruosa: "Si la mesa se expande, y la puerta / y el grifo van de lado
[...] Si otra vez soy un ni?o, / y en este laberinto de manzanas / ando solo y me pierdo", 'Pandemonium'.
Dividido en cuatro partes, primera y cuarta con un solo poema y segunda y tercera con veinte cada una, el libro se cierra con el poema 'Era una vez' en el que la luna, cuerpo oscuro tambi¨¦n, ilumina, con la del sol, un cortijo en la noche. La voz po¨¦tica, desde alg¨²n espacio intemporal, reflexiona sobre lo que el futuro ha llegado a ser mientras alguien, en alg¨²n tiempo, consuma el acto de cerrar las ventanas: "S¨®lo s¨¦ que la veo / cerrando las ventanas / como quien cierra un libro / perfecto y acabado, y habl¨¢ndole a su gato / como al tonto Toribio".
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