Un kil¨®metro de fe a los pies de Medinaceli
Como cada primer viernes de marzo, miles de devotos acudieron a venerar al Cristo, entre ellos la reina Sof¨ªa
La ocasi¨®n era especial, el viernes lo era. La tradici¨®n indica que el primer viernes del mes de marzo, Jes¨²s de Medinaceli es a¨²n m¨¢s milagroso que nunca. Se dice que de las tres peticiones que se realizan, una se cumple. Hace dos a?os acudieron los pr¨ªncipes de Asturias, el pasado el rey Juan Carlos y esta vez fue la reina Sof¨ªa quien se acerc¨® a la iglesia de Jes¨²s de Medinaceli para besar al Cristo y cumplir con la tradici¨®n.
Do?a Sof¨ªa apareci¨® en la plaza de Jes¨²s a las 12.30. Para entonces, la fila de fieles que aguardaban para ingresar en el templo bordeaba la calle de Huertas, la calle de la Alameda y llegaba hasta la calle de Atocha. M¨¢s de un kil¨®metro de pura fe.
"Si no lo veo, no lo creo", dijo esc¨¦ptico un hombre mientras caminaba en la peregrinaci¨®n. Las sillas plegables, los ramos de flores, los libros y los peri¨®dicos ayudan a sobrellevar la espera. Muchos fieles llevaban varias noches aguardando por un puesto de privilegio en la cola.
Las peregrinaciones parten desde los cuatro puntos cardinales de Espa?a
Pero todos ellos coincid¨ªan en algo: jam¨¢s hab¨ªan visto tanta gente. "Cada a?o hay m¨¢s. Y si el tiempo ayuda, como hoy, vienen muchas m¨¢s personas", cuenta Rafaela Mart¨ªn Mateo. Para ella, el primer viernes de marzo es sagrado. Hace 40 a?os que visita el templo. "Hasta las cinco de la tarde, no nos toca", dice Rafaela, que tiene una pr¨®tesis en su pierna derecha. "Pero no me quejo. Los que acaban de llegar est¨¢n mucho peor. ?Se ir¨¢n a las nueve de la noche!", describe la mujer, quien pide al Cristo "mucha salud".
"Aqu¨ª venimos a sufrir", admite una mujer enfundada en un abrigo negro. Lo grita, para que lo oigan quienes est¨¢n detr¨¢s de ella. Suena a confesi¨®n. "Salimos de nuestro pueblo a las cinco de la ma?ana en autob¨²s. Desde las diez estamos haciendo la fila y nos ha tocado entrar ahora", relata Pilar Bustos Mora. La acompa?an otras dos mujeres. Las tres tienen una pegatina sobre su abrigo. Se lee "Villacarrillo". Es su tierra jienense. Desde all¨ª han venido, como lo hacen desde hace cuatro a?os.
Las peregrinaciones parten desde los cuatro puntos cardinales de Espa?a. Por la ma?ana, el templo de Jes¨²s de Medinaceli es una terminal de autobuses en miniatura. Los grupos de fieles reci¨¦n llegados pueden entrar por otra puerta y hacen otra fila. Ellos besan un pie del Cristo. El resto de la gente, el otro.
De repente, quienes est¨¢n a un paso del portal protestan. "?Esta fila no ha avanzado ni diez metros en una hora y media!", se queja un hombre. Otro le responde y le cuenta que "todo se debe a la visita de la Reina". "Hemos escuchado los helic¨®pteros y vimos m¨¢s seguridad, as¨ª que suponemos que estaba entrando do?a Sof¨ªa", explica el peregrino. La Reina estuvo diez minutos en la iglesia. Tanto a la entrada como a la salida, salud¨® a los miles de fieles que esperaban su turno para entrar. Cada a?o, un integrante de la Familia Real cumple con el ritual.
Las peticiones de los fieles se multiplican, como un eco. "Salud, que es lo m¨¢s importante", coinciden varios, pocos metros antes de entrar al templo. All¨ª, varias vallas impiden que la gente se cuele en la fila. Cuando alguno intenta hacerlo, cunde la alerta. "?Bueno, bueno, bueno! ?Que estamos desde las siete de la ma?ana esperando!", reclaman quienes est¨¢n guardando. Nadie se salta la valla, pero el flujo de peregrinos que ingresan es lento. Muy lento.
"Venimos desde all¨¢ abajo para ver qu¨¦ pasa", pregunta una se?ora. Observa el panorama y se da cuenta de que la entrada es un embudo; un portal por el que apenas caben cinco personas. Vuelve a su lugar, casi resignada.
Seg¨²n los frailes capuchinos, a cargo de la bas¨ªlica de Medinaceli, cuando termine el d¨ªa habr¨¢n peregrinado m¨¢s de 300.000 fieles. El equivalente a cuatro estadios Santiago Bernab¨¦u repletos. Para evitar cualquier contratiempo, Samur-Protecci¨®n Civil preparan todos los a?os un dispositivo preventivo desde la tarde del jueves, con un total de 18 voluntarios a cargo.
Ayer, a ¨²ltima hora de la tarde, hab¨ªan atendido a 22 personas, todas ellas con patolog¨ªas cardiacas, seg¨²n inform¨® un portavoz. Dos de ellas fueron trasladadas a centros hospitalarios. Ninguno de los casos era grave.
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