Hormonas para crecer

La hormona del crecimiento -tambi¨¦n llamada GH- se produce normalmente en la hip¨®fisis, una gl¨¢ndula situada en la base del cerebro. Es responsable del desarrollo de los ni?os y tiene efectos sobre el metabolismo en los adultos. La secreci¨®n de GH es m¨¢xima durante la pubertad; en la madurez disminuye gradualmente. La talla final resulta de la interacci¨®n de m¨²ltiples factores, como la herencia, el crecimiento intrauterino, la alimentaci¨®n, la presencia de otras enfermedades y, por supuesto, la secreci¨®n hormonal.

El nivel de GH en sangre no es constante. Se segrega mediante pulsos con mayor amplitud durante la noche. Por eso se dice que los ni?os crecen con el sue?o. Desde los dos o tres a?os, la velocidad de crecimiento normal es de cuatro a seis cent¨ªmetros al a?o. El estir¨®n puberal se debe a la secreci¨®n de hormonas sexuales y se produce entre los 10 y los 16 a?os. Con el cierre de los cart¨ªlagos de crecimiento llega la talla final.

El exceso de esta hormona -habitualmente por tumores- durante la infancia provoca gigantismo. Durante la edad adulta, un cuadro de acromegalia, en el que crecen las manos, los pies, la nariz? El d¨¦ficit de esta hormona en la infancia es causa de enanismo o talla baja patol¨®gica; en adultos, de alteraciones metab¨®licas y falta de vitalidad.

Los padres suelen consultar por qu¨¦ su hijo es bajito. S¨®lo un peque?o porcentaje de casos se debe a un d¨¦ficit, parcial o total, de la hormona de crecimiento. Son, por tanto, susceptibles de tratamiento con GH sint¨¦tica. Muchas enfermedades producen retrasos en el crecimiento: malnutrici¨®n, infecciones, alteraciones gastrointestinales, enfermedad celiaca, alteraciones tiroideas?

Ni?os bajitos. Su estatura se compara en curvas de crecimiento que reflejan la talla media en ni?os de edad similar. El percentil 50 refleja esa medida; por debajo del percentil 3 hay que realizar un estudio m¨¦dico. La altura de los padres sugiere la final del hijo. Una radiograf¨ªa de la mano determina el grado de maduraci¨®n del esqueleto: la edad ¨®sea.

Debido a su secreci¨®n puls¨¢til, la determinaci¨®n del nivel de GH en sangre no basta para reflejar su d¨¦ficit. La GH sint¨¦tica acelera el crecimiento, sobre todo durante los dos primeros a?os. Cuanto m¨¢s joven sea el paciente -y m¨¢s severo su d¨¦ficit hormonal-, mejor ser¨¢ su respuesta al tratamiento (que es, por cierto, bastante costoso). Se administra en una inyecci¨®n subcut¨¢nea diaria y tiene escasos efectos secundarios.

Controversia. En algunos casos, la talla final no dista mucho en ausencia del tratamiento. En adultos, la dispensaci¨®n se recomienda en pacientes sometidos a cirug¨ªa o a radioterapia del ¨¢rea hipofisaria -habitualmente por tumores- que tienen d¨¦ficit hormonal. Su escasez en la edad adulta aumenta el colesterol y el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, osteoporosis y alteraciones sexuales. Disminuye la energ¨ªa y la masa muscular. Por todas estas razones, el principal objetivo del tratamiento es mejorar la calidad de vida.

La GH ha sido y es utilizada con frecuencia por atletas como una ayuda que permite aumentar la fuerza y el rendimiento, debido a su efecto anabolizante. A diferencia de los esteroides anab¨®licos, la detecci¨®n de esta sustancia dopante es dif¨ªcil. Su elevado coste es el principal factor que limita su abuso.

Pilar Riob¨® es doctora jefa asociada de endocrinolog¨ªa y nutrici¨®n de la Fundaci¨®n Jim¨¦nez D¨ªaz de Madrid.