"Patriotismo econ¨®mico" franc¨¦s
El Gobierno de Villepin prepara una serie de medidas proteccionistas para evitar OPA hostiles sobre sus empresas estrat¨¦gicas
Hace ya unos meses, cuando corri¨® el rumor de que PepsiCo quer¨ªa lanzar una OPA hostil contra Danone, el primer ministro Dominique de Villepin puso en circulaci¨®n la f¨®rmula "patriotismo econ¨®mico" para justificar el deseo franc¨¦s de no ver absorbida una de las grandes marcas de la industria alimentaria nacional por otra estadounidense.
La f¨®rmula ten¨ªa que ver con dos cosas: con la tradici¨®n gaullista, hecha de un constante elogio a la capacidad de mantener la independencia en todos los sectores estimados estrat¨¦gicos, y con la tambi¨¦n constante confusi¨®n existente en Par¨ªs entre los t¨¦rminos "Francia" y "Europa", tan convencidos est¨¢n todos sus pol¨ªticos de representar mejor que nadie los intereses de un continente que no tom¨® su forma pol¨ªtica moderna de conglomerado de Estados-naci¨®n hasta haber conocido la amenaza imperial de manos de Napole¨®n.
Desde Italia dicen no comprender por qu¨¦ ellos aceptan que BNL pase a manos francesas cuando Enel no puede entrar en Francia
Lo que ahora se acuerde para GDF ser¨¢ tambi¨¦n aplicable a la el¨¦ctrica EDF, cuyos t¨ªtulos siguen en un 87% en manos del Estado
La reciente tentativa del italiano Enel por hacerse con el franco-belga Suez ha ofrecido la primera aplicaci¨®n pr¨¢ctica del "patriotismo econ¨®mico". Llegando, al final, a que el Gobierno franc¨¦s haya anunciado la adopci¨®n de medidas legales destinadas a reforzar el "patriotismo econ¨®mico", utilizando a la Caisse des D¨¦p?ts et Consignations, un banco p¨²blico, para aumentar sus inversiones en acciones de empresas francesas y reducir as¨ª su vulnerabilidad frente a OPA hostiles.
Desde hac¨ªa algunos meses, Suez -especializada en electricidad y agua, bien implantada en Estados Unidos, B¨¦lgica y Francia, y presente en Italia, Hungr¨ªa, Polonia y Turqu¨ªa- manten¨ªa contactos con Gaz de France (GDF), sobre todo potente en distribuci¨®n de gas en Francia, pero con participaciones en otros pa¨ªses e interesada en diversificarse en el terreno de la electricidad. Esos contactos topaban con el estatuto de GDF, cuyo capital est¨¢ a¨²n en manos del Estado que, adem¨¢s, se ha comprometido por ley a no reducir su participaci¨®n por debajo del 70%.
Compromisos
Esa frontera del 70% deber¨¢ ser rebajada y eso exigir¨¢ no s¨®lo un voto favorable de la Asamblea Nacional sino tambi¨¦n la aprobaci¨®n o, cuando menos, la benevolencia de los sindicatos, no en vano lo que ahora se acuerde para GDF ser¨¢ tambi¨¦n aplicable a la el¨¦ctrica EDF, cuyos t¨ªtulos siguen estando en un 87% en poder del Estado. El compromiso de mantener ciertas obligaciones de servicio p¨²blico -ofrecer electricidad y gas a todos los ciudadanos, suministro de id¨¦ntica calidad y precio sea cual sea el emplazamiento de su domicilio o negocio- y el de no modificar ciertos privilegios adquiridos de los trabajadores -jubilaci¨®n m¨¢s temprana, planes de pensiones- son un reto asumible.
M¨¢s dif¨ªcil es resolver, en plazo breve, el embrollo que une EDF y GDF: tienen 46.000 trabajadores en com¨²n. En efecto, gran parte de los trabajadores que se ocupan de la red de suministro lo hacen para las dos sociedades que, a partir de julio de 2007, entrar¨¢n en concurrencia directa para hacerse con la clientela particular, sensible a tratar con una sola sociedad a la hora de contratar el suministro de gas y electricidad, una sinergia que estar¨¢ en manos del grupo resultante de la fusi¨®n de Suez y GDF pero no, de momento, en las del gigante EDF, con su valor en Bolsa de 81.000 millones de euros y un volumen de negocio de 51.100 millones.
El hecho mismo de que la controvertida fusi¨®n se hiciese p¨²blica desde Matignon por un primer ministro acompa?ado del titular de la cartera de Econom¨ªa y los dos PDG de las dos sociedades hace evidente el voluntarismo pol¨ªtico de la maniobra. Enel y el Gobierno italiano no han dejado de subrayarlo y quieren recurrir ante las autoridades comunitarias ante un ejemplo de "distorsi¨®n de la libre concurrencia". Es m¨¢s, en Italia no comprenden por qu¨¦ ellos aceptan que la Banca del Lavoro pase a manos de BNP-Paribas o que la el¨¦ctrica Edison puedan tener como accionista de referencia a EDF cuando a Enel no se le aplica la rec¨ªproca.
El problema para el Ejecutivo italiano es que ¨¦l, tras el esc¨¢ndalo del antiguo presidente del Banco di Italia, no est¨¢ en situaci¨®n de tirar la primera piedra. En su d¨ªa, ante la imposibilidad de hacer coexistir diversas industrias nacionales aeron¨¢uticas y militares, se puso en pie el conglomerado EADS, pero eran a?os en que la UE ten¨ªa proyectos y ambiciones. Hoy, la UE anda detenida, por no decir en fase -provisional(?)- de desmantelamiento, y no precisamente a causa del "no" franc¨¦s a una Constituci¨®n que no resolv¨ªa problemas de dumping social, de fiscalidad comunitaria, de pol¨ªtica exterior com¨²n, ni daba al Ejecutivo de Bruselas una orientaci¨®n federal. Francia, ante la nula voluntad de la UE de tomarse en serio aquello de la "Europa potencia", opta por renacionalizar.
Para los sindicatos, el tono gaullista de Villepin es una cortina de humo. De entrada, porque, en contra de lo que se dice, no es GDF la que engulle a Suez sino al rev¨¦s. ?C¨®mo se explica si no que G¨¦rard Mestrallet -de Suez- vaya a ser el nuevo presidente ejecutivo del grupo fusionado? Porque el problema no es mantener bajo control franc¨¦s una empresa estrat¨¦gica sino privatizarla. "El intercambio de acciones va a suponer que la parte del Estado quede entre el 34% y el 38%", dice un portavoz de la CGT.
Y teme que poco despu¨¦s ese porcentaje se transforme en una acci¨®n de oro v¨¢lida s¨®lo un tiempo para, a fin de cuentas, acabar poniendo en manos privadas todos los t¨ªtulos de propiedad. "Mientras hubo que invertir, eso corri¨® a cuenta del Estado. Ahora, cuando lo que se trata es de repartirse los beneficios, el Estado se los da a los privados", explica el l¨ªder del sector energ¨¦tico del tradicionalmente moderado y negociador CFDT.
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